Marta Rebón

"Convertirme en traductora de ruso no fue algo muy meditado. Después de estudiar la carrera de Humanidades, hice la de Filología Eslava. Fui a estudiar a San Petersburgo para hacer cursos de lengua y allí, en una librería, descubrí la novela de una autora casi desconocida en España. La leí, me gustó e hice la propuesta de traducción a la editorial Anagrama. Tuve suerte, pues Jorge Herralde me recibió en su despacho y me dio la primera oportunidad de traducir de esta lengua. Previamente, ya había vertido un par de títulos del inglés.”

Marta Rebón



"En mi opinión, una sociedad que subestima a sus traductores y les niega su condición de escritores y creadores se ve abocada al peligro de una cultura más pobre."

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"La teoría de la traducción no me interesa demasiado, y menos todavía lo que se pueda argumentar desde la comodidad de una plaza universitaria. La dinámica editorial es un torbellino que poco tiene de comodidad y de condiciones ideales. Como dijo Nadiezhda Mandelstam, cuando se enteró de las críticas que Nabokov le hacía a Robert Lowell por las versiones de los poemas de su marido: “Toda traducción es una suerte de adaptación. Todas son buenas y, de alguna manera, insatisfactorias. Estemos agradecidos por lo que es bueno y nunca contestemos con insolencia al traductor por lo que no nos haya satisfecho… Quienes no estén satisfechos pueden acometer la tarea una vez más. Es la única manera de criticar una traducción”."

Marta Rebón



"Lo ideal sería leer el texto original varias veces y revisar la traducción a voluntad. Además, cuando se trata de obras clásicas, no se puede obviar toda la bibliografía especializada que ha generado ese texto. Pero, en la práctica, no se suele conceder ese tiempo y hay presiones para que la traducción se haga en un plazo mínimo. Las revisiones cada vez son más superficiales y es habitual que, cuando la editorial te envía las correcciones, te dé dos o tres días para revisarlas…"

Marta Rebón



"Mayoritariamente traduzco del ruso, porque son los encargos que me llegan, aunque me gustaría alternarlo más con otras lenguas. Ahora mismo, que vivo en Tánger, preferiría traducir del francés o del inglés, que son las lenguas con las que convivo. Siento predilección por el italiano, lengua que nunca he dejado de leer desde que hice una beca Erasmus en Cerdeña. Con estas lenguas, hay una proximidad que me facilita la traslación. Pero la distancia del ruso a veces tiene la ventaja de que no tiene contaminación de tu lengua."

Marta Rebón



"Me gusta citar una frase de Borges: “El original es infiel a la traducción.” Pero, como me dijo un famoso editor, somos esclavos del texto. No es una imagen muy seductora, aunque refleja bien que hay unos límites que no se deben traspasar. A medida que voy acumulando años de oficio, lo que me parece fundamental es que el texto esté “afinado”, que haya eufonía cuando la tenga que haber, aunque también se debe ser fiel a los titubeos, a la sintaxis propia del autor. Una buena traducción no tiene por qué concordar mecánicamente con el original, pero, sin traicionarlo, debe causar en el lector la impresión que el autor pretendía causar."

Marta Rebón



“Una buena traducción debe causar en el lector la impresión que el autor pretendía producir.”

Marta Rebón












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