Mario Pianesi

Bajas en energía en comparación con las dietas modernas, pero seguras, con adecuado efecto de saciedad, por el alto contenido de fibra dietética.

Adecuadas en proteínas, aunque básicamente de origen vegetal, con un cómputo aminoacídico aceptable, corregido para una digestibilidad del 80 % en las dietas vegetarianas (tabla 5), lo cual se logró con una correcta combinación de las fuentes de proteínas.

Bajas en grasas, predominantemente de origen vegetal, en el nivel recomendado para el tratamiento de las enfermedades crónicas (entre el 15 y 20 % de la energía total), con una adecuada relación ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados.

Altas en carbohidratos (pero básicamente complejos), en el límite superior de la recomendación.

Altas en fibra dietética, en el nivel recomendado para la dietoterapia de la diabetes mellitus y de otras enfermedades crónicas, como el cáncer de colon (50 g), con lo que se puede inferir un buen contenido de fibra soluble por la calidad de los alimentos aportados (achicoria, cebolla, leguminosas).

Adecuadas en vitaminas, con la excepción de la vitamina B12 en las dietas vegetarianas; sin embargo, aportaron la necesidad fisiológica de este nutriente.

Altas en vitamina A, pero a partir de ß carotenos, por lo tanto libres de riesgo.

Altas en ácido fólico (> 400 mg), en el nivel descrito que contribuye a disminuir las concentraciones de homocisteína en sangre y por ende el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Altas en manganeso, magnesio y posiblemente silicio y cromo, aunque estos dos últimos no se determinaron se puede inferir dada la calidad nutricional de la dieta.

Adecuadas en calcio, a pesar de la ausencia de lácteos; éste nutriente fue aportado básicamente por el ajonjolí, las leguminosas, los cereales integrales y los vegetales de hoja. Magnífica relación Ca: Mg.

Adecuadas en hierro y cinc, a pesar de que para la evaluación del consumo se emplearon recomendaciones nutricionales superiores a las habituales para tener en cuenta la menor biodisponibilidad de estos nutrientes en fuentes de origen vegetal.

Alto poder antioxidante, ya sea por la buena cantidad de nutrientes que aportan o por la cantidad de compuestos fitoquímicos con poder antioxidante. Sólo el arroz integral tiene 16 fitocompuestos que se pierden en el proceso de pulido.

Efecto prebiótico y probiótico, aportado por la fermentación de la fibra dietética en el intestino y por los productos fermentados con contenido de enzimas vivas, además del té Bancha.

Dietas promotoras de una mayor alcalinidad metabólica en contraste con la acidificación de las dietas modernas.

Dietas funcionales por los altos niveles de nutrientes con poder antioxidante (â-carotenos, folatos, tocotrienoles, manganeso, magnesio, cinc, fibra) y componentes biológicos activos (contenidos en el té verde, cereales integrales, productos fermentados, vegetales) con efectos terapéuticos demostrados.

Mario Pianesi
De forma general las dietas Ma-Pi se caracterizaron de esta forma











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