Gonzalo Torrente Malvido

"La bohemia literaria es una definición falsa que aporta muy poco. Esos que pasaron a la historia como bohemios, los Baudelaire y demás?esos no eran bohemios, eran simplemente maravillosos escritores que bebían y se drogaban. Pero llamarle a eso bohemia es una solemne tontería. La bohemia literaria es una bobada porque escribir es en realidad un asunto muy cordial, muy íntimo, que requiere un empleo total de la cabeza. Bohemia consiste en no comportarse según normas que no tienen nada que ver con el arte, sino con la vida normal. No hay artistas bohemios, todos los artistas son bohemios, extranseúntes de su propia vida."

Gonzalo Torrente Malvido



"La vida es más dura que la madera de los bancos donde he dormido."

Gonzalo Torrente Malvido



"Mauricio se despertó pensando que tenía que encontrar una salida a sus asuntos; durante los últimos meses, todo había ido muy bien, pero empezaba a sentirse preocupado y andaba como si fuera sobre una cuerda floja. No era ya el dinero que debía, sino la forma abierta como se iba complicando poco a poco. Estaba comprometido con Cecilia, y lo de Rebeca todavía sin solucionar... Menos mal que la llegada de Fasset había sido oportuna. Y absolutamente sin dinero. Y lo que era peor, sin una probabilidad de obtenerlo de una manera decente. Podía ir al juez y decirle que quería trabajar para pagar lo que debía; probablemente él le encontraría alguna cosa; pero lo que fuera no le daría ni para tabaco... Y mientras continuase saliendo bien el ir cogiendo un poco aquí y otro poco allá, no cambiaría de sistema. Era un círculo vicioso. De momento, tendría que decirle a Cecilia que se había quedado ya sin cinco. Nada, la solución estaba en hacer lo del moro. No había peligro, pero, aunque lo hubiera, valía la pena arriesgarse. Y después cambiaría de aires con plena autonomía. En el bar, después de comer, con la digestión a favor, era un buen momento para abordarlo. Claro que tendría que recurrir a Cecilia para comer. Y quizá él tardase dos o tres días en pagarle. Cecilia debía tener dinero en alguna parte... Al banco no iba. Mentalmente, Mauricio recorrió todos los sitios donde podía tenerlo guardado y los fue desechando hasta quedarse sólo con la estantería de los libros y el ropero como los únicos probables. Podía coger una cantidad sin decir nada y reponerla después con lo que le diera el moro. Se levantó para ir al cuarto de baño. Al volver a la habitación encontró a Cecilia sentada en la cama.
[...]
Hablaba con una gracia enorme. Probablemente, la sinceridad de todo lo que decía era muy poca, pero sabía cómo decirlo. A Mauricio le gustaba porque respondía a una manera de ser y de vivir reales, aunque el fondo de aquellas realidades apenas tuviera consistencia ni interés. Era frivolidad envuelta en educación. Algo que desentonaba en aquel ambiente de sol y borracheras. Algo que, además, tenía para Mauricio mucho mérito, porque era, al fin y al cabo, una forma de vida a la que se guardaba constancia absoluta. De todas formas, la familia de ella debía tener gran parte de culpa en su manera de ser."

Gonzalo Torrente Malvido
Hombres varados




"Yo me siento un imbécil; esa es la palabra que mejor me define. O un tonto, si quieres, ese soy yo... porque no he sabido aprovechar las ocasiones que se me han brindado en mi vida y porque he sido tal vez demasiado personal al trabajar y al escribir."

Gonzalo Torrente Malvido









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