Lucía Sánchez Saornil

"Algún día desenterraremos estas muertas queridas para escribir en la Historia sus nombres gloriosos."

Lucía Sánchez Saornil 



"Algún día hemos dicho en otra parte que la misión de la mujer no es pedir leyes, si no romper todos los decálogos. Crear una vida nueva y libre. Hacia arriba siempre. Nuestro puesto, como oprimidas, al lado de los oprimidos, y lo que podamos tomar o crear por nosotras mismas no esperarlo, como merced, de nadie."

Lucía Sánchez Saornil 



CÍRCULO CERRADO

No trates de escapar, es imposible
estás dentro de ti, sin huideros;
eres un duro claustro, un verdadero
callejón sin salida, Insostenible

es esa angustia , este rondar terrible
por dentro de ti mismo prisionero;:
diseñado en tu llevas tu sendero
en cerrado contorno inamovible.

Y apuraras tu vaso hasta las heces.
En círculos cerrados enloqueces
buscando una salida a tu camino:

Pero toda salida es ilusoria.
Porque, en verdad, la vida, es una noria
rondando sobre un eje de destino

Lucía Sánchez Saornil 



Cuatro Vientos

Mi balcón:
rosa del cristal frente al ocaso.

En el río del horizonte
naufraga Cuatro Vientos,
nido de águilas de acero,
de alas inmóviles
y vientres sonoros.

Tarde de Domingo,
cuando se ahoga el sol en el río fantástico.
He aquí los grandes pájaros sonoros,
rondel de gaviotas,
sobre un mar lejano.
En la costa ilusoria
hay un faro:
la torre radiotelegráfica.
He aquí los grandes pájaros sonoros,
que se elevan, se persiguen y se abaten,
sobre las lejanas olas imaginarias.
Tornan a alzarse
triunfales, como cóndores altivos,
trepidan los vientres locos
en una embriaguez de energía,
canto bárbaro de las fuerzas domeñadas.

Un pájaro soberbio
rasga el cristal del poniente
en un vuelo al sol.
Y de pronto
aletea... gira y cae.
Temblamos,
como si la tierra se hubiera removido
en una sacudida sísmica.

Un pájaro yace inerte y roto:
sobre la tierra,
cara al sol,
el corazón del pájaro muerto
de una estrella caída y opaca.

El río del horizonte,
que se había teñido de sangre,
se desbordó por los cielos. 

Lucía Sánchez Saornil 



"El concepto de madre [está] absorbiendo el de mujer, la función, anulando al individuo. Para un anarquista, antes que el trabajador, está el hombre, antes que la madre debe estar la mujer."

Lucía Sánchez Saornil 




Elegía interior

¿Qué viento, de repente,
ha secado tu alma?
***
Oh, si pudiéramos
hundir las manos en el fondo del tiempo.
Y traerlas colmadas
de las emociones antiguas!
Si pudiéramos, de nuevo,
leer las páginas que hemos dejado atrás
en las estanterías del pasado
entre el polvo de nuestra vida.
Minutos! Estampas inefables
que colgamos en nuestra galería
interior; galería encantada
donde había una brisa
que abría de repente las ventanas
a un eco de canciones
y de besos...
Quién ha cerrado nuestra galería?
Quién puso luto al sol?
Quién ha cerrado el libro
de nuestros madrigales?
Qué te ha dejado fría?
Qué viento, de repente
ha secado tu alma que no la encuentro?
El tiempo
sigue apagando lámparas
alma loca, alma mía.

Lucía Sánchez Saornil 



"Hay que edificar la vida nueva por procedimientos nuevos."

Lucía Sánchez Saornil 



“¿He de creer en ese Dios absurdo
ese Dios que hizo al hombre contrahecho?”

Lucía Sánchez Saornil 



HIMNO DE LAS MUJERES LIBRES

Puño en alto mujeres del mundo
hacia horizontes preñados de luz
por rutas ardientes, los pies en la tierra
la frente en lo azul.
Afirmando promesas de vida
desafiamos la tradición
modelemos la arcilla caliente
de un mundo que nace del dolor.
¡Qué el pasado se hunda en la nada!
¡qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo la palabra MUJER.
Puño en alto mujeres del mundo
hacia horizontes preñados de luz,
por rutas ardientes, adelante
adelante, de cara a la luz.

Lucía Sánchez Saornil 





"La madre es el producto de la reacción masculina frente a la prostituta que es para él toda mujer. Es la deificación de la matriz que lo ha albergado."

Lucía Sánchez Saornil 




"La misión de la mujer no es pedir leyes, sino romper todos los decálogos. Crear una vida nueva y libre. Hacia arriba siempre. Nuestro puesto, como oprimidas, al lado de los oprimidos. Y lo que podamos tomar o crear por nosotras mismas no esperarlo, como merced, de nadie."

Lucía Sánchez Saornil 



“La revolución es de todos y para todos, y no podemos admitir que nadie la monopolice.”

Lucía Sánchez Saornil 



“Lo nuevo y lo viejo, lo burgués y lo antiburgués, son términos propios, netamente burgueses. Sabemos de qué campo proviene el que los maneja; sin duda sabe el valor de las palabras, pero desconoce qué porción de mañana está contenida en la jornada de un peón.”

Lucía Sánchez Saornil 




¡MADRID, MADRID, MI MADRID!

¡Madrid, corazón del mundo!
-no ya corazón de España-
como túnica de cristo
malhechores te desgarran.
        ¡Ay, rondas de mi Madrid,
ríos de sangre y de lágrimas!
Tus noches no son tus noches
llenas de luz hasta el alba:
son pavorosos abismos
en cuyas negras entrañas
revientan frutos del fuego
maduros de vieja saña

***

¡Madrid, de los arrabales,
ríos de sangre y de lágrimas
abre la tumba a tus muertos!
-A nosotras, Malasaña!-
van las mujeres rugiendo
trémulas de fiebre y ansia,
galopando en potro de ira,
con las manos desplegadas
a la busca de campos de odio
de amapolas de venganza
¡Madrid, corazón del mundo,
corazón que se desangra!...
Por la Puente de Segovia
sube de cara al alcázar
entre roncos alaridos
el pueblo pidiendo armas.
-¡Madre, madre, me han matado
al hijo de mis entrañas!
--Anoche dejé a mi padre
quieto el corazón, sin habla.
Boca arriba en el arroyo
buscando un cielo sin alba.
-¿A dónde vas, compañero?
-Deja, mujer, que me vaya
no tengas celos de nadie.
Que es la muerte quien me aguarda
para jugarse conmigo,.
Firme el pulso y cara a cara.
La vida de mi Madrid
que tiene preso en sus garras.
-Voy contigo, compañero,
los dientes tengo y me bastan.

***

- A mí los de Avapiés,
Curtidores y la Caba;
los mozos de pelo en pecho
dispuestos a lo que salga.
Por Las puertas de Toledo
va en aluvión la “canalla”
en busca del enemigo
ciegos los ojos de lágrimas
prietos los dientes de ira
chocando al aire las armas.
¡Madrid, Madrid, mi Madrid
haremos una muralla,
con carne huma y de fuego
y a ver qué guapo la salta!

***

Todas las horas del día
están cortadas de alarma.
Cruzan veloces las calle
campanas precipitadas,
sirenas agudas gritan
en la noche ciudadana
y contra un terror oscuro
los sueños rompen sus alas.
         Debajo de las estrellas
los negros aviones cantan,
serpientes de traición silban
que hasta a al muerte acobardan.
La cuna que acuna al niño
no por ser cuna  se salva;
y crujiendo en su raíces,
muda de terror, la casa
alarga sus escaleras
y hace más honda su entraña.
¡contra el cielo ennegrecido,
pegan sus lenguas las llamas!

***

¿Muchachos al parapeto!
Desde Madrid os reclama.
¡adelante mujeres!
¡¡Adelante ! ¿Quién se tarda?

Una hora vale un año
un minuto una semana
¡Hagamos un muro de carne
y a ver qué guapo la salva!

Lucía Sánchez Saornil 




NOSTALGIA

Del fondo de nieblas
donde duermen
todas las músicas que hemos oído
como suspendidas
en un calderón interminable
me llegó
por el telégrafo del recuerdo
una incongruente melodía.
Un fresco olor de rosas recién abiertas
me conmovió,
Mis oídos, ávidos
para todas las voces inmóviles en la niebla
recogieron esta vez, mojada
como si saliera de una piscina.
Voz que venía temblorosa
como su hubiera corrido de estrella a estrella
hasta llegar a mí
y que me estremecía
como nos estremecen los adioses
que solo se dan con la mirada.
¿Qué voz era  esta
qué tantos retornos incoherentes
levantaban dentro de mí?
¡Y era mi voz más antigua.
la que lloró
por una estrella y por  un beso,
la voz blanca,.
Aún no teñida por ningún matiz:
la voz aun no moldeada
por palabras exótica
mi voz más antigua!
Y yo la desconocía
porque mi voz de hoy,
que se confundido cono tras voces
y se ha torcido con palabras enrevesadas,
ya no sabe llorar por las estrellas.
Estar tarde
la ternura de mi voz más antigua,
me ha hecho llorar
mis lágrimas más amargas.

Lucía Sánchez Saornil 



“Nuestro lema será ultra y en nuestro credo cabrán todas las tendencias, sin distinción, con tal que expresen un anhelo nuevo. (...) Jóvenes, rompamos por una vez nuestro retraimiento y afirmemos nuestra voluntad de superar a los precursores.”

Lucía Sánchez Saornil 



“Para un anarquista, antes que el trabajador, está el hombre, antes que la madre debe estar la mujer.”

Lucía Sánchez Saornil 



“Perderé como tú, si se da el caso, la cabeza pero nunca las alas.”

A la Victoria de Samotracia

Lucía Sánchez Saornil 



“Pero... ¿es verdad que la esperanza ha muerto?”

Lucía Sánchez Saornil 



“¿Propaganda en los sindicatos? ¿Propaganda en los ateneos? ¡Propaganda en casa! Es la más sencilla y la más eficaz. ¿En qué hogar no hay una mujer, compañera, hija, hermana? (…) La propaganda de atracción femenina no hemos de hacerla entre las mujeres sino entre los compañeros. Debemos comenzar por desarraigar de sus cerebros la idea de superioridad.”

Lucía Sánchez Saornil 




Que el pasado se hunda en la nada
¡Qué nos importa el ayer!
Queremos escribir de nuevo
la palabra mujer

Lucía Sánchez Saornil 




“Quiero creer en Dios, quiero creer,
no me enturbiéis la fe que voy buscando.”

Lucía Sánchez Saornil 




"Rechazamos enérgicamente toda responsabilidad en el devenir histórico, en el que la mujer no ha sido nunca actriz, sino testigo obligado e inerme."

Lucía Sánchez Saornil 



Romance de Durruti

¿Qué bala te cortó el paso
-¡Maldición de aquella hora!-
atardecer de noviembre
camino de la victoria?

Las sierras del Guadarrama
cortan la luz y sombra
un horizonte mojado
de agua turbia y sangre heroica.
Y a tus espaldas Madrid,
con el ojo atento a tu bota,
mordido por los incendios,
con jadeos de leona,
tus pasos iba midiendo
prietos el puño y la boca.

¡Atardecer de noviembre,
borrón negro de la historia!

Buenaventura Durruti,
¿Quién conoció otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre tierra española?

Acaso estabas soñando
las calles de Zaragoza
y el agua espesa del Ebro
caminos de laurel rosa
cuando el grito de Madrid
cortó tu sueño en mal hora...

Gigante de las montañas
donde tallabas tu gloria,
hasta Castilla desnuda
bajaste como una tromba
para raer de las tierras
pardas la negra carroña,
y detrás de ti, en alud,
tu gente, como tu sombra.

Hasta los cielos de Iberia
te dispararon las bocas.
El aire agitó tu nombre
entre banderas de gloria
-canto sonoro de guerra
y dura función de forja-

Y una tarde de noviembre
mojada de sangre heroica,
en cenizas de crepúsculo
caía tu vida rota.

Sólo hablaste estas palabras
al filo ya de tu hora:
Unidad y firmeza, amigos;
¡para vencer habéis de sobra!

Durruti, hermano Durruti,
jamás se vio otra congoja
más amarga que tu muerte
sobre la tierra española.

Rostros curtidos del cierzo
quiebran su durez de roca;
como tallos quebradizos
hasta la tierra se doblan
hércules del mismo acero
¡Hombres de hierro, sollozan!

Fúnebres tambores baten
apisonando la fosa.

¡Durruti es muerto, soldados,
que nadie mengüe su obra!

Se buscan manos tendidas,
los odios se desmoronan,
y en las trincheras profundas
cuajan realidades hondas
porque a la faz de la muerte
los imposibles se agotan.

-Aquí está mi diestra, hermano,
calma tu sed en mi boca,
mezcla tu sangre a la mía
y tu aliento a mi voz ronca.
Parte conmigo tu pan
y tus lágrimas si lloras.
Durruti bajo la tierra
en esto espera su honra.

Rugen los pechos hermanos.
Las armas al aire chocan.
Sobre las rudas cabezas
sólo una enseña tremola.

Durruti es muerto. ¡Malhaya
aquel que mengüe su obra!

Lucía Sánchez Saornil 





SERENIDAD

Quiero serenidad , me dije un día
quiero serenidad para morirme.
Yo, que afronté la vida sin rendirme
aceptaré la muerte sin porfía.

No quiero que me gane la impaciencia,
que este absurdo esperar sin esperanza
no se me haga tortura, a semejanza
de un turbio agonizar de la conciencia.

Para pasa el ecuador temido
quiero mi rebeldía , sosegada
y el ímpetu domado y contenido.

Que , si al fin, a morir he de rendirme,
no he de ser con la muerte porfiada.
Quiero serenidad para morirme.

Lucía Sánchez Saornil 




SONETOS DE LA DESESPERANZA

I

Pero... ¿es verdad que la esperanza ha muerto?
¿Es verdad que toqué ya la frontera
de mi destino? ¡Dios! ¿Y será cierto
que no me encenderá otra primavera?

Ya no veré altamares... sólo un puerto
de sirenas varadas que exaspera
mi ansiedad, condenada a un punto muerto,
contar, pesar, medir lo que yo era.

La catarata de mi sangre ardiendo
se espesa en lento arroyo, y en mi frente
ya no canta una alondra cada día.

Qué desesperación voraz y fiera
sentir el ascua del vivir se enfría...
que ya no espero nada... ¿Y Dios? ¿Me espera?

II

Ya no podré decir nunca “mañana”,
ese mañana fabuloso y mágico;
ahora un estupor cruel y trágico
de la tierra, del mar, del cielo emana.

¡Oh, mañana, mi tierra prometida,
siempre posible aunque jamás se alcance!
Hoy hacia ti su jubiloso avance
detiene al fin mi pie. Es ley de vida.

Me rebelo a aceptar esta derrota,
y me aferro tenaz a una remota
esperanza de arribo a tus arenas.

Si no es posible, más, decir “mañana”,
si la vida no tiene su diana,
¿para qué ya la sangre por mis venas?

Lucía Sánchez Saornil 



SOÑAR, SIEMPRE SOÑAR

Has jugado y perdiste, eso es la vida
El ganar o perder no importa nada;
lo que importa es poner en la jugada
una fe jubilosa y encendida

Todo lo amaste y todo sin medida
¿Cómo puedes sentirte defraudada
si fuiste por amor crucificada
con un clavo de luz en cada herida?

Sobre urdimbres de olvido van tejiendo
lanzaderas de ensueño otra esperanza
de un morir cotidiano renaciendo

porque un nuevo entusiasmo nos transporta
a otro ensueño entrevisto en lontananza
y en la vida, el soñar, es lo que importa.

Lucía Sánchez Saornil 




"Todas las épocas tienen su sello inconfundible: se definen por su estilo y éste se lo dieron los inquietos, los que padecieron la ansiedad de superarse constantemente."

Lucía Sánchez Saornil 



“-Voy contigo, compañero,
los dientes tengo y me bastan.”

Lucía Sánchez Saornil 













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