Edmund White

"A menudo la gente cree que todos los problemas de las lesbianas y los gays se han resuelto, pero no debemos olvidar que la tolerancia hacia ellos es prácticamente desconocida en casi la mitad del planeta."

Edmund White


"Estadísticamente, el abuso sexual infantil heterosexual es mucho más común que el homosexual. En cualquier caso, parece que la identidad sexual se determina a una edad muy temprana, y estar en contacto con personas gays, incluso gays admirables, no fomenta la homosexualidad en los jóvenes."

Edmund White



“Hoy, el artista es un santo que escribe su propia vida.”

Edmund White



"La autobiografía de ficción le da al escritor el prestigio de la confesión (esta es mi historia, sólo yo tengo el derecho de contarla, nadie puede desafiar mi autoridad en este terreno), y la libertad total de la invención imaginativa (soy un novelista, puedo decir lo que quiera, y no me podés hacer responsable de las opiniones que expresen mi personaje, ni siquiera mi narrador)”

Edmund White



"La biografía es la medida del entusiasmo que siento por alguien."

Edmund White



"Me siento orgulloso de haber escrito el primer manual de sexo gay, la primera novela sobre 'salir del armario' o la primera crónica de viajes gays por Estados Unidos ('Estados del deseo'), entre otras muchas cosas."

Edmund White



“Para mí, la literatura era una fantasía, no menos absorbente a pesar de su irrelevancia; una vida paralela, como los sueños, que ensombrecen el despertar sin llegar a cruzarlo.”

Edmund White



"Paradójicamente, el sida hizo que a las personas gays se las percibiera como más vulnerables, compasivas y humanitarias que nunca. Mientras que en los 70 a los gays se los consideraba como ególatras y privilegiados (al menos en el ambiente urbano de Estados Unidos), la terrorífica epidemia del sida despertó la simpatía de la mayoría de la gente bienintencionada."

Edmund White



"Siendo yo un desgraciado adolescente gay, sofocado por el aburrimiento y la frustración sexual, y paralizado por el odio hacia mí mismo, anhelaba huir a Nueva York y triunfar como escritor; me identificaba completamente con los deseos de Rimbaud de ser libre, de ser publicado, de ser sensual, de ir a París. Lo único de lo que carecía era de su arrojo. Y de su genio. Dedicaba las tardes, cuando la mayoría de los demás chicos hacían deporte, a hacer a toda prisa los deberes. Así estaba libre durante las dos horas de estudio obligatorio al final de la tarde para trabajar en mi novela. Escribí una primera novela y, luego, una segunda. Mi madre, siempre indulgente, pidió a su secretaria que mecanografiara mis nítidas páginas manuscritas. Mi idea era que las mandaría a un editor de Nueva York, quien las aceptaría, yo ganaría una fortuna y huiría. Abandonaría mis dos hogares, el paterno y el materno (mis padres estaban divorciados), me liberaría de su dinero, dejaría mi escuela ¡y me mudaría a Nueva York! Imaginaba que un hombre mayor se enamoraría de mí y lo haría todo por mí.
Por alguna razón nunca mandé mis manuscritos. Quizá no sabía dónde mandarlos; después de todo, nunca había conocido a un escritor profesional, y se me hacía tan factible que una criatura así de fabulosa habitara nuestro mundo del medio oeste americano como ver pasar de repente a un unicornio al galope por delante de las ventanas de mi dormitorio. O quizá temía que alguien aceptara mi libro, que lo publicaran, que me viera obligado a realizar todas mis fantasías; y la idea de ver cumplidos mis deseos se me hacía más alarmante que prolongar mi dependencia y mi frustración. Después de todo, en el decimonónico pueblo católico de Rimbaud, quizá un homosexual fuera un pecador o un criminal, pero en la Norteamérica freudiana de los años cincuenta, era un enfermo que requería un tratamiento urgente. Un pecador podía insistir en querer ser un Hijo Pródigo, un criminal podía querer ser irredimible, pero nadie podía luchar por el derecho a ser un enfermo."

Edmund White
Rimbaud


"Soy demasiado discípulo de Foucault como para no creer en una identidad sexual fija y que lo defina todo."

Edmund White



"Supongo que las primeras experiencias sexuales, si son placenteras, están basadas en la confianza, y la confianza está basada en el amor."

Edmund White



"Tengo 81 años. Cuando escribí 'Historia de un chico' tenía poco más de 40. El libro trata de mi infancia y adolescencia, en los años 40 y 50. He escrito una treintena de libros, y nunca he vuelto a leer mis trabajos anteriores. Jean Genet, de quien escribí una biografía, decía que nunca miraba hacia atrás porque no quería parecerse a sí mismo. Es cierto que he escrito novelas, cuentos, libros de viaje, biografías, ensayos críticos, obras de teatro, poemas, autobiografías, ficciones históricas, etcétera. Pero 'Historia de un chico' es sin duda mi libro más conocido, y una de las primeras novelas sobre 'salir del armario'. A pesar de que el protagonista, ese niño sin nombre, está lleno de angustia, el tono del narrador adulto es calmado y seguro de sí mismo, lo que sugiere que, como hombre en la mitad de su vida, ha encontrado la paz consigo mismo y con su propia sexualidad. Además, 'Historia de un chico' es la primera parte de una trilogía autobiográfica que sigue su curso a través de los años del sida."

Edmund White


“Yo era tres personas: el chico que olía mal cuando estaba con mi hermana; el chico demasiado sabio y amable para su edad cuando estaba con mi madre; y cuando estaba solo no era siquiera un chico, sino un principio de poder, de poder absoluto.”

Edmund White
















No hay comentarios: