Santo Tomás de Villanueva

“Ama a Dios y todo lo que a tu cuerpo le resulta trabajoso será una gozada para el espíritu. Porque toda práctica corporal, como ayunos, obediencias, disciplinas y otros actos penitenciales, si falta el fuego del amor, son una carga para el alma, pero cuando hay amor de Dios, esos ejercicios duros del cuerpo se convierten en delicias para el espíritu.”

Santo Tomás de Villanueva



"Antes de pasar a la exposición del tema es conveniente para nuestra ilustración interpretar moralmente la letra del Evangelio, y así, junto con las alabanzas de la Virgen podremos encontrar algo saludable a nuestra conciencia. Pues es bien sabido que en estas dos mujeres están significados dos géneros de vida, la activa y la contemplativa. Entiendo por vida activa el socorrer al prójimo en sus necesidades, fatigarse en las obras de piedad para con el mismo, dar de comer a los hambrientos, vestir a los desnudos, visitar a los enfermos, enterrar a los muertos, etcétera. Y, en cambio, la vida contemplativa se dedica únicamente a cómo agradar a Dios, para poder experimentar con todos los santos qué es lo bueno, y lo más agradable, y lo perfecto que Dios quiere; buscando siempre con todo el ardor de la mente cómo agradar a Dios, cómo cumplir su voluntad."

Santo Tomás de Villanueva
Sermones de la Virgen María




"Dios no manda que acudamos al necesitado con lo superfluo, sino que le demos de lo que necesitamos."

Santo Tomás de Villanueva



"El pobre no es un extraño, sino un amigo de Dios."

Santo Tomás de Villanueva



"La caridad es el mejor y más perfecto medio para encauzar a los hombres hacia Dios."

Santo Tomás de Villanueva



“La cruz de la carne es la penitencia; la cruz del mundo, la pobreza, la cruz del espíritu, la obediencia. Con estas tres cruces, hermanos, somos perfectos, vivamos crucificados en ellas. No bajéis de la cruz, que os bajen los ángeles. Si te dicen tus allegados, si te insisten los grandes del mundo: baja de la cruz, ven a predicar y te haremos caso, di que no, no lo hagas.”

Santo Tomás de Villanueva



"La limosna no sólo es dar, sino sacar de la necesidad al que la padece y librarla de ella cuando fuere posible."

Santo Tomás de Villanueva



“La vida consagrada, enraizada profundamente en los ejemplos y enseñanzas de Cristo el Señor, es un don de Dios Padre a su Iglesia por medio del Espíritu. Con la profesión de los consejos evangélicos los rasgos característicos de Jesús —virgen, pobre y obediente— tienen una típica y permanente «visibilidad» en medio del mundo, y la mirada de los fieles es atraída hacia el misterio del Reino de Dios que ya actúa en la historia, pero espera su plena realización en el cielo.”

Santo Tomás de Villanueva




Las reglas para ser feliz

PRIMERA

La vida es: amar a Dios, al prójimo y  cumplir sus mandamientos.

Deja de pecar, determina  no cometer un pecado sabiéndolo.

Ejercita en todo lo que hagas la virtud, pidiendo la gracia a Dios. Guarda su amor de tal manera, que sólo a Dios ames .

SEGUNDA

Remedia tu vida pasada, confesándote más seguido  y observando con gran diligencia tu conciencia.

Siente dolor y llora  con mucha vergüenza y humillación, piensa en la ceguera pasada, y tratando en tu memoria la historia de tu vida perdida.

Haz algún ayuno , o vigilias, o disciplinas, o silicio que aflija la carne y hagan venganza del deleite pasado; y este ejercicio durará algún tiempo, porque hasta que este sea bien hecho no debes hacer otro.

Para dejar de pecar, ayudará al principio la abstinencia, la soledad, el silencio, la oración, la ocupación, vigilia, consideración de la muerte y del Juicio, del Cielo y del Infierno.

TERCERA

Huye de conversaciones mundanas, que ahogan el espíritu y el buen deseo del alma,  y procura alguna conversación con alguna persona verdaderamente espiritual, en quien more Dios, porque, como un carbón encendido enciende a otro, así un corazón encendido e inflamado en espíritu inflama a otro.

CUARTA

Huye y menosprecia todos los placeres pasados y deleites vanos que te propone el mundo y procura descubrir otros deleites interiores, mayores y más perfectos, del espíritu y del entendimiento. Los cuales dan mayor desvanecimiento al alma y hacen parecer torpes esos deseos mundanos y lo mismo digo de todas las riquezas, honras y favores de este mundo.

Procura  tener el corazón limpio de toda afición temporal y aléjate  de todo amor apasionado a las criaturas, porque Nuestro Señor te llenará de sí y de su sagrado espíritu; porque este preciosísimo bálsamo no cabe en vasos sucios, ni dará Nuestro Buen Señor sus margaritas a los puercos. Y aconseja en esto mismo a los que están cerca tuyo.

QUINTA

Limpia a menudo tu conciencia, de ocho a ocho días, confesando y comulgando con mucha devoción; porque así se alcanza la gracia para perseverar y tener gran fortaleza y firmeza en el buen principio y comienzo.

SEXTA

Ten en casa un oratorio, que te guste estar en él, para conversar con Dios, porque aquí debes fundir tu corazón para salir con el fuego del Espíritu Santo. Aquí se alcanza todo bien. Lo que haz de hacer en el oratorio es procurar el don de lágrimas, llorando tus pecados y examinando tu vida pasada.

Toma en cuenta cómo vives ahora, verte y mirarte como en un espejo, ordena tu vida para adelante; piensa devotamente en la Pasión y en los otros misterios de nuestra Redención. Da gracias a Dios por todo lo que te ha dado en general como la creación del mundo y la Redención del género humano, y por los bienes particulares particulares.

Contempla el engaño del mundo, la brevedad de la vida, la eternidad de la Gloria, y baja al Infierno, contemplando las penas de los dañados y malos que en esta vida vivieron mal; y mira los moradores del Cielo,  desea ese lugar, y conversa con los que allí puedes encontrar; mira desde allí, como desde alto, las cosas de esta vida, los trabajos vanos y deseos superficiales de los hombres y sus errores.

Contempla como en espejo tu conciencia; abre a Dios tu corazón, demostrándole tus deseos, y habla con Él con toda reverencia y amor, y dile tus faltas, tus miserias, tus enfermedades y trabajos, tus necesidades, tu peligro, tu sequedad, tu tibieza, tu maldad, tu inquietud, tu orgullo; y pídele perdón, socorro, remedio, luz, gracia, firmeza, verdad, pureza, agradecimiento, amor, humildad, rogándole por ti y por todos los que tienes a tu cargo, por los afligidos y por la Iglesia,.

Y puedes hacer otros semejantes ejercicios espirituales, como meditación, oración, contemplación. Aquí se alcanza gracia, pureza, devoción, don de lágrimas, luz, conocimiento de la verdad, y todas las virtudes y riquezas espirituales; aquí hace el hombre su oficio para el que fue creado. Esta es la verdadera vida, porque lo demás que se emplee en negocios y curiosidades del mundo, todo está perdido. En este oratorio pasa el más tiempo posible

SÉPTIMA

Guarda la lengua y el corazón y ten en cuenta  tus pensamientos, deseos y palabras, sacude pronto de tu corazón todos los pensamientos sin sentido y dañinos. Oír mucho y hablar poco y sobre todo examina tus pensamientos. Huir de toda murmuración y mal juicio de otros. No te ocupes en leer, ni contar, ni oír hechos de otros, ni ser curioso de saber vidas ajenas.

OCTAVA

Ten cuidado de no perder el tiempo, acordándote siempre que de este momento de vida depende la eternidad futura de Gloria; y ten por gran pérdida usar una hora mal, ya que en una hora se puede ganar tanto bien perpetuo; y esto séllalo en tu memoria.

NOVENA

Procura de crecer en toda virtud, mirando como en espejo las virtudes de los otros e imitarlos; porque en las virtudes está el fundamento de todo bien.

Se piadoso, manso y sufrido, amoroso y caritativo con los pobres, de buena conversación, sin perjuicio de nadie; hacer bien a todos y a nadie mal, ni en juicio, ni por palabra, ni por obra. Sufre las debilidades ajenas, no recrimines sus pecados, sino con piedad ruega a Dios por los que se equivocan

DÉCIMA

Toma en cuenta todo lo dicho, muévete  y repróchate, anímate cada día a ser mejor e ir adelante, no lo olvides jamás; esto te asegura la Gloria que te espera, y siembra en esta vida para recibir en la otra los frutos.  Esta es la verdadera felicidad. Y pide la gracia para aprovechar mejor estos consejos, pide siempre salud, socorro y luz para conocer el bien, y gracia para amarlo, y fuerzas para  seguirlo  y perseverar;  ponlo en práctica.

Santo Tomás de Villanueva



"No hay mejor modo de amar a Dios que amar a los pobres."

Santo Tomás de Villanueva























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