Espen Haavardsholm

"Intenté que se quedara en Atenas, pero ella negó con la cabeza. Lo intenté para calcular si podría ir con ella a Creta y posponer el viaje a casa hasta el próximo vuelo de estudiantes una semana después, pero ya casi me había quedado sin dinero y los vuelos de estudiantes solían estar reservados con mucha antelación. Simplemente no funcionó. Simplemente no me atrevía. Fue la maldita vieja prudencia la que se mantuvo en mi cuerpo. ¡Siempre podría volver a casa! ¿No existían consulados? ¿No había trenes? Así eran los pensamientos que martilleaban mi cuerpo. Cuando retiraron la pasarela y se subieron los cabos a bordo y se colocó el amarre entre el barco, el muelle creció lentamente. ¡Ojalá no tuviera tan poco tiempo para tomar una decisión! ¡Si tan solo tuviera la oportunidad de mirar un poco a mí alrededor! Si tan solo hubiera sabido ¡Más de mis sentimientos un poco antes! El barco se separó del muelle. Me paré y saludé idiotamente y traté de gritar a través del rugido de la máquina y sentí el nudo en la garganta, la voz espesa y de repente tuve la sensación de llegar siempre demasiado tarde. Siempre entendiendo demasiado tarde. Siempre encontrándome fuera de mi misma vida."

Espen Haavardsholm
Drift

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