Rosamaría Roffiel

" “Amora” es mi humilde contribución a la visibilidad de las feministas y las lesbianas en la historia de mi país.”

Rosamaría Roffiel


“—Amora, ¿qué es de verdad el feminismo?
—Supongo que hay tantos feminismos como mujeres en el mundo. Para mí, es un proyecto de vida que nos devuelve nuestro valor histórico. La primera que debe reconocer ese valor es una misma, y, a partir de él, exigírselo a los seres que te rodean.”

Rosamaría Roffiel
Amora


"Cuando me salí del Excélsior y en el período anterior a entrar en la revista Proceso, hice de todo, en el año 1977 me mandaron a cubrir el Simposium sobre Investigación de la Mujer, ahí por esas cosas de la vida (tú sabes que no hay casualidades) me tocó cubrir la sección de las feministas y cuando estaba sentada oyéndolas hablar, me di cuenta que yo era feminista. Todo mi enfoque de la vida, lo que yo anhelaba estaba mucho más de acuerdo con la teoría feminista que con otra cosa que yo hubiera conocido durante mi vida, de hecho mis mejores amigas son de ese período hasta la actualidad."

Rosamaría Roffiel




En mi habitan mil mujeres

En mi habitan mil mujeres

Cumplen años

llantos

rabias

libran guerras en mi cuerpo

se libran de sus grilletes

se me cuelgan

me desgarran

Soldaderas del destino

brujas buenas de los bosques

prisioneras de los mitos

encerradas en telares

en iglesias

en fogones

fueron roca

arena

agua

sangre

lunas

montes

Siento voces en mis venas

alaridos en mi alma

carcajadas en mi entraña

con mis madres

mis abuelas

mis hermanas

Es mi historia que me llama.

Rosamaría Roffiel




Gioconda

Mi vulva es una flor
una concha
un higo
un terciopelo;
Está llena de aromas, sabores, rincones,
es de color rosa,
suave, íntima, carnosa;
A mis doce años le brotó pelusa,
una nube de algodón entre mis muslos;
Siente, vibra, sangra, se enoja, se moja, palpita,
me habla.
Guarda celosa entre sus pliegues
el centro exacto de mi cosmos,
luna diminuta que se inflama,
ola que conduce a otro universo.
Cada veinticinco días se torna roja,
estalla, grita;
Entonces la aprieto con mis manos,
le digo palabras de amor en voz muy baja.
Es mi segunda boca,
mis cuatro labios;
Es traviesa,
retoza, chorrea,
me empapa.
Le gustan las lenguas que se creen mariposas,
los penes solidarios,
la pulpa de ciruela femenina
o, simplemente,
las caricias venidas de mí misma.
Es pantera, gacela, conejo,
se ofrece coqueta si la miman;
Se cierra violenta si la ofenden;
Es mi cómplice,
es mi amiga,
una eterna sonrisa de mujer complacida.

Rosamaría Roffiel  también conocida como Rosa María Roffiel




Nos Besamos

Nos besamos
por el puro
absoluto
placer de besarnos
listones de lenguas
dientes como peces alados
festín de salivas
giros
valses
pájaros

tu boca ranura
cereza
grosella
mi lengua gaviota
cometa
sirena
se encuentran
se tocan
se enredan

marineras de un viaje
sin ida ni vuelta

tu boca es el mar
mi lengua, un barco de vela.

Rosamaría Roffiel



Promesa

Para ti Terciopela

En una tarde cualquiera
en el momento preciso
saldré al encuentro de tu boca
me llenaré de sol en el verano de tu vientre
besaré con la palma de mi mano
el pico de tus pechos-paloma
te regalaré un caracol entero
para depositarlo entre tus muslos,
floridos por un deseo a punto de ser
descubierto
tras un amor de esencias
frente al mar.

Rosamaría Roffiel



Quise ser hombre

Una vez quise ser hombre

para casarme con mi hermana

que ya lleva tres divorcios.

Para amar a mis amigas

que en cada relación mueren un poco.

Quise ser hombre

para fecundar sus vientres,

no de hijos, sino de poesía,

vino tinto, relojes parados,

unicornios azules.

Para decirle a Josefina

cuanto admiro su forma de entregarse.

Para escribirle a Rosi

esas cartas que no llegan nunca.

Llamar por teléfono a Pilar

que espera tantas tardes.

Llenar de caricias prolongadas

el espacio de Beatriz,

que vive sola

y le tiene miedo a los temblores.

Quise ser hombre,

para amarlas a todas y no sentir más

el frío de sus lágrimas en mi playera,

ni mirarlas apagarse,

ni presenciar sus funerales

en sus ataúdes de treinta años.

Quise ser hombre

para invitarlas a volar el periférico,

a bailar descalzas porque el América

le ganó al Guadalajara,

para llevarlas del brazo hasta una cama

donde no tengan que fingir orgasmos.

Pero soy mujer y, aunque puedo

compartir con ellas la poesía,

escribirles cartas,

llamarlas por teléfono,

llenarlas de caricias prolongadas,

volar el periférico,

bailar descalzas,

secar su llanto,

tocar su alma…

No es suficiente.

No les alcanza.

Porque, desde niñas, aprendieron

que los hombres son un premio al que hay que amar,

sin importar si ellos las aman.

Rosamaría Roffiel



Seguramente así aman las diosas

Agua de luna, fresca, con puntos de plata. Sábana de encaje.

Sudario de luz. Lecho de nácar.

Dos mujeres. Dos cara a cara en este juego

irrepetible que es el amor. Fiebre de deseo, canción

de una voz. Saeta que se acerca, dulce rumor.

Dejo que la tarde te desnude, que consagre tu piel.

Tú, te ofreces como flor, como ola gigante.

¡Qué deseos de besarte!

Pero sólo te veo y te veo….. Y no me atrevo a tocarte.

Tus aromas me envuelven. Te siento, amor, te siento.

Tienes fuego adentro. El tiempo no existe. Sólo esto.

Fusión de suspiros, tormenta de ecos. Qué embriaguez.

Qué júbilo. Un vuelo de tórtolas sobre tu cuerpo.

Nido de alondra tu nido. Tu gruta encarnada.

Ansias, tengo ansias de tu vientre, del coral entre tus muslos.

Te dibujo con los ojos con tu propio contorno. Te miro mil veces.

Vuelvo a mirarte y no me canso. Cuántas humedades nos recorren.

¡Ay sudor que nos brillas la carne!

El silencio, callado, nos escucha desearnos.

Desde tu orilla, llega tu aliento y me muerde, excitado.

La tarde se tiñe de savia, de pájaros-flores, de un olor a sándalo.

Tu sexo tierno me invita. Lo mismo tu pelo. Tus pezones me retan.

¡Cómo quisiera llenarme la boca con ellos!

Acércate, las velas de mi amor están dispuestas a

navegar hasta tu más profunda piel, para tocar tu esencia.

Ven, vamos a amarnos y amarnos y amarnos, y a no parar de amarnos.

Cómo brilla en las pupilas la ternura. Cómo tiemblan,

encabritadas, las espaldas. Cuanta plenitud en una simple mirada.

Por fin, rompes el espacio con tu mano, rozas mis labios con tus dedos.

Deshaces el hechizo de la bella durmiente.

El deseo se desboca en un columpio infinito.

Nuestras caricias desgranan la noche.

La penumbra es un chal que nos cubre los hombros.

Afuera, el viento vuela la historia.

Bajo las sábanas, amor que pertenece al cosmos,

dos mujeres se aman con un lenguaje secreto, alejadas del mundo.

A pesar de todo.

Rosamaría Roffiel


Sobrevivientes

Somos locas rebeldes,
locas de estar vivas,
locas maravillosas,
estrafalarias, floridas.
Ovejas negras
descarriadas sin remedio,
vergüenza de la familia,
piezas de seda fina,
amazonas del asfalto,
guerrilleras de la vida.
Locas de mil edades
llenas de rabia y gritos,
buscadoras de verdades,
locas fuertes,
poderosas,
locas tiernas,
vulnerables.
Cada día una batalla,
una norma que rompemos,
un milagro que creamos,
para poder seguir siendo.
Locas solas,
tristes,
plenas.
Mujeres locas, intensas,
locas mujeres ciertas. 

Rosamaría Roffiel




"Soy autodidacta, como lo relaté en Amora, porque cuando terminé la secundaria pensé que iba a estudiar una carrera, pero mi mamá era viuda y muy joven, además tenía dos hermanos pequeños, me dijo que, como yo era la mayor tenía que estudiar una carrera corta y ayudar a mantener a mis hermanos. Así que estudié para secretaria. Y entré a trabajar en el periódico Excélsior como secretaria. Como se dieron cuenta que sabía redactar muy bien, me trasladaron al departamento de recepción y envío de cables. Así me empecé a formar como periodista, allí estuve once años."

Rosamaría Roffiel



“¡Todo es cuestión de terapia! Creo que eso de las relaciones abiertas vienen un poco de la tendencia izquierdosa que tiene que ver con la abolición de la propiedad privada.”

Rosamaría Roffiel



Tus sabores

Tu sexo me sabe a naranja
a campo
a miel
me sabe a volcán que se alza
a leyenda
a raíz que se prende a su ser
a puño cerrado
a patria
a ti
tu sexo me sabe a mujer.

Rosamaría Roffiel



"Yo descubrí mi lesbianismo ya entrados mis veinte años, no me considero nada más lesbiana, ser lesbiana es una parte más de mí pero no lo es todo. Claro que es una parte importantísima de mi vida pero no determina mi existencia. Y yo siento que mi lucha más fuerte dentro del movimiento lésbico ha sido a través de mi escritura, siento servir más a la causa con lo que escribo, que si me voy a parar en una marcha."

Rosamaría Roffiel



"Yo les digo a las mujeres lesbianas que quieren escribir, que lo hagan; que den rienda suelta a sus sentimientos y escriban. Hay talleres literarios estupendos. Y para las mujeres que están empezando a descubrir su sexualidad que, en efecto, la sexualidad se descubre, no la decides. Y que si descubres tu preferencia sexual, la aceptes con todo el amor del mundo porque será lo que te llenará el corazón y te convertirá en una persona plena. Si te la vives luchando contra tu propia naturaleza la pasas muy mal, que no se dejen llenar de culpa, porque a esta vida venimos a ser auténticas y ser cada vez mejores, y para tener la capacidad de amar, amar la vida y para ello, hay que empezar por nosotras mismas."

Rosamaría Roffiel













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