Aurora Venturini

"A cuatrocientos kilómetros de la costa chilena, el piso es volcánico frente a Rapa Nui, de una coloración gris elefante, como cuero estirado sobre la provincia de Atacama, a la que es adscripta la isla. Sube desde el mar una niebla azul liliácea y uno se recuesta en un fondo siniestrado aguardando que el Coloso del Pánico, goyesca demencial, brote en hongo de la marina. En el arcaico suelo, blando entonces, enormes pies plantaron sus huellas como mensajes vecinos de los monumentos. Entre rala vegetación emergen cabezudos de piedra, según dicen obra de una extraña civilización desaparecida. ¿O serán los dioses representados de una insospechada paganidad?
"De noche cantan", me dijo alguien.
Lo comprobé. La noche canta en el viento de las concavidades de la cara de quince metros de altura. ¿A quién dedica sus cantares? ¿Acaso a un pueblo de argonautas que oculta el Pacífico? ¿Acaso a los habitantes de las otras islas encalladas como galeones de una flota fantástica e imposible?
Uno descubre la voz, de la patria muda o antigua Rapa Nui. Uno saluda al cráter, a Ranu Raraku. Uno se convierte en aprendiz de volcanes, como Pablo Neruda niño, viendo las lenguas del Aconcagua, el fuego del Tronador. Y como en La Rosa Separada en su anochecer, ve el fuego de Villarica, fulminando el ganado entre un crepitar de bosques abrasados.
Dicen que las islas fueron creadas por el viento transportador de arcilla, barro y semen que volaba. Que brotó de tal empresa, la Melanesia y más tarde la Polinesia. Y los dedos del Señor Viento esculpieron con arcilla mojada la estatua inaugural, y con alegría de travesura infantil él mismo la desmoronó al instante. Construyó, después, una segunda estatua, esta vez de sal, y con furia de artífice celoso, el mar la disolvió. Y el Señor Viento demostró su poder superior a cualquier otro poder esculpiendo al Silencio moai de granito y para siempre. Y el Ser que lo es mira con la mirada de la piedra. Huele con su nariz de proa. Mide la distancia desde la claridad del rectángulo. Al Señor Viento le gustó proliferar sus cíclopes en piedra en amoroso connubio con las brisas de Oceanía y fueron brotando las enormes cabezas de cuello alto y grave permanencia.
Preocupante permanencia. Como de eternidad."

Aurora Venturini
Nosotros, los Caserta



"Ah…los puntos…fatigan pero adentro de la cabeza ponen ideas tantas que se atropellan y luego ya no sé qué era lo que tenía interés de aclarar (…)."

Aurora Venturini



"Mi enemigo mayor ha sido el pertinaz y degenerado elemento rigor mortis, que me mortifica como ha de mortificar a los difuntos que lo sufren fatalmente, y a mí me martiriza porque al ser muerta en vida, los cristales del hielo de tal caparazón significan cuchilladas. Y bajo tal caparazón van las malquerencias, los desprecios, el bagaje inmundo de la impudicia que cargo a mi espalda como el giboso su joroba. Me diviso niebla espesa y pude ser sol, pero la luz criteriosa hoy me muestra en un campamento mendicante y negativo de mis valores que, siendo muchos y reconocidos, molestan a los injuriosos nacidos en la plebe de la corrupción, y son la mayoría. Los más fornidos y los más descarados me vencieron aunque luché media mitad de mi existencia, igual me torcieron los brazos y la voluntad y ya no pude más con mis desvergüenzas y mis desventuras. Y acepté al final casi la cama podrida de sábanas manchadas de una reciente muerte dolorosa cuyo fantasma una vez me atropelló, tiró contra la pared, y sin darme cuenta terminé sentada tres habitaciones más allá, como una bámbola de trapo despavorida. Debí huir entonces. Debí escapar de un rodeo de muebles apestados de objetos increíbles por lo vulgar y opaco de sus materiales y estructuras, y de la vanidad de alguien que, enano, asegura ser atleta, figurándose deidad del Olimpo. Que no existe criatura peor que la criatura vanidosa capaz, no obstante, de lamer las suelas a un dador de jerarquías, nacido en el alto y jactancioso de sus habilidades y poderes, tal herencia pagaré llorosa y magullada. Tal herencia pagaré oyendo las risas de los dueños y entre salpicaduras horrendas, y todavía ruego atención a las bestezuelas del odio, que son las bestezuelas del duelo nuevo o renovado, el mismo, igual al antes padecido, aún peor. Y vuelvo al territorio de la muerte incursionando en el hogar de los muertos, vuelvo al territorio a saborear desprecios y muecas indecentes y a la venganza de aquellos que han tocado los límites más profundos de la depredación humana. ¿Y si no vuelvo? Dígame la sombra de mi sombra, la lágrima de mi lágrima, la vergüenza de mi vergüenza, ¿qué hacer? ¿Qué debo hacer?».
Finalizó la lamentación de Matilde que leyó del cuadernito y las tres que ahí estábamos sumando a Antonella cuatro gritamos ¡No vuelvas Matilde quédate con nosotras! y ella pareció sorprendida y trató de disimular que lo leído no era su verdad existencial sino un cuento que luego terminaría pero ninguna le creyó."

Aurora Venturini
Las amigas



"Mis seres son todos monstruosos. Mi familia era muy monstruosa. Es lo que conozco. Y yo no soy muy común. Soy una entidad rara que solo quiere escribir. No soy sociable. La única vez que me reúno con alguien es el 24 de diciembre."

Aurora Venturini



"Pinté las sombras que no pude evitar porque llevo dentro de mí tantas sombras que cuando me agobian (ídem) las expulso encima de mis pinturas."

Aurora Venturini


"Tan ocupada estuve en los últimos tiempos que no paraba en casa sino apenas para comer o comía por ahí algo liviano y fui perdiendo de vista a Petra, a Betina, a la tía Ingrazia y Danielito, a Rufina, porque volaba como un pájaro para cumplir compromisos contraídos lástima que nunca pude dar charlas por mi dificultad en la palabra hablada y los claros desérticos que se me hacían dentro de la cabeza donde iban a parar motivaciones inspiradas en objetos y sujetos en sentimientos o alegoría que después vertía en mis obras ya que yo significaba un nexo (diccionario) entre algo y alguien, algo que obligaba y algo que brotaba como agua de fuente y ahí estaba la creación.
Un atardecer vino Petra a contarme que lo que había propuesto al vecino ya se llevaba a cabo, una noche saltaba él otra ella trepaba y siempre practicaban lo que ustedes saben y les pido disculpa pero yo escribo francamente.
Le pregunté a Petra si ella sentía amor por el vecino y ella me dijo que sentía amor por el recuerdo de Carina que fue su hermanita embarazada por ese oso vende papas y que él estaba muy seguro de que ella lo adoraba porque para practicar eso que ustedes saben es necesario amar profundamente de otra manera él dejaría de amarla a ella y pensaría que era una prostituta significa que el papero algunos ideales confesaba pero el hecho de haberse aprovechado de la angelical Carina tiraba todo al piso de tierra del sucio galpón que compartía de vez en cuando con Petra.
Y así pasaron seis meses más que sumados al año en que empezó la gimnasia de salto y trepada hacían un año y medio y un día siempre a la hora crepuscular vino Petra y la noté extraña pálida y no diré temerosa porque la enana liliputiense no temía a nada y para mí que si hubiera cometido un delito por ejemplo envenenar a la mujer del vecino papero le sería fácil escurrirse por cualquier hendedura como una cucaracha. Igual le manifesté que la notaba nerviosa y notaba que mantenía la manecita de mona tití en el bolsillo y como yo observé eso quitó la manecita de ahí y se arregló el flequillo que decoraba su frentecita pero no me convenció la simulación de tranquilidad exagerada por el apronte de sacar la mano de un lugar y llevarla a otro mirando a ver si convencía su actitud que no me convenció y volví a rogarle esta vez que no fuera a herir ni con el pensamiento a la papera que era tan inocente como Carina aunque vieja y ordinaria y me juró por la memoria de la finadita y del bebé que nunca ideó lastimar a la papera ni con el pensamiento y me tranquilizó.
Recién ahora sé que no soy tan intuitiva.
Esa noche me acosté a las doce y no podía dormir cuando oí los alaridos de la vecina la mujer del papero que esa noche le tocaba esperar a Petra para lo que ustedes saben y junto con los gritos de la mujer oí un golpe a la puerta de mi dormitorio y era Petra que en seguida pasó a mi bañito a bañarse y lavar ciertas prendas íntimas. Nadie oyó su desesperada visita diré y fui al baño y estaba dentro de la bañadera jabonándose y vi que el agua estaba rosadita como cuando se lavan los trozos de pata muslo gallináceos y Petra me dijo cerrá la puerta y vamos a dormir las dos juntas y mañana vos decís que pasé toda la noche durmiendo aquí y yo le aseguré que cumpliría pero que ella me asegurara que la sangre no era de la mujer del vecino y juró de nuevo que no.
Yo que había oído los gritos de la mujer supuse que ella no era la victimada (diccionario).
Ayudé a bañarse a Petra hasta borrar cualquier manchita de sangre también de su ropa que pusimos a secar cerca del horno y del fogón y cuando agarré la casaca cayó del bolsillo un cortaplumas que sumergí en la bañera y Petra me indicó que me pusiera los guantes de goma y volviera a lavar el cortaplumas que según me dijo era una navaja sevillana y le hice caso sequé la navaja y la envolví en un papel de diario.
Después Petra habló a tía Ingrazia madre de ella y le explicó que fuimos a caminar y como era tarde se quedaría a dormir en mi casa también para ayudarme a limpiar la habitación salpicada de pintura y a mí me rogó que si alguien preguntaba si ella había pasado la noche en mi casa dijera que sí y que repitiera todo cuanto ella dijera a su madre porque de otra forma se vería en problemas y nos fuimos a dormir que buena falta nos hacía.
Como yo no podía conciliar el sueño me levanté y fui a pintar dos cartones uno con la denominación de Enana desnuda y el otro con la denominación Enana vestida y en caso de que alguien dudara de su estada en mi casa el día y la noche anterior ahí estaba la prueba de que Petra no sólo ayudó sino también sirvió de modelo a su prima pintora, yo digna de respeto y conocida en el ambiente plástico. Ahora intuía horrores que a la mañana siguiente leería en el diario pero que por discreción no pregunté a mi prima y también por lástima y por el recuerdo vivo de la difunta Carina y su bebé.
Así las cosas Petra se levantó a cebar mate y admirada de sus retratos lanzó grititos de mónita del zoo y yo le dije que ella debía decir si la interrogaban que había posado casi durante toda la noche y ella me abrazó y exclamó sos una genia y seguimos tomando mate con factura hasta el mediodía en que abrimos el diario que yo había hojeado y le indiqué a Petra que leyera las noticias sin demostrar saber algo con antelación (diccionario) y que no hiciéramos ya comentario alguno sobre el sangriento episodio y como vivíamos cerca salimos a ver cuando la ambulancia escandalosamente sacó dentro de una bolsa supusimos un cadáver aunque sabíamos de qué se trataba."

Aurora Venturini
Las primas



"Todo lo hace la voluntad de la persona."

Aurora Venturini



" (…) y como me vino la inspiración, pinté a brochazos apresurados motivos atinentes a cuanto ocurrió esa semana trágica, abundante y goyesca. Ya dije que por dentro de mi psiquis sabía detalles y formas, que era muy distinta a la boba de afuera que hablaba sin punto ni coma porque si ponía punto o coma perdía la palabra hablada (…)."

Aurora Venturini



"Yo no soy muy familiera, nunca fui, pero siempre acabo escribiendo sobre mi familia, o sobre familias. [...] Mi familia era muy monstruosa. Es lo que conozco."

Aurora Venturini



"Yo nunca hice ningún daño, pero hay cosas que uno cree que son de una forma y resultan ser de otra. Cómo será la inteligencia divina, yo no sé."

Aurora Venturini




















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