"A sus quince años excitaba los viles deseos callejeros [...] El corro de la gente, la llegada de los guardias le entretuvo un momento [...] La vieja sonreía a todos con agrado [...] No hay cosa más trágicamente hermosa que un ser mártir."
Huberto Pérez de la Ossa
La santa duquesa
"Doña Elena medio se desmayó en brazos de Encarnita [...] Se peinaba a una moda antigua, cual conviene a una dama de caridad [...] La portera se quedó mirándola con las manos metidas debajo del doblado delantal [...] Miraba con bastante temor de que no fuera cierto aquel suceso [...] -Árbol encontraré -se iba diciendo-, ¡pero lo que es paraguas! [...] ¡Ignacia, que me asustas! ¿A nosotras por qué nos va a hacer nada?"
Huberto Pérez de la Ossa Rodríguez
El opio del ensueño
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