Estanislao Zeballos

“Cuando los salvajes son de índole suave y se inclinan al contacto con la civilización ésta saca todo el partido posible de ellos, realizando generalmente grandes conquistas.”

Estanislao Zeballos




"¡Cuánta pena me causa, señores, que se profane a diario en la República Argentina el augusto nombre de la paz! La paz no es el suicidio, la paz es la vida."

Estanislao Zeballos




“El carácter de esta población es enteramente europeo, pues, como ya dijimos, la raza blanca ha hecho desaparecer, por absorción, a los indios y a los mestizos. Hoy no queda en la República más de 20.000 indios, reducidos y sometidos al trabajo, y probablemente no existen más de 1.000 negros. (...) Esta homogeneidad de la población da al pueblo argentino su carácter viril, inteligente, de imaginación intensa y rápida, y emprendedor en todas las ramas del progreso humano.”

Estanislao Zeballos




“En materia de protección de los capitales extranjeros el país ha ido hasta la abdicación de su soberanía y de su dignidad; de su soberanía porque hemos puesto el atributo supremo de emitir la moneda en manos de extranjeros desconocidos...; de nuestra dignidad porque no nos defendemos de las explotaciones del Capital extranjero, que ha llegado a constituir monopolios, de manera, que pocas manos manipulan la riqueza argentina, imponiendo la ley voraz de los precios a los grandes y a los pequeños, al trigo y al pan.”

Estanislao Zeballos




"Establecida la frontera en el río Negro, estas demostraciones de lealtad al aliado deben llegar hasta construir una casa fortificada para Shayhueque, amueblándosela y regalándole un carruaje, siempre con el propósito de despertar en el bárbaro la ambición de la pompa de los gobiernos regulares; porque una vez conquistada la cabeza, los súbditos se amoldarán de grado o por fuerza a la vida civilizada, constituyendo la base de excelentes colonias en aquellos fecundos valles.
No podemos olvidar que Catriel, lanceado en Olavarría en 1874, era el cacique más civilizado y de mejor índole de la pampa. Tenía una casa en el Azul y su vanidad se halagaba con todo el aparato de la civilización. Gobernaba a los salteadores de sus tribus con mano de acero y se batía como un bravo al lado del ejército de línea contra las hordas de invasores. Este ejemplo induce a creer que en Shayhueque hemos de hallar un aliado poderoso y un auxiliar eficaz para la regeneración de los indios.
Al contrario, los salvajes dominados en la pampa deben ser tratados con implacable rigor, porque esos bandidos incorregibles mueren en su ley y solamente se doblan al hierro. La nación va a encontrarse con diez mil indígenas de esta índole, que no es posible trasladar a otros territorios y que es necesario regenerar en la Pampa misma. No hay más camino que establecerlas en fracciones aisladas, en territorios alejados de las estancias, cuyos propietarios verían siempre con desagrado esta vecindad.
Con estos elementos hay que formar colonias, prohibiéndoles el uso de armas y del caballo y conservando en cada colonia una policía de tropa de línea, que aplique con la mayor severidad los reglamentos y que haga efectivas las prohibiciones.
Quitar a los pampas el caballo y la lanza y obligarlos a cultivar la tierra, con el rémington al pecho diariamente: he ahí el único medio de resolver con éxito el problema social que entraña la sumisión de estos bandidos.
El servicio policial se puede hacer con el ejército de línea, tanto más fácilmente cuanto es innecesario el servicio de fortines por el nuevo plan. La supresión de este cáncer importa grandes economías y la desaparición de una causa permanente de indisciplina en el ejército. La dispersión de los cuerpos en los fortines, cuya vida es horrible para el hombre en el aislamiento y en medio de la salvaje monotonía del desierto, produce la desorganización de las mejores tropas, la corrupción y la deserción."

Estanislao Zeballos
La conquista de quince mil leguas



“Estos indios tienen un instinto natural de indomable independencia y no admiten el yugo del cacicazgo, sino cuando este se les impone por el derecho de conquista.”

Estanislao Zeballos



“He aquí ligeramente completada la demostración de cómo, al tomar posesión del inmenso territorio que nos pertenece, haciendo tremolar sobre las colinas del Rio Negro y clavando en la cana cumbre de los Andes las gloriosas banderas del ejercito expedicionario, la República habrá plantado la fecunda simiente de una grandiosa y triple evolución, militar, económica y política, inspirada por los sagrados intereses de la patria y por los grandes impulsos de la civilización.”

Estanislao Zeballos



"La barbarie está maldita y no quedarán en La Pampa ni los vestigios de sus huesos."

Estanislao Zeballos



"La República Argentina armada y fuerte, con un carácter enérgico y belicoso que la distingue en Sud América, ha dirigido siempre sus relaciones  exteriores por los caminos bienhechores de la conciliación y de la buena fe. Ella ha honrado así los intereses sagrados  de la civilización y de la humanidad, hasta donde esta política era conciliable con su decoro y con su integridad territorial."

Estanislao Zeballos



"Necesaria reorganización de los ferrocarriles y demás medios de transportes, para reducirlos a un sistema en que predomine el interés nacional, como único medio de defender los derechos de la producción argentina, contra intereses privados legítimos, ciertamente, pero que comienzan a predominar en nuestras administraciones, en la prensa y en los círculos políticos, excediéndose de tal suerte que se debilitan las esperanzas de controlarlos..."

Estanislao Zeballos



“No basta imperar militarmente sobre el salvaje. Es también indispensable redimirlo de las tinieblas del alma, por medio de la religión, de la escuela y del trabajo.”

Estanislao Zeballos




“Se ha anunciado ya que el general Roca irá al río Negro. Si supiéramos que vacila, y que necesita estímulo, le dirigiríamos en nombre de una gran aspiración nacional, la siguiente frase de aliento, que ha llevado tan lejos a los norteamericanos en la conquista de sus comarcas salvajes: Go ahead.”

Estanislao Zeballos
La conquista de quince mil leguas



















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