David Rieff

“Ahora solo se habla con personas que piensan lo mismo que tú.”

David Rieff



"Creo que hay una falta de democracia en la ONU y en la Unión Europea. Su legitimidad está alejada de la realidad, muy lejos de tomar decisiones democráticas. El caso de la ONU es todavía peor, con el sistema del Consejo de Seguridad, que establece una jerarquía entre naciones. El mundo no tiene instituciones dignas de las mejores ambiciones humanas. No me tomo tan en serio la ONU. En Europa pasa otra cosa porque al menos hay un debate. La fantasía de una civilización con los mismos valores se ha roto con la llegada de personas como Salvini o el Grupo de Visegrado. El consenso moral europeo que imaginábamos no existe. En tiempos de miedo, no es común que los seres humanos avancen hacia el consenso. Es una realidad triste. Un claro ejemplo es la Corte Penal Internacional de la ONU. Reprime y busca criminales de guerra que vienen de países pobres y sin amigos. Hay muchos africanos que hablan de la CPI con cinismo, porque sólo condenan a africanos. Cuando la fiscal Fatou Bensouda quiso investigar a EEUU por crímenes de guerra en Afganistán, la Corte rechazó su propuesta. Si tienes amigos en el Consejo de Seguridad, no pasa nada. Lo vemos en la crisis de los Rohingya en Bangladesh, o en Israel. El mundo es un matadero."

David Rieff




"Digo más exactamente que vivimos en un momento en el cual la hegemonía de la memoria y la conmemoración es casi incontestada. Eso me parece indiscutible. Que sea un fenómeno positivo o negativo me parece el asunto esencial. ¿Por qué y como hemos llegado hacia este punto? Hay varias razones, pero para mí lo que ha sido más importante es que hoy hemos moralizado la memoria en el sentido de que recordar es un acto moral y olvidar un acto inmoral."

David Rieff




"El debate entre personas como Steven Pinker y gente como yo es un diálogo de sordos. No hay ningún terreno común. Pinker cree que es realista, un científico, pero para mí es un místico. Sostiene que no sabemos cómo solucionar los problemas del futuro, pero como ya solucionamos problemas pasados, lo volveremos a hacer. Eso es misticismo. No niego la realidad del progreso. Sé muy bien que, hace cien años, la experiencia de ir al dentista era mucho peor. Es obvio. Pinker es un servidor: su obra es la justificación intelectual para el sistema en su versión más agradable. No he cambiado de opinión sobre él. Prefiero discutir con personas más interesantes y trato de evitar su obra siempre que puedo."

David Rieff




"El optimismo y el pesimismo están en el ADN de cada persona. Cuando ves a los bebés recién nacidos en el hospital, unos sonríen y otros lloran. He pasado 20 años de mi vida en zonas de guerra y en crisis de refugiados. Es posible que tenga una visión demasiado oscura de la vida. Sería una tontería negarlo, pero creo que hay razones para, al menos, tener mucho miedo al futuro. 
El miedo y la ira de los jóvenes, exprimido por movimientos como el de Greta Thunberg, tiene una justificación absoluta. Viví dos años en Miami. Allí los científicos dicen que la ciudad desaparecerá en 50 años. No existe una manera de contener la futura inundación. Y es increíble porque la vida sigue, los venezolanos ricos compran casas y terrenos… Hay quien dice que el pesimismo es un delito moral. Un amigo me decía: “Soy pesimista. Los optimistas se equivocan cada día, pero yo sólo cada cinco años”."

David Rieff



"En las colinas de Bosnia aprendí a odiar pero sobre todo a temer la memoria histórica colectiva. En su apropiación de la historia, que ha sido mi pasión más sostenida y mi refugio desde la infancia, la memoria colectiva logra que la historia misma se parezca más que a nada a un arsenal lleno de armas necesarias para mantener las guerras o hacer de la paz algo tenue y frío."

David Rieff
Contra la memoria



"En un sentido entendemos muchas cosas pero, en otro, se puede decir que no entendemos absolutamente nada. Por ejemplo, en la relación entre nosotros y el pasado, o entre nosotros y el futuro. Un tópico humano afirma que el pasado se dirige a nosotros pero pronto nosotros mismos seremos el pasado y otros seres humanos pensarán que sólo fuimos su propio prólogo."

David Rieff





"Eran un grupo extraño. Algunos habían formado parte de un grupo paramilitar musulmán llamado Ligas Patrióticas. Muchos se reclutaban en el hampa de Sarajevo. Con pistolas y kaláshnikovs, hicieron retroceder al Ejército Nacional Yugoslavo a las colinas, irrumpieron en sus barracones y, finalmente, ante la furia de los mediadores de las Naciones Unidas, tendieron una emboscada a una columna de tropas del JNA, que estaba retirándose de la ciudad bajo un alto el fuego negociado. Cuando las hostilidades se intensificaron, se trasladaron a los vecindarios en los que habían crecido, camelando, inspirando o intimidando a sus antiguos compañeros de colegio para que se enrolaran en la lucha. Uno de sus líderes había sido un respetable fabricante de productos de piel; otro era un músico de club de veintinueve años llamado Musan Topalovic, conocido como Caco; un tercero, apodado Celo, era un delincuente profesional con un físico de culturista, que acababa de salir de la cárcel después de una condena de ocho años por violación. Sólo tras el fin de este primer espasmo de lucha empezó a organizarse el Ejército bosnio, y más de un año antes de que el pequeño y dedicado cuadro de ex oficiales regulares del JNA, que permanecieron en el bando bosnio —entre cuyas experimentadas filas había muchos serbios y croatas— ni siquiera pudieran empezar a reestructurarse y ofrecer cierto aspecto de una fuerza regular disciplinada.
La defensa de Sarajevo fue una historia inspiradora, la misma clase de historia sobre la que se cantaba en el folclore balcánico siglos atrás. Pero cuando la lucha siguió, la presencia de gánsteres en todos los bandos significó no sólo que la lucha tomó un cariz cada vez más criminal y brutal, sino que también las intenciones políticas de la guerra pasaron a entremezclarse, sin remedio, a un nivel cotidiano, con actividades de especulación y mercado negro. El mismo valor que permitió a Caco luchar contra el Ejército Nacional Yugoslavo, a pesar de que tenía todas las de perder, le convirtió en el candidato con más probabilidad de meter de contrabando en Sarajevo los suministros que la ciudad precisaba y sacar un tremendo beneficio al hacerlo. Lo que Caco, Celo y los otros (se contaba lo mismo entre los serbobosnios y entre los soldados del HVO) metieron no formaba parte de sus planes regalarlo. Ni el gobierno de Sarajevo, puesto que los soldados que les eran leales individualmente defendían áreas clave del frente, se encontraba en una posición para ordenar que cesaran estas actividades. No hasta que Haris Silajdzik aceptara la presidencia bosnia, a finales de otoño de 1993, y pusiera como con­dición la eliminación de tales pandillas, se rompió el predominio de las guerrillas de gánsteres sobre Sarajevo. En otras partes de Bosnia, la situación era bastante parecida: una sociedad frágil, militarizada con precipitación y cada vez más anárquica, intentando mantener sus ideales frente a la guerra despiadada declarada contra ella, la indiferencia del mundo y las concesiones que se había visto obligada a hacer internamente para sobrevivir."

David Rieff
Matadero: Bosnia y el fracaso de Occidente



"Hemos llegado al punto maximal de la democracia. En el futuro los países democráticos van a ser cada vez menos democráticos La democracia está en retroceso en todo el mundo."

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"Israel es un ejemplo del desastroso modo en que la memoria colectiva puede deformar una sociedad."

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"La democracia retrocede en todo el mundo y la tecnología no nos salvará."

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"Leo mucha historia y mucha poesía. Y en relación a la obra de mi madre (Susan Sontag), me gustan sus cuentos y su novela “El amante del volcán”, en la que esboza al final una suerte de autobiografía, esa que nunca escribió, más allá de que pudo haber pedido mucho a cambio y se lo ofrecieron."

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"Los Derechos Humanos son principios inflexibles. Al contrario, la acción humanitaria debe ser flexible. Cuando instalas una clínica en Sudán, por ejemplo, también vas a ayudar a los verdugos. [...] Ofrecer ayuda es un acto moral, pero en un contexto en el que es necesario negociar con monstruos."

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"No creo en la existencia de la comunidad internacional como la entendemos. Es sólo un deseo. No es posible hablar de una comunidad que incluye al mismo tiempo a China y a Dinamarca… Hace tiempo leí una noticia sobre Sudán. El artículo hablaba de la “indignación de la comunidad internacional” hacia la represión en Jartum. Dos líneas después, decía que China y Rusia se oponen a toda denuncia del Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Alemania o España representan la comunidad internacional auténtica, pero Rusia y China no? Sí se podría afirmar que el consenso moral en Europa es mejor que el del gobierno chino o ruso. Un científico británico decía: “Hay dos realidades en el ser humano: su deseo y su destino. El problema es que no sabe distinguirlos”. Ahora alguien podría decirme que la ONU se fundó en los años 40, y que en 200 años (si sobrevivimos al cambio climático) quizá sí alcancemos una auténtica comunidad internacional. Yo no lo creo. Si hay un hilo conductor en mi obra, es tratar de comprender la realidad, y no nuestros deseos. Claro que yo preferiría el mundo que defiende Human Rights Watch, pero no lo veo. Caminamos en otra dirección. Las guerras y los muertos están aumentando en los últimos años, no veo cómo vamos a poder evitar el cambio climático y la violencia."

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"No me gustaría que se interpretase que considero la memoria completamente inútil. Lo que defiendo es que tenemos el derecho a olvidar y que no existe ningún obstáculo moral para ello. No intento, aunque pueda parecer lo contrario, poner del revés el famoso aforismo de Santayana, lo de que "aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo". Creo, al contrario, que hay situaciones en las cuales es mejor recordar, como por ejemplo en la Sudáfrica posterior al apartheid. Pero en otros casos, como en los Balcanes, o en el conflicto entre Israel y Palestina, el olvido serviría mejor a los intereses de la paz."

David Rieff



"Puede ser que yo tenga una perspectiva menos angustiante, en el sentido de que yo siempre he sido un pesimista y los desastres no me sorprenden. Lo que me sorprende son las buenas noticias. Bueno, ¿qué podemos decir de los últimos dos o tres años? Primero, el regreso de las pandemias, por primera vez de manera muy seria, desde 1918, es decir, un siglo. Todos los científicos que conozco dicen que las pandemias serán algo constante para la Humanidad. Respecto a las guerras entre Estados, parecía que se habían acabado en 1945. Luego ha habido guerras civiles, la de Yugoslavia… pero es que ahora parece que estamos viviendo en 1916. La ofensiva rusa contra Ucrania es como de esa época. Es decir: hemos regresado a un pasado que pensábamos que se había terminado. Y vemos que, de los años 70 del siglo pasado hasta hace poco, sólo estábamos en una pausa. Lo veo así. Pero, ya te lo he dicho, yo soy un pesimista. Y eso no me sorprende. Me asusta, que es otra cosa. Creo que es el momento más peligroso desde la crisis de los misiles en Cuba. Ahora parece que el ejército ruso ha cometido varios errores, creían que iban a llegar a Kiev en tres días y mira lo que ha sucedido. Pero Rusia no aceptará la derrota y… no sé: ahí están sus armas nucleares y sus armas químicas. ¿Las usarán? Ojalá que no. Pero no estoy seguro."

David Rieff



"Ser heredero de Sontag es un privilegio y una carga."

David Rieff



"Una de las preguntas principales del libro es cuánto queremos pagar por el recuerdo."

David Rieff
Sobre su libro Elogio del olvido



"Ud. parece creer que aprendemos del pasado. Yo tengo mis dudas. "Nunca más" es una frase muy noble, pero la historia demuestra que su aplicación ha sido poco común. La memoria de la Shoa no ha impedido el genocidio en Cambodia, o en Rwanda, etc."

David Rieff




UNA CAMA POR UNA NOCHE

Es cierto, en ese momento el fracaso de la acción humanitaria no era tan obvio. Para mí lo era, pero porque escribí el libro en la época del 11-S. Después estuve también en Irak durante la invasión estadounidense. Me pareció evidente la derrota de la acción humanitaria independiente. Puede que fuera desde el principio una ilusión, pero había muchas ilusiones en los noventa, entre ellas la idea de que todas las guerras de los países desarrollados serían guerras que se podrían elegir. Los noventa fueron un momento muy raro, en el buen y en el mal sentido. Y había mucha fantasía.

LOS DESEOS Y LOS DESTINOS

Si hay un hilo conductor en mis libros es la idea del desengaño. Bernal, un científico de los años treinta, decía que los seres humanos no saben distinguir entre sus deseos y sus destinos. Y yo trato de distinguir. Siempre ha sido mi proyecto, desde mis libros sobre Miami y las fantasías de los exiliados cubanos sobre el regreso, el paraíso de sus recuerdos. Mi primer libro ya trataba de las trampas de la memoria. Y mi último libro, Elogio del olvido (Debate), también hablaba del peligro de la memoria. En cierto sentido no he cambiado mucho en 35 años de carrera como escritor. Escribí mucho en los años ochenta sobre la migración: por ejemplo, Los Angeles: Capital of the third world. Pero cuando empecé a trabajar en Bosnia con lo de las ONG y la ONU, sobre todo ACNUR, y con José María Mendiluce. Aprendí mucho con él.

FANTASÍA

Tuvimos la ilusión de convertir el humanitarismo en un cuarto poder. Hay muchos vínculos entre las fantasías del humanitarismo y la acción humanitaria y la fantasía de la sociedad civil, una expresión que debería ser una descripción pero es una receta. Cuando publiqué el libro llegué a la conclusión de que los gobiernos, sobre todo los del mundo desarrollado, pero también los del sur global, habían decidido que el contexto humanitario era demasiado importante como para dejárselo a los humanitarios. Había una cooptación total y las ONG no sabían qué hacer.

NEUTRALIDAD

Una de las cosas que más han cambiado desde la primera edición es la nueva situación de los trabajadores humanitarios. Ahora actúan en sus propios países, con los inmigrantes. La gran mayoría de las agencias humanitarias nunca ha aceptado abandonar o rechazar la idea de la neutralidad, aunque no tuvieran una visión tan extrema como la Cruz Roja Internacional. Y ahora no es posible porque la neutralidad, y esto no lo sabía yo hace diez o quince años, requiere que seas extranjero. La neutralidad es imposible para un ciudadano, es una fantasía absoluta. Cuando los humanitarios trabajaban en el sur global podían o han podido convencerse de este asunto, existía la posibilidad de hablar de neutralidad. Pero ahora son grupos que defienden una política de fronteras más o menos abiertas. En España las ONG parecen no andar lejos de la línea del gobierno Sánchez, vamos a ver qué sucederá en las ciudades. Pero en Italia las ONG son una fuerza opositora y no hay posibilidad de neutralidad.

BINARISMO

Entiendo bien que podrían contestarme diciendo: Pero la neutralidad siempre ha sido una ilusión. No obstante, hablar de verdad e ilusión me parece demasiado marxista, digamos. O al menos demasiado binario. Estamos en la época del binarismo.

VÍCTIMAS

Es una obligación moral sentir simpatía y compasión por las víctimas e intentar ayudarlas pero es un absurdo moral pensar que víctima es lo mismo que buena persona. Las víctimas son como cualquier otro grupo. Hay buenos, malos y sobre todo una gran zona gris.

COMPLICAR LAS COSAS

Si tengo una ambición como analista es complicar las cosas, reintroducir en el debate el gris. Me interesa mucho entender por qué las personas hacen lo que hacen. Tengo muchas opiniones, demasiadas, una pequeña fábrica de opiniones, pero debería ser el cuarto de huéspedes. Me parece lo menos interesante de lo que hago. Por ejemplo, Trump es una persona horrible. Pero me interesa mucho más saber por qué lo han votado. Y cuando leo las razones de los que se han opuesto a Trump y veo que hablan de sí mismos como la resistencia, como si estuviera en Lyon en 1942… Me cuesta ver a Salman Rushdie como Jean Moulin. Ellos dirían que tomar esta posición es una manera de desmovilizarse. A Nadine Gordimer le gustaba decir: Hay que escribir como si ya estuvieras muerto. Es lo que he intentado hacer.

HUMANITARISMO Y DERECHOS

La relación entre el humanitarismo y la ideología o la defensa de los derechos humanos es un asunto muy complicado. El liberalismo es la única ideología que no se reconoce como tal y ocurre algo similar con los derechos humanos. Establece una confusión esencial entre la ley y la realidad. De vez en cuando pienso que soy un seguidor de Schmitt en la izquierda. Schmitt entendió el sistema político. Lo que dice se aplica al movimiento de los derechos humanos en el norte global, es muy diferente en el sur, la mejor opción sería irse a Asunción, Dakar, ver el mundo, sin pensar. Pero los derechos humanos son una versión de la política socialdemócrata. No es riguroso decir: no tenemos una política, solo creemos que los Estados deben cumplir sus compromisos legales. Y luego es un movimiento bastante rico en hipocresía. No hay crítica del sistema global. No lo digo únicamente para provocar. No es posible criticar de manera serie un sistema global que es absolutamente injusto. Es una manera de construir una muralla intelectual entre los dos asuntos.

LA HISTORIA NO TIENE OPINIÓN

La gente habla como si la historia tuviera una opinión. La historia no tiene opinión. Lo hemos visto en Siria. Obama y Hillary Clinton, personas mucho más inteligentes que Trump, decían: Assad está del lado equivocado de la historia. Yo empecé con Ivan Illich y quizá conservo algo de eso. En una época podía tener una vida espiritual, no funcionó. Estudié con un jesuita pero la Trinidad se me resistía. Era demasiado. No soy místico. Pero la visión griega de la historia, con ciclos, me parece mucho más correcta que la versión del progreso. Tengo mucha simpatía por Gray, pero no comparto su obsesión con los animales. Creo que su antiprogresismo es mucho más duro porque es innegable que para los animales estos dos siglos de progreso han sido una catástrofe absoluta.

EL PROGRESO

Nadie que vaya al dentista puede negar la realidad de ciertas formas de progreso. Es obvio el progreso en términos materiales. En términos espirituales se podría discutir. Sin duda hay menos. Pero la pregunta, la verdadera cuestión es: ¿hemos vivido 250 años muy especiales o es el futuro?

Steven Pinker no es importante en sí mismo, es una expresión de una visión de la tecnología y la ciencia y su capacidad de resolver los problemas. Él dice que sus críticos son místicos. A su juicio, tenemos una fantasía del pasado, odiamos la tecnología. Él o gente como Gates sostienen: Hay problemas, pero vamos a resolverlos; no sabemos cómo pero vamos a hacerlo. Es como la Trinidad, vuelvo a mi catastrófica experiencia espiritual. Cuando compras en la bolsa acciones, la persona que te las vende dice: Lo que ocurrió en el pasado no sirve como ninguna indicación de lo que va a suceder en el futuro. Gates, el hombre de negocios, nunca aceptaría que la idea de que eso que hemos solucionado antes significa que vamos a resolver la crisis actual del medio ambiente.

Siempre me ha interesado entender por qué las personas creen que el futuro será mejor que el pasado. No me parece evidente que vaya a ser así. Tal vez hay algo que debería existir en mi ADN y no está.

David Rieff


















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