Eugen Richter

"Los directores y gestores son elegidos de la misma forma que los maestros y capataces y tienen que tener cuidado de no hacer enfadar a aquéllos que les eligieron.
En los raros casos en que hay denuncias, los procedimientos judiciales son tediosos y meticulosos. Sin embargo, recientemente se ha denunciado a varios albañiles por parte de transeúntes, que perdieron la paciencia viendo los largos periodos de descanso que se tomaban y la cuidadosa inspección a la que sometían a cada ladrillo. En otra ocasión, todos los miembros de un establecimiento fueron transferidos a otra parte del país. Pero, en general, estas transferencias a otros sitios sólo se realizan por razones políticas. Bajo esta premisa, las Juventudes protestan para obtener para todos los trabajadores la misma estabilidad que tienen los jueces en sus puestos.
El asunto del traslado a otro sitio tiene un lado extraño. El principio de la igualdad social obliga a que cada hombre, no importa donde esté, encuentre todo exactamente como estaba en el sitio anterior. Encuentra exactamente el mismo salario, la misma comida, el mismo alojamiento y todo así.
Bueno, Roma no se construyó en un día. Y este espíritu de egoísmo que tanto vemos en nuestros talleres, ¿Qué es salvo la malvada herencia que nos dejó una sociedad en el que cada uno pugnaba por imponerse a los demás? Nuestras nuevas escuelas e instituciones crearán pronto esa «atmósfera moral» en la cual el árbol del Socialismo crecerá y fructificará y extenderá la sombra benéfica de sus ramas sobre toda la especie humana."

Eugen Richter
Imágenes de un futuro socialista


"Puedo mencionar aquí que después del tumulto enfrente del palacio, el Ministro estimó prudente reintroducir un cuerpo de policía, compuesto de cuatro mil agentes y situarlo en parte en el arsenal y en parte en los cuarteles vecinos. Con el fin de evitar toda reminiscencia desagradable, se va a suprimir el uniforme azul y se sustituirá por uno marrón. En lugar de un casco la policía va a usar grandes sombreros Rembrandt con plumas rojas.

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Hubo grandes gritos de indignación desde las galerías, y éstos se extendieron al exterior de la calle. Sin embargo, la policía pronto se las arregló para despejar el espacio alrededor de la Cámara y arrestó a algunos alborotadores, de los cuales una buena parte eran mujeres. Se decía que bastantes de los que habían votado contra la devolución del dinero a sus propietarios fueron vergonzosamente insultados en las calles. Se indicó a la policía que no tuviera miramientos en el uso de sus nuevas armas, los llamados “asesinos”, armas de diseño inglés recientemente adquiridas.

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Al entrar en el comedor, un funcionario recorta el cupón de comida de tu talonario de certificados monetarios y te da un número que indica tu turno. Al cabo de un rato, algunos se levantan y se van, y te toca el turno, y tomas tu plato de viandas de las mesas de servicio. Se mantiene el más estricto orden mediante un fuerte cuerpo de policía presente. La policía de hoy –su número aquí ha aumentado a 12.000– se da aires de importancia en los comedores del Estado, pero el hecho es que la multitud es muy grande. Me parece que Berlín demuestra ser a pequeña escala un ejemplo de las vastas empresas del Socialismo.

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La inauguración del nuevo monumento alegórico conmemorativo de las grandes hazañas de la Comuna de París de 1871, se llevó a cabo ayer en la plaza que antes se conocía como Plaza del Palacio. Desde entonces la plaza se ha visto constantemente abarrotada por multitudes ansiosas por ver este magnífico monumento. Volviendo de un paseo en carruaje, el Canciller tuvo que atravesar la plaza. Casi había llegado a la entrada del Tesoro cuando, desde las cercanías del Arsenal, arreciaron de golpe silbidos, gritos y un tumulto general. Es muy probable que la policía montada (que se acaba de reinstaurar) haya mostrado excesivo celo en facilitar el paso al carruaje del Canciller. El tumulto se incrementó en furia y hubo gritos: “¡Abajo el aristócrata, abajo el orgulloso advenedizo, echemos el carruaje al canal!”. Evidentemente, la gente se sentía muy irritada frente al ahora raro espectáculo de un carruaje privado.

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Llegan constantemente informes de todas partes del país, detallando violentos enfrentamientos entre los civiles y las tropas enviadas para establecer el Socialismo. El Gobierno ni siquiera puede sentirse demasiado seguro de las tropas. Esta es la razón por la que Berlín, a pesar del gran aumento del ejército, no ha recibido ninguna guarnición. Pero, por otro lado, nuestras fuerzas policiales, que se nutren de socialistas de plena confianza en todo el país, se han incrementado en 30.000 hombres. Además de la policía montada, las fuerzas de policía se han reforzado añadiéndole artillería y exploradores.

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Canciller—“Apenas necesito recordar al Miembro de Hagen que para establecer el Socialismo en el país, me he visto en la necesidad de incrementar las fuerzas de policía en más de diez veces. Además de esto, hemos apreciado la oportunidad de doblar los efectivos en la armada y del ejército regular, de forma que estas fuerzas pudieran estar en situación de rendir el apoyo necesario a la policía en su trabajo de mantener el orden y prevenir la emigración, y pudieran asimismo constituir un baluarte contra los peligros del exterior”.

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Las distintas tiendas y lugares en cuestión están fuertemente vigiladas  por destacamentos de policía. Por este medio se espera que los huelguistas, en poco tiempo, se sometan rendidos por el hambre, dado que las migajas y peladuras que sus esposas y amigos puedan darles de sus raciones les resultarán de poca ayuda.

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Posteriormente nuevos destacamentos de alborotadores intentaban abrir una brecha en los muros del almacén desde el muelle de Heligoland. Mientras tanto, sin embargo, y sin ser notados, se han llevado refuerzos inmediatos de policía a los terrenos del castillo de Bellevue. Estos refuerzos tomaban posesión del puente peatonal, que está prácticamente oculto por el puente del ferrocarril, y desde esa posición abrían fuego contra la masa de personas anónimas del muelle de Heligoland. Pronunciando salvajes gritos de venganza y dejando un gran número de muertos y heridos detrás, la muchedumbre se dispersaba en todas direcciones. Se dice que se ha enviado artillería para cañonear la calle Luneburg desde el otro lado del Spree."

Eugen Richter
Imágenes de un futuro socialista

















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