Joachim Ringelnatz

"Él lo afirma íntimamente, mientras que ella se propone hacerlo; pero tras este denuedo sería necesaria una hora de angustiosas tribulaciones por las calles, a sabiendas de que no los conocen. Ha refutado la veleidad de su propio drama personal, apenas el lapso de medio minuto o el mero capricho de un lector, o tal vez una sabia decisión divina que significara el arduo trabajo de un año. Annemarie se ha visto obligada a admitir su marcha el día antes de desgastar por completo sus mejores zapatos, confeccionados con un patético cuero. Evadido del trabajo, masca chocolate o se deleita con las sutilezas de los vapores del grog, expirando el odor del dinero, libre de toda suposición, por ende, semeja el divino clamor que alboroza el corazón en un cuento de hadas e incluso en el día de hoy la gracilidad de un ascensorista. Quizás le sonriera la fortuna y encontraría también un listado de las próximas carreras."

Joachim Ringelnatz
liner Roma...



"La gente siempre dice: Los tiempos están empeorando. Los tiempos siempre quedan. La gente empeora."

Joachim Ringelnatz




"La locura futbolística es una enfermedad, pero rara, gracias a Dios."

Joachim Ringelnatz




Las hormigas

Dos hormigas vivían en Hamburgo
y querían viajar a Australia.
Cerca de Altona en la carretera
principal les dolían las piernas
y ahí sabiamente
abandonaron la última parte del viaje.
Tantas veces se quiere y no se puede
y luego renuncias gustosamente

Joachim Ringelnatz




…. Mi ideal sería
que después de mi muerte
una callecita llevara mi nombre, una
callecita muy estrecha y torcida, con puertas bajas,
con escaleras empinadas y expedientes de putas,
con sombras y ventanillas torcidas.
Yo allí la frecuentaría.

Joachim Ringelnatz



"Una suave yerba se extiende a modo de parasol sobre el fenecente gris, con forma de ovalado cepillo o bien como un huevo de avestruz, en torno a la mesa de caoba, provista de un vetusto tablero de ajedrez, un vaso y una botella de Tokaji, apreciándose también el torso de dos pícnicos y envejecidos hombres; amén de alguna que otra cosa más. Una caprichosa y azarosa sombra parpadea ubicuamente y sobre la olivácea alfombra yace un alfiler extraviado. A su alrededor la opalina luminiscente deletrea la bifurcación hacia dos confortables asientos, como unos escasos objetos que amanecieran en medio de un oscuro y oscilante onirismo. De vez en cuando las piezas se mueven sobre el tablero."

Joachim Ringelnatz seudónimo de Hans Bötticher
Ein Jeder lebt´s













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