Liudmila Ulítskaya

"Así como los hombres mienten de un forma práctica, con un fin las mujeres lo hacen de pasada, por descuido, sin causa sin motivo, con ardor, de improviso, poco a poco, sin orden ni concierto, desesperadamente, de modo completamente inmotivado. Aquellas que poseen ese don mienten desde la primera hasta la última palabra que pronuncian."

Liudmila Ulítskaya
Mentiras de mujeres



"Bueno, sabemos que la genética no estudia el alma, sino el cuerpo, la corporeidad. Sin embargo, en la última década, se empezó a estudiar algo llamado paquetes de genes: una colección, una característica nacional de nuestros genes. Se cree que es posible decir algo sobre la frecuencia genética de una determinada nacionalidad. Solíamos pensar, por ejemplo, que los eslavos son de pelo rubio y ojos azules, y que las personas de raza africana son de piel oscura y ojos negros. Pero, del mismo modo, existen muchos otros rasgos hereditarios y no todos han sido estudiados hasta la fecha. La elección de convertirme en genetista cuando era joven vino determinada por algo que me interesaba de una forma loca: la composición del hombre. Si hoy tuviera que volver a elegir mi profesión, creo que me inclinaría por la antropología, sin descuidar ese apartado llamado genética humana."

Liudmila Ulítskaya




"Cada persona que escribe un libro, un artículo o lo que sea, mira más allá. Se monta su propia película y se ajusta a lo que ve, a los miedos, etcétera. Esta norma provoca una lucha interna."

Liudmila Ulítskaya



"Durante veinte años, de los siete a los veintisiete, Sonechka había leído casi sin tregua. Cuando se sumía en la lectura era como entrara en trance y sólo volvía en sí al pasar la última página del libro.
Atesoraba un talento excepcional, tal vez una suerte de genialidad para la lectura. Su empatía con la letra impresa era tal que confería a los personajes de ficción la misma categoría que a las personas de carne y hueso, parientes y amigos, y el sufrimiento sublime de Natalia Rostova junto al lecho del moribundo príncipe Andréi era para ella tan auténtico como el dolor desgarrador experimentado por su hermana cuando perdió a su hija de cuatro años como consecuencia de una estúpida distracción. Mientras hablaba por los codos con la vecina, no se dio cuenta de que la niña, regordeta, había caído dentro de un pozo...
¿Qué era aquello? ¿Una incapacidad total para comprender el elemento lúdico inherente a todas las artes, la confianza pasmosa de una niña que no ha crecido, la falta de imaginación que llegaba a borrar la frontera entre ficción y realidad, o bien, por el contrario, una huida obstinada al reino de la fantasía donde todo lo que quedaba fuera de sus confines perdía el sentido y la sustancia?
La devoción de Sonechka por la lectura, que se había transformado en una forma leve de locura, no cesaba de avivarse mientras dormía. Parecía incluso que leyera en sueños, imaginando novelas trepidantes. Según la naturaleza de la acción, visualizaba el estilo de la tipografía, y por un extraño instinto, sentía aflorar los párrafos y puntos suspensivos. La sensación de desplazamiento espiritual que le provocaba su pasión enfermiza se redoblaba incluso durante el sueño, porque era entonces cuando desempeñaba de pleno derecho el papel de heroína o héroe, morando en la delgada frontera entre la voluntad tangible del autor, de la cual era consciente, y su ambición personal de movimiento, aventura y acción."

Liudmila Ulítskaya
Sonechka




"Esa Rusia, ese mundo en el que vivía, ya está destruida y no hace falta que esté pasando por una guerra, porque (su invasión a Ucrania) ya es como una guerra."

Liudmila Ulítskaya



"La censura en Rusia ha cambiado sólo una palabra en mis libros. Digamos que en vez de puta, han puesto prostituta."

Liudmila Ulítskaya



"La experiencia más valiosa, es la experiencia del perdedor."

Liudmila Ulítskaya



"Lo primero es que un hombre cuando miente siempre suele, en la mayoría de los casos, mentir por razones pragmáticas, en cambio, la mentira de mujer es más fantasiosa y, evidentemente, más creativa o más teatral. Para mí como escritora, la mentira de mujer es mucho más interesante."

Liudmila Ulítskaya



"Me da mucho miedo que si me dan el Nobel tendré que invertir en esto mucho tiempo, y ya tenemos a Brodsky, por ejemplo, que lo vivió fatal, que decía que le robaron un año de su vida. ¡Entonces mejor no!"

Liudmila Ulítskaya



"No me considero feminista. Nunca me he declarado así. Escribo sobre las mujeres porque conozco y entiendo a las mujeres mejor que a los hombres. Además, tengo la sospecha de que en Rusia las mujeres son fundamentalmente de mejor calidad, de mayor calidad humana, que los hombres rusos. Sí, creo que, si hacemos esa comparación, la calidad de una mujer rusa es mucho mayor que la de un hombre ruso. Querido, te digo esto aunque mi marido no esté aquí. La cuestión es que el feminismo en Rusia y el feminismo en Occidente son cosas muy diferentes. Totalmente diferentes."

Liudmila Ulítskaya



"Resulta que usted es la única persona con la que puedo hablar de lo más importante para mí. Me doy cuenta de que una confesión de este tipo puede causar una gran incomodidad a su destinatario. Pero, conociendo sus enormes dotes espirituales, le suplico que me escuche. La forma escrita es la más cómoda porque hay cosas más difíciles de decir que de escribir. Pero usted no puede no entenderme. Precisamente porque tiene esa experiencia rara e indescriptible que me explicó durante nuestro último encuentro. La experiencia del contacto directo, la experiencia de escuchar y de ver cosas invisibles. También a mí, desde la primera juventud, casi desde la infancia, se me reveló la existencia del mundo del espíritu, y esta revelación me alejó de las niñas de mi edad.
Le dije que perdí a mi padre muy temprano, no guardo de él ningún recuerdo. Mamá murió cuando yo tenía nueve años y me crió una tía, una buena mujer, pero muy desabrida. No tenía hijos, ya no era joven. Se casó por primera vez en torno a los cuarenta años y su matrimonio me causó muchos disgustos. Su marido tenía alguna ascendencia oriental; aunque su apellido era ruso, su aspecto era completamente tártaro. También su crueldad era tártara. Mi tía lo adoraba, estaba pegada a él como una gata y desde entonces se me quedó para siempre una repugnancia por la vida física: vivíamos en una sola habitación y su trajín nocturno me producía ataques de auténtica náusea. Rezaba a la Madre de Dios que me preservara de aquello y entonces empezaba a oír música. Era un canto angelical y me arropaba como un abrigo, me calmaba y me quedaba dormida, y mi sueño continuaba, arrullado por esa música. Cuatro años duró el matrimonio de mi tía, era una obsesión carnal, y su impudicia era una tortura, aunque la música me protegía mucho. Luego aquel horrible Guennadi fue transferido a otro lugar (era militar) y desapareció para siempre. Al principio mi tía trató de encontrarlo, pero era evidente que había dado instrucciones para que no le dieran a mi tía la nueva dirección. Su matrimonio no estaba formalizado. Le confesaré que, creo, tenía una mujer oficial que se había negado a trasladarse con él a Vilna, pero luego aceptó a seguirle a no sé qué otro lugar. Por lo demás, no tiene importancia. Mi tía se volvió completamente loca. Estaba siempre recuperándose en clínicas psiquiátricas y para mí fue un gran alivio irme a vivir a Píter. Reconozco con vergüenza que la visitaba en muy contadas ocasiones. Pero ella me recibía con tanta hostilidad que me hacía dudar si valía la pena o no ir a verla. De aquellos años difíciles recuerdo que mi defensa siempre fue la Virgen y su música angelical. Cuántas veces lamenté que Dios no me hubiese concedido el don de recordar esa música y luego reproducirla. Desde entonces estoy del todo segura de que los grandes compositores, como Bach y Händel, se limitaban a transcribir los sonidos que les llegaban del cielo por gracia divina."

Liudmila Ulítskaya
Daniel Stein, intérprete


“Rusia es una potencia nuclear demente.”

Liudmila Ulítskaya




"Siempre me ha gustado leer y he pagado un alto precio por ello."

Liudmila Ulítskaya



“Siento dolor, miedo y vergüenza por lo que hace Putin en Ucrania.”

Liudmila Ulítskaya




"Sin lugar a dudas es peligrosos ser un intelectual todavía hoy en Rusia: muchos directores, escritores o artistas en general han abandonado el país a raíz del conflicto y es una pérdida enorme."

Liudmila Ulítskaya


























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