Teixeira de Pascoaes

El demonio

I

El Demonio existe. ¿Quién no ha visto, por todos lados,

su figura?

II

Las raíces de los árboles recuerdan garras diabólicas,

viradas hacia el Infierno.

El río más idílico, de vez en cuando, se toma pálido, como

si se parase, turbado y ennegrecido en su intimidad...

El mismo sol, en su más vivo esplendor, dice palabras

malvadas a nuestra sangre;

y le inyecta filtros tenebrosos.

La flor es hermana del crimen.

III

¿Y la sonrisa de la tiniebla? ¿Y la ironía satánica
de las cosas,

que nace, por contraste, de nuestro dolor? ¿Y lo que

hay de castigo, de pena infligida, en la roca en bruto?

El Demonio existe...

IV

En mis horas de meditación, cuando mi ser se hace tras-

cendente y se emociona, y es más un quejido de súplica

que una presencia enigmática, devorándose a sí misma,

veo, por todas partes, vagas visiones de Demonios es-

piando mi sombra, que les sonríe...

V

Hay otros momentos en que mi alma, iluminándose,

imagina iluminar… y descubre, en un delirio hechizado,

perfiles angélicos de luz, blancos temblores de alas,
floridas

lejanías paradisíacas… todo el cielo empieza a clarear...

VI

En las horas vulgares, adoro las puestas de sol, la
noche,

el luar, los valles y los pinares; soy también una cara del

Demonio, y un amor fraterno me ata a todo.

VII

¡Yo también te amo, Satanás! Eres un Dios de luto, un

Dios que sufre… Tus alas, al abrirse, cubren de negro el

cielo, y tus lágrimas ardientes hieren la oscuridad,

que sangra fuego.

VIII

¡Oh, cosas yermas de la Naturaleza, expresiones

demoníacas de la Vida, quien os ama de verdad no soy yo:

es mi sombra, que lucha con mi espíritu!

IX

¡Y vosotras, sombras de la noche, bailad con mi fantasma

a la luz de la luna!

¡Él vive dentro de mí, en un monólogo, extasiado en tu

imagen, Ofelia!

Pero sus palabras se me mueren en los labios; son como

señales de silencio, separadas de las otras, las que tienen

sonido y relieve.

X

Oh, pobre sombra mía, cómo te fundes con la tierra,

mientras la luz de mis ojos, luminoso anhelo del alma,

huye hacia los astros...

¡Me debato entre mi sombra y mi alma!

Esa fragilidad que hay dentro de mí, esa aventura,

ese dolor, ¡me seduce!

Adoro a la mujer en mí mismo.

XI

Lo que pasó, lo que ha de venir, es la sustancia de la

Saudade.

Lo eterno está compuesto de formas transitorias.

XII

La Presencia se torna Ausencia, para conquistar la

Eternidad. Por eso, el hombre se esconde de sí mismo.

Le repugna estar presente, es decir, ser mortal.

XIII

 …
ausencia de la criatura

Pero presencia de Dios.

(Las Sombras)

Sí: Dios es la Ausencia infinita y Satanás la infinita

Presencia.

Por esto amo también al Demonio. Lo amo en las nubes,

en los árboles, en las flores, en la tierra y en mi cuerpo...

¿Qué seré yo? Quizá una señal en su cabeza. ¿Y el sol?

Quizá la risa en sus labios.

XIV

Sólo a Dios pertenece mi fantasma. En él vivo

en saudade.

Teixeira de Pascoaes



"El portugués del futuro, el portugués ideal que nosotros soñamos, ha de ser creado en la escuela primaria, cuando el alma de los estudiantes es infantil, espontánea y viva.
[...]
Nuestro llamado genio aventurero que hoy se desprecia, así como nuestro temperamento mesiánico, más despreciado aún, son las dos grandes cualidades del pueblo portugués y sólo por su cultivo inteligente, que las revigorice y dirija en un sentido conforme con su esencia y naturaleza, es por lo que Portugal renacerá para una gran vida europea.
[...]
Dar a la Patria portuguesa la conciencia de su ser espiritual, y dar más relieve, más nitidez y vida a su presencia entre las otras naciones y prepararla, sobre todo, para el cumplimiento de un alto destino."

Teixeira de Pascoaes pseudónimo literario de Joaquim Pereira Teixeira de Vasconcelos
El arte de ser portugués








GALICIA terra irmá de Portugal
que o mesmo Oceano abraça longamente.

La misma saudade que no miente
la misma hermandad que ella siente
por cuanto fue conjunta casi igual.
Solo el fado la hizo diferente.

Teixeira de Pascoaes




LA NOCHE LUSÍADA

I

El Sol de los Descubrimientos se puso por el poniente;

atardeció el canto heroico y ardiente; mística y nebulosa

canción, dispersa en el crepúsculo; y la primera estrella

brilla, a través de su ritmo sombrío...

II

Nubes de mármol, llenas de otoño, recuerdan aladas

Perspectivas de un mundo que se dibuja...

III

Presentimientos, figuras, apariciones,

dibujan en el aire sus formas ardientes…

Los árboles hablan en el erial, y la
noche

parece que los escucha… Extáticos bultos montañosos

esculpen el rostro de la distancia, marejada de estrellas.

Hay rastros de almas en el paisaje...

IV

¡Oh, noche de Portugal, por donde vaga la sombra del

Encubierto! Su voz es el viento, y su espada

brillante incendia los negros horizontes.

El luar viene de la plata pulida

de su escudo, que refleja tristezas y recuerdos…

Y la niebla, que Sube desde los valles,

es la perturbación de las cosas que lo presienten…,

su presencia, fantástica, que cobra color y relieve.

V

Es él, el rey de la Saudade, coronado de estrellas,

que regresa...

Teixeira de Pascoaes





Señora de la Noche

Y la aurora se va, abandonando
Mi cuerpo, envuelto en sombras... Y, en los cielos,
Vuelan muertas penumbras, que recuerdan
El errante fantasma de algún dios...
Divinidades vencidas que pasean
Por la floresta abrasada del ocaso...
Y sombras de Cupidos revolotean,
Y Venus aparece, vagamente, a lo lejos...
Y hay ninfas de resplandor de luna, enterneciendo
La melancólica tarde que se esfuma...
Arcoiris de sombras describiendo
Su bóveda de lágrimas y bruma.
Y el fantasma de Pan, entre los árboles,
Proyecta la luctuosa sombra de la Cruz...
En el silencio, voces... Se alza el miedo
Ante el dramático declive de la luz.
Y, en el triste crepúsculo sombrío,
Vagan sombras de faunos... Los pinares
Sienten un hondo y gélido temblor
Y susurran a los vientos espectrales...
Y, en los bosques, los cirios de las bacantes,
Casi apagados,
Titilantes,
Dejan motas de luto... Y desdeñosas
Nereidas, en las aguas susurrantes,
Bajan la vista, tristes, pensativas...
Y enajenadas, sonámbulas, buscan
Edades de oro, las eras primitivas.

Teixeira de Pascoaes








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