Jo Walton

"Ella tenía miedo de los perros, y los perros lo sabían. Algunos perros muy cariñosos que jugaban conmigo se enfurecían con Mor. Mi madre decía que era un método que podía utilizar la gente para rechazarnos. Podría haber funcionado, pero como solía ser habitual en ella, era terroríficamente malvado, un poco alocado y nada práctico.
-No -respondí.
-¿Cómo lo sabes?
-Si nos vamos ahora, todo habrá sido inútil, después de pasar por esto y llegar tan lejos. Además, es una misión y no puedes abandonar una misión porque les tengas miedo a los perros. No sé qué dirán las hadas. Piensa en todas las cosas que tiene que superar la gente cuando tiene que realizar una misión. -Sabía que no iba a funcionar. Seguí avanzando mientras hablaba y la oscuridad crecía a nuestro alrededor. Su mano apretó con más fuerza la mía-. Además, los perros son animales. Incluso unos perros guardianes bien entrenados hubiesen bebido el agua y habrían muerto. Si realmente hubiera perros, habría al menos un par de cuerpos de perro junto a la laguna, y yo no veo ninguno. Es un farol.
Pasamos arrastrándonos por debajo de la alambrada, aguantándola en alto por turnos. La laguna calmada era como un peltre antiguo sin pulir y reflejaba las llamas de las chimeneas como rayas sinuosas y engañosas. Por debajo de ellas había luces, unas luces que iluminaban el trabajo del turno de noche.
Aquí no había ninguna vegetación, ni siquiera árboles muertos. Las cenizas crujían bajo nuestros pies, y la porquería y los escombros amenazaban con hacer que nos torciéramos los tobillos. Parecía que fuéramos los únicos seres vivos que hubiese por allí. Los puntitos como estrellas de las ventanas que había en la colina que teníamos delante parecían ridículamente fuera de nuestro alcance. Teníamos una compañera de escuela que vivía allí. Una vez que habíamos asistido a una fiesta y pudimos percibir el olor incluso dentro de la casa. Su padre trabajaba en la planta. Me pregunté si ahora estaría dentro."

Jo Walton
Entre extraños



“Las jóvenes ahora has disfrutado de 20 años de feminismo, han ganado batallas y están menos dispuestas a soportar ciertas actitudes. Si a nosotras un borracho nos hubiese hecho un avance hace 20 años, probablemente hayamos simplemente sonreído y alejado del susodicho. Pero ahora una joven de 30 años o menos no está dispuesta a reaccionar tan cortésmente ante una situación así. Y para mí esto es un gran avance. Las jóvenes ahora saben que tienen un espacio ganado y pueden exigir más. Todas lo merecemos.”

Jo Walton



"Pero aunque tenía razón, en general descubrí que no les daba importancia, o me parecían graciosos, mientras que el pobre David no estaba acostumbrado de ninguna manera, como esto que ahora sucedía con la idiota de Ángela Thirkie y su estúpida suposición de que cualquiera con una cara y un tono de piel como el de David tenía que ser un criado. Quizá él sabía manejar mejor un rechazo directo que este tipo de desprecio casual.
Dejé mi pelo con cuidado y, cuando se quedó arriba, me volví hacia David.
—Quería casarme contigo por ti, y nunca me han importado un comino esas personas ni en un sentido ni en otro, y tú deberías saberlo.
Durante un momento siguió pareciendo afligido. Después sonrió y me abrazó y, al menos por el momento, todo estuvo bien de nuevo.
Me cogió de la mano y salimos al jardín, donde la espantosa fiesta de mamá estaba entonces en pleno apogeo.
Lo que pensaba mientras salíamos allí era que David y yo teníamos una cantidad tremenda de cosas en común: libros y música y formas de pensar. No quiero decir formas habituales de pensar, porque soy despistada y no muy brillante, mientras que David es enormemente listo, claro, pero una y otra vez llegábamos a las mismas conclusiones sobre si algo era acertado, empezando desde distintos lugares y usando distintos métodos de lógica. David nunca me aburre y nunca me da la sensación que me dan otras personas enormemente sesudas que he conocido, que parecen dejarme muy atrás. Podemos hablar de todo, excepto quizá de algunos de los puntos más delicados de nuestra propia relación. Después de todo, hay algunas cosas que es mejor dejarlas para el subconsciente, como el propio David dice.
Le apreté un poco más la mano sólo porque le amaba, y él me miró, por una vez sin captar lo que yo quería decir, sino pensando que yo quería algo. Así que alcé mi cara para recibir un beso, y así fue como desairamos a la estúpida e insensible Ángela Thirkie, que estaba casada con el hombre más aburrido de Inglaterra, del que todo el mundo sabía que ni siquiera la amaba, porque quería a su hermana, besándonos como recién casados en el jardín, cuando en realidad llevábamos ya ocho meses de matrimonio y deberíamos estar acomodados como la gente mayor respetablemente casada.
En cualquier caso, cuando supe que sir James Thirkie había sido asesinado, es en lo primero que pensé, en lo mala que había sido Ángela Thirkie con David la tarde anterior, y me temo que lo primero que pasó por mi mente, aunque afortunadamente aquella vez paré el pensamiento antes de que saliera por mi boca y no llegué a decirlo, fue que realmente se lo tenía bien merecido."

Jo Walton
El círculo de Farthing



“Siempre he sido tomada razonablemente en serio como escritora. Siempre he recibido un buen trato profesional de parte de mi agente y de mi editor. Jamás he sido víctima de ningún tipo de acoso, que yo sé otras escritoras han experimentado.”

Jo Walton











No hay comentarios: