Cao Xueqin

"Como dice el proverbio, "un abuelo en la cuna puede tener un nieto apoyado en un bastón". Puede que sea mayor que usted, pero "la montaña más alta no alcanza a ocultar el sol"."

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


"Cuando las cosas marchan bien es normal la caridad; alguien profundamente agradecido es mejor que parientes o amigos."

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


“Cuando se toma lo falso por verdadero, lo verdadero se torna falso; cuando de la nada nace el ser, el ser permanece en la nada.”

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


"Quien conozca a fondo los asuntos terrenales, obtendrá la sabiduría.
Quien capte profundamente los sentimientos humanos, dominará el arte de escribir."

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


"¿Quién sabe que cada grano de arroz sobre cada plato es fruto del fatigoso esfuerzo de un campesino?"

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo



"Salvo los muy buenos y los muy malos todos los hombres se parecen bastante. Los muy buenos nacen en tiempos propicios, cuando el mundo está bien gobernado; los muy malos, en tiempos de calamidad, cuando el peligro acecha. [...]. Los buenos traen orden al mundo, los malos lo precipitan a la confusión. Los buenos encarnan la inteligencia pura, la verdadera esencia del cielo y la tierra; los malos, la crueldad y todo lo perverso, la esencia del mal."

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


"Según yo lo veo, la belleza de la poesía reside en algo imposible de expresar con palabras, pero que se hace muy vívido cuando lo pensamos. Parece ilógico, ciertamente, pero bien pensado no carece de sentido."

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


"[...] también la gente que no habla mucho tiene su mérito, así como la gente de lengua fácil también tiene sus defectos. Pero más vale no tener demasiado que decir a favor de uno mismo."

Cao Xueqin
El sueño del pabellón rojo


"Xiangyun abrió los ojos lentamente. Vio allí a todos. Luego se miró a sí misma y advirtió que estaba borracha. Había llegado hasta allí buscando tranquilidad y frescor, pero los castigos la habían obligado a beber tanto que había acabado vencida por la somnolencia. Se incorporó; entonces, con cierta timidez, se arregló la ropa y volvió con los demás al jardín Rojo y Fragante, donde se lavó y bebió dos tazas de té fuerte. Tanchun hizo traer el guijarro que devuelve la sobriedad a los borrachos, para que ella lo chupara. Además le hizo beber un poco de caldo de ciruelas ácidas cocidas, después de lo cual Xiangyun se sintió mejor.
Luego eligieron unos dulces y platos diversos para enviar a Xifeng, que a cambio les hizo llegar más comida. Cuando Baochai y los demás hubieron comido unos pasteles, algunos se sentaron o se pusieron a pasear por el salón, mientras otros salían a disfrutar de las flores o apoyarse en la balaustrada para contemplar los peces, riendo y charlando o haciendo lo que les venía en gana. Tanchun y Baoqin jugaron al weiqi mientras Baochai y Xiuyan miraban. Daiyu y Baoyu se enfrascaron en una conversación bajo un árbol cuajado de flores.
En ese momento apareció la esposa de Lin Zhixiao con otras matronas. Venía con ellas una mujer totalmente consternada, que no se atrevió a entrar en el salón y se limitó a arrodillarse al borde de la escalinata para hacer allí su koutou.
Justo entonces una de las posiciones de Tanchun sobre el tablero de weiqi se encontraba amenazada, y, a pesar de que después de luchar bravamente había logrado ganar dos espacios, seguía perdiendo en el juego. Tenía los ojos clavados en el tablero, intensamente concentrada, y con una mano estaba jugueteando con las fichas de la caja. Cuando finalmente se volvió para pedir té y advirtió a la señora Lin, ésta ya llevaba un buen rato parada en aquel lugar. Al preguntarle qué deseaba, la señora Lin señaló a la mujer."

Cao Xueqin o Cáo Xuěqín
El sueño del pabellón rojo




















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