Apostolo Zeno

"Clearco. El temor es una dulce guía que me absuelve de obedecer a Ismena.
Glaucia. Sálvame, Clearco, del delirio que adormece mi alma a causa de un vil extranjero más feliz que orgulloso que envuelve al pueblo en un cuento de hadas.
Clearco. Glaucia, quien sostiene una espada, sea su nacimiento real o plebeyo, igualmente a la gloria está abierta la colina donde se alzan las armas. El valor no está en la sangre.
Glaucia. ¿Cómo? Parece el final de la virgen y su más sublime testigo.
Clearco. Muéstrame qué te aflige.
Glaucia. Sin mi consentimiento, en un vaporoso día lo engendré. Lo recuerdo bien.
Clearco. Lo que haya de venir, vendrá, en ese conflicto infausto para nosotros que lleva la irreparable marca de la muerte.
Glaucia. Eres el amigo que protege fervorosamente a Glaucia, pero no el rival de su merced.
Clearco. Digno de mérito el que aguarda con paciencia.
Glaucia. ¿Aunque el rey no lo consienta?
Clearco. Tú no has dispuesto el decreto que obliga a sufrir.
Glaucia. Sufrir daño y vergüenza a causa del amante de Ismena es un objetivo sublime."

Apostolo Zeno
Euristeo


"Semira. Piénsalo, mi príncipe.
Cosrovio. ¿Por qué eres tan hostil con nuestro padre?
Semira. Pregúntame incluso por qué quiero tanto a mi hijo.
Cosrovio. Me haces feliz con tu amor, es cierto, pero dejar albergar odio en el corazón es injusto.
Semira. ¿En qué contexto? ¿Eres realmente Cosrovio? No te conozco. No veo en ti ni al rey, ni al amante. Veo a un hijo débil. Veo al esclavo de Gianguir. En breve veremos la amenaza de la esposa. Miserable, ¿a quién confías mi esperanza?
Cosrovio. Te advierto que ni en mil vidas dejaría a Alinda. Pero regresaré a por Gianguir con las armas victoriosas. Duro será el comienzo para nuestros designios.
Semira. Traicionas vilmente tu voluntad. ¿Eres, acaso, más fuerte que sus hombres? ¿O menos fuerte? Tu prisa por regresar me deleita. En vano hay ya espacio para el triunfo, pues en Alinda tienes a tu enemiga.
Cosrovio. Y en él Cosrovio tiene un padre.
Semira. Que el nombre de tu hijo en el corazón te conceda más poder que el de la amante. Sólo esto. No hablaré más. Ve, siervo con tu tirano. Tu nacimiento te obliga. Despréciame. Habré de vengarme sin tu ayuda. Lo juro abiertamente. Será un fuerte propósito merecer que me ames como si fuera tu esposa.
Cosrovio. ¿Incluso eso? Se extinguirán el último poso de felicidad. Perdóname, aunque sea mi destino, me verás como amante y no dirás nada más."

Apostolo Zeno
Gianguir



"Telemaco. Los placeres inocentes declinan nuestro espíritu, que se yergue indefenso.
Astianacte. Así que pasamos por alto este período que nos acongoja y que se fía del devenir de los años, del fuerte Héctor.
Elena. Otros ámbitos y sedimentos hay en la vida que pueden resultar amenazadores.
Astianacte. Añadamos la fragilidad de mi casa real, cuyo padre no desmiente su estirpe.
Elena. Me marcho, como cautivo de la vida, igual en daño a la temida muerte, que atrapa también a aquéllos que se preocupan de sus posesiones. A quienes obedecen en paz, les aguarda el horror del templo.
Telémaco. Pero, Señor, Astanatto, se halla hoy en peligro. Dime qué quieres que haga por tu hermano.
Astianacte. Espero vivir mil vidas más y no sufrir como el hijo de Héctor.
Telémaco. En caso de duda y resentimiento.
Elena. Por la sangre que fluye en sus venas.
Astianacte y Telémaco. Troya, cae, pero vive quien pueda vengarla.
Telémaco. Voy a buscar a los arqueros, veré la sangre y las lágrimas derramadas.
Astianacte. Y elegiremos, al azar, el arbitrio de nuevos árboles."

Apostolo Zeno
Andrómaca













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