Manuel Gómez Buroz

La felicidad la podemos apreciar desde el sentimiento o el significado. Sentimos que algo nos hace felices y ese sentimiento significa algo para nosotros, por ello constantemente queremos que ocurra sin detenernos a pensar el por qué de esa ansia inagotable.

Decir que algo te haga feliz no es lo mismo que decidir ser feliz. Lo primero tiene que ver sentirnos ensimismados por lo que nos ocurre, es hedonismo puro. La decisión del ser es más de significado, de los que nos define.

Existe un nivel superior al sentimiento y al significado en la felicidad. La calidad de vida que obedece al razonamiento que hacemos del para qué vivir, y cuán en paz estamos con ser quienes somos. Es el estadio del florecimiento y la trascendencia de nuestro ideal, del valor propio. No se trata de ninguna búsqueda, es más bien un encuentro con nosotros mismos.

La felicidad es fugaz en la medida en la que permitimos que lo momentáneo y no lo trascendente nos gratifique. La felicidad está ligada a la conformidad y a la satisfacción de quiénes somos, no de los que nos rodea. Podemos estar en un lugar que no nos hace felices, pero ello no necesariamente nos desdibuja de nuestro para qué ser feliz.

La calidad de vida de la que hablo no es de comodidad, tiene que ver con tranquilidad. Estar en paz con quién somos, con nuestra capacidad, con nuestro propósito. Si huyes de un lugar pretendiendo ser feliz en otro, puedes terminar abandonado en ti mismo. El escape, en su volatilidad te obliga a privilegiar más lo que te hace sentir feliz, sobre la verdadera decisión de serlo.

En mi caso, la clave ha estado en el aprendizaje. Soy feliz porque a dónde voy soy el mismo. No existen versiones ajenas a mí. Los lugares, los oficios, los terceros, son. El entramado del que somos parte puede o no definirnos. Todo es una cuestión de decisión. Cuando me propongo aprender, soy consciente, me transformo. Así, he logrado ser, más allá de buscar sentirme, feliz. Apuesto a más significado y menos sentimientos momentáneos.

¿Eres feliz?

Manuel Gómez Buroz
De su artículo Acerca de la felicidad





No hay comentarios: