Joseph Ponthus


Cuando entré en la fábrica
Naturalmente me imaginaba
El olor
El frío
El transporte de cargas pesadas
La rigurosidad
Las condiciones de trabajo
La cadena
La esclavitud moderna
No iba para hacer un reportaje
Menos aún para preparar la revolución
No
La fábrica es por la pasta
Un curro alimenticio
Como se suele decir
Porque mi esposa está harta de verme tirado en el sofá
esperando un contrato de lo mío
Así que entro
En el sector agroalimentario
El agro
Como dicen ellos
Una factoría bretona de producción y transformación
y cocción y todo eso de pescado y gambas

No voy para escribir
Sino por la pasta
En la empresa de trabajo temporal me preguntan cuándo
puedo empezar
Yo saco mi retranca habitual literaria y convencional
«Pues mire mañana al alba a la hora en que clarean los
campos»
Dicho y hecho al día siguiente entro a las seis de la mañana
Con el paso de las horas y los días la necesidad de escribir
se incrusta tenaz como una espina en la garganta
No lo macabro de la fábrica
Sino su paradójica belleza. 

Joseph Ponthus
Desde la línea




Entre varias toneladas de sables granaderos y abadejos
Hoy he descargado trescientos cincuenta kilos de quimeras
Ignoraba hasta esta mañana que existiera un pescado con
ese nombre

Mis quimeras llegaron después de la pausa
Curioso pez con dos hermosas aletas en la parte baja
del vientre que podrían semejar alas
Quizá de ahí provenga el nombre
O no

Ha bastado para alegrarme la mañana
Decirme que había descargado quimeras

Es 31 y por la tarde me paso por la ETT para recoger mi
anticipo porque nos pagan reglamentariamente el 11
del mes siguiente
El anticipo asciende como máximo al setenta y cinco por ciento del tiempo trabajado
Los de recursos humanos de la fábrica no han validado
aún las horas de mi última semana de trabajo
O sea que cobro el cincuenta por ciento de lo que me 
corresponde

Una quimera más 

Joseph Ponthus
Desde la línea



La fábrica es
Más que ninguna otra cosa
Una relación con el tiempo
El tiempo que pasa
Que no pasa

Joseph Ponthus
Desde la línea


Muy pocos lugares conozco que me causen tal impresión
Absoluta existencial radical
Los santuarios griegos
La prisión
Las islas
Y la fábrica
Cuando sales de ellos
No sabes si te incorporas al mundo real o si lo abandonas
Aunque sepamos que no hay mundo real
Pero lo mismo da
Apolo escogió Delfos como centro del mundo y no es casualidad
Atenas escogió el ágora como nacimiento de una idea del mundo y es una necesidad
La prisión escogió la prisión que Foucault escogió
La luz la lluvia y el viento escogieron las islas
Marx y los proletarios escogieron la fábrica
Mundos cerrados
A los que solo se entra por elección
Deliberada
Y de los que no se sale
Cómo decirlo
Uno no sale de un santuario indemne
Uno nunca sale del todo del talego
Uno no sale de una isla sin un suspiro
Uno no sale de la fábrica sin mirar el cielo
La salida
Qué palabra más bonita
Que ya apenas usamos salvo en sentido figurado
Pero entender
Con el cuerpo
Visceralmente
Lo que es la salida

Joseph Ponthus
Desde la línea


Y todas esas bestias que no cesan de desfilar
Su grasa y su sangre a las que ya me he acostumbrado
A su muerte también
Y ahí dentro ellos
Y ahí dentro yo
Cantando por Trenet
«Con la placidez sencilla del asesino que silba o canta mientras degüella».

Joseph Ponthus
Desde la línea





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