Timberlake Wertenbaker

"Jack. Un predicador acostumbrado a viajar me enseñó a leer. Tenía dieciséis años por aquel entonces. Quería que yo pregonara la palabra de Dios. Pero no me gustaron las palabras divinas. Miedo y obediencia. Obediencia y miedo. Escuché otra palabra. Libertad. El predicador dijo que Dios me castigaría por mi diabólica rebelión. Eso dijo. Yo era incapaz de hablar. Deseaba hablarle a la gente del don de la libertad. No puedo explicarlo. Tengo otras palabras: igualdad, justicia, derecho, pero son piedras duras que no podrán alzar una casa. En mi cabeza bulle una nueva palabra. No puedo hacer que fluya. No puedo entregársela a nadie. Miro al otro lado del río las casas sometidas a los tiranos. Sé que la palabra me necesita, pero he sido maldecido y he de guardar silencio.
Mary. Yo puedo hablar, Jack, pero hasta ahora no he tenido nada que decir. Entiendo lo que significa añorar la libertad. Ingenuamente creía que era algo que sólo yo necesitaba, pero ahora veo que es un deseo largamente anhelado por el corazón humano. Yo he visto la belleza de la libertad en los rincones de las calles y me consta que golpeará las puertas de la tiranía. Yo podría hablar por ti, Jack, si tú me enseñas lo que he de decir.
Jack. ¿Tú?
Mary. ¿Por qué no?
Sophie. Ella puede ayudarnos, Jack.
Jack. No serías capaz de entender lo que significa la igualdad.
Mary. Conozco la humillación que supone que la igualdad sea negada, Jack, y esa es una dignidad que todos merecen, hombres y mujeres, ricos y pobres.
Jack. No debería existir la miseria. El gobierno hace que la gente empobrezca. ¿Comprendes los derechos naturales del ser humano?
Mary. Solía hablar acerca de la naturaleza.
Jack. Todos nacen con ellos.
Mary. Sí: la naturaleza nos ha dotado de derechos incuestionables e inalienables, pero los poderosos nos los han arrebatado.
Jack. Hemos de restituirlos.
Mary. Ésa es la base del latrocinio gubernamental, privarnos de lo que nos pertenece por derecho.
Jack. Y el nuevo mundo. El nuevo mundo.
Mary. Un mundo regulado por nosotros, para nuestro deleite. Un mundo lleno de esperanza. Es tan hermoso, Jack. Anunciémoslo a todos.
Jack. La gente sufre el acoso de los tiranos.
Mary. Le explicaré al pueblo que está sometido a su abusivo yugo y que éste conduce a la muerte.
Jack. Eso es, Mary.
Mary. Vamos. Vayamos rápidamente.
La Sra. Temptwell. ¿A dónde vais?
Mary. Allí, donde reside el poder. Al Parlamento.
La Sra. Temptwell. Estáis locos.
Mary. Si prefieres hablar como mi padre, vuelve a casa.
La Sra. Temptwell. Ella sólo ansía el poder, Jack.
Sophie. No, ella quiere nuestro bien.
Mary. En el nuevo mundo, todos serán idénticos. Vamos."

Timberlake Wertenbaker
The Grace of Mary Traverse




"Séverine. Isabelle, por favor...
Tratan de levantarla.
Isabelle. ¿Vas a escribir que ni siquiera pude caminar lo suficientemente derecha como para encontrar un hombre? Querrán saberlo todo. Ahora soy famosa, no simplemente alguien. No, figuraré en los libros de historia. Me odian, pero yo les perdono. Diles... que cuando el cuerpo se arrastra por la alcantarilla, se escinde del alma. Diles que el alma vaga por el desierto. Ellos toman baños, pero los piojos se arrastran a través de las grietas de sus hipócritas cerebros. Hatajo de rústicos. Revolcándose en el fango de sus arados campos. Nabos, coles, zanahorias perfectamente alineados y cercados. (Grita.) ¿Por qué me odian? Yo no quería nada de ellos.
Pausa.
Si Mahmoud perdona todo. Si Mahmoud vaga por el desierto, el corazón se halla libre de engaño. ¿Por qué no estás escribiendo todo esto, cronista? Ése es tu deber. No editarlo. (Eructa.) Edita eso.
Séverine. Por favor. Si Mahmoud llegara a entrar.
Isabelle. Escucha. Está amaneciendo. Puedes deducirlo por el sonido, una curva en medio del silencio y luego la arena del desierto se mueve... Anótalo: la tercera parte de un centímetro. En Europa quieren saber todo eso.
Pausa. Séverine, resignada, se sienta con Isabelle.
Cuando estaba haciéndome mayor en la villa del Zar en San Petersburgo...
Séverine. Ginebra.
Isabelle. ¿Qué?
Séverine. Antes dijiste Ginebra.
Isabelle. ¿Dije yo eso? Sí, debe haber sido Ginebra
Séverine. (delicadamente) Tus hermanos...
Isabelle. No tengo ningún hermano.
Séverine. Dijiste que...
Isabelle. Yo era el único chico en la familia.
Séverine. Tu hermano Antoine...
Isabelle. Querida (hace un gesto libidinoso) No tengo ningún hermano. La garra del recuerdo sobrecogió su mente. No tengo.
Séverine. Si Mahmoud, la verdad.
Isabelle. No hay Dios sino Alá. Alá es el único Dios y Mahoma su profeta.
Séverine. ¿Qué has traído al desierto?
Isabelle traza unos signos sobre el suelo.
Está en árabe.
Isabelle (lee) Mektoub. Eso he escrito. Aquí. Significa que no hay elección posible. Mektoub.
Séverine. ¿Tu madre?
Isabelle. No hay otra elección posible para ella. Mektoub.
Séverine. Me contaste que era una mujer delicada. ¿Dónde halló tanto coraje para huir?
Isabelle. Incluso la violeta se resiste a ser domesticada.
Séverine. Pero en la década de 1870...
Isabelle. Séverine, es una cortesía en este país no interrumpir o hacer preguntas al narrador de una historia. Sólo debes sentarte tranquilamente y escuchar, moviéndote únicamente para encender mis cigarrillos. En cuanto haga una pausa, puedes agradecerle a Alá el hecho de haberme dotado con una lengua de modulaciones tan vívidas. Comenzaré, como es costumbre, mencionando a las mujeres."

Timberlake Wertenbaker
New Anatomies



"Una cosa que te decían cuando eras niña era que nunca dijeras nada porque podrías estar traicionando a alguien que había hecho algo político o lo que fuera. Entonces me inculcaron esta idea de privacidad emocional."

Timberlake Wertenbaker







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