Albert Salvadó

"Aún hay quien quiere dormirnos y hacernos sus esclavos."

Albert Salvadó


"Estamos tan dormidos como lo estaban nuestros antepasados. Y ya es hora de que despertamos. No hay nadie que pueda mandar sobre nuestro interior. Somos nosotros que otorgamos el poder a los demás. Y no estoy hablando de democracia, sino de miedo. Nos engañan y nos engañamos. Nos ponen delante la zanahoria de la felicidad a golpe de talonario. Y nos lo creemos. Imaginemos que cuantas más cosas tengamos, más felices seremos. Y ahí está la gran trampa. Cuantas más cosas tengamos, más miedo tendremos que perderlas y más enganchado nos sentiremos. Entonces, sólo deben amenazarnos con que lo vamos a perder todo y nosotros nos doblaremos ante quien creemos que tiene el poder."

Albert Salvadó




"La tecnología ha evolucionado de forma exponencial y todavía debe maravillarse mucho más. Por el contrario, internamente, hemos evolucionado más lentamente. Los mismos sentimientos que nos mueven hoy, nos movían en el siglo XVII, y mucho antes. Es normal contemplar la historia y vernos reflejados en ella. Por eso Churchill decía que cuanto más lejos miren en el pasado, más lejos podremos ver en el futuro. La historia es cíclica, porque en nuestra memoria es corta. ¿Cómo se explica, si no, que existan las guerras? Debemos ser muy bobos para no entender que las guerras las dictan cuatro aprovechados y que los que mueren son los desgraciados que nada tienen que ver, que han sido engañados."

Albert Salvadó



"No hay nada que esté escondido. Simplemente hay cosas que no hemos sido capaces de ver. No hay secretos. Nadie tiene el poder que le otorga un secreto. ¡Nadie! No hay misterios. El misterio sólo se aplica a lo que desconocemos. Una vez lo conocemos, deja de ser un misterio y se convierte en un hecho explicado. Por eso es tan y tan importante abrir los ojos y despertar."

Albert Salvadó



"¿Qué es más importante: el mensaje o el mensajero? Si nos detenemos en la figura del mensajero, estamos perdidos. Esto es lo que le ocurre, por ejemplo, a la religión católica. Se le ha otorgado tanta importancia al mensajero que casi nos hemos olvidado del mensaje. ¡Y así nos va! Sin mensaje no hay mensajero. Pero sin mensajero, el mensaje no llega. Por eso, para mí, Galileo sirve para hacernos llegar el mensaje. Y el mensaje está claro. Más vale que abramos los ojos y despertamos, porque, no sólo en aquellos lejanos días del siglo XVII, sino hoy en día hay un buen grupo de espabilados que buscan dormirnos y convertirnos en sus esclavos."

Albert Salvadó




"Tras desaparecer Edvard, el dueño de la casa ha invitado al recién llegado a acompañarle y lo ha conducido hasta una sala grande, de unos treinta codos de largo por veinte de ancho, dividida en dos partes por medio de una arcada y decorada con madera oscura.
La mirada del visitante se ha detenido en la librería que ocupa más de un tercio de las paredes y está repleta de libros, rollos, carpetas y documentos. No es habitual encontrar algo así en una casa particular. Las bibliotecas de parecidas dimensiones pertenecen a los monasterios, a los conventos, a las universidades o a personas de muy alto rango, como nobles, príncipes y monarcas. No se le ha escapado que el resto de las paredes aparece cubierto por dibujos a lápiz y pequeños cuadros representando flores. Pero le ha sorprendido que todos los dibujos sean de rostros, mientras que todos los cuadros son florales, y que los colores sean para las flores, mientras que el blanco y el negro están reservados para los rostros. Sin excepción alguna. Sin embargo, no ha preguntado nada. Finalmente sus ojos se han posado en la gruesa alfombra que cubre el suelo de la mitad de la sala, en la que ha contado cinco butacas dispuestas en semicírculo.
Václav, alto, grueso, ya mayor, calvo, con una barba rojiza y ojos claros, lo observaba."

Albert Salvadó
Abre los ojos y despierta



"Yo soy el resultado de siglos y siglos de montones de personas que me han precedido y me han legado lo que ellos encontraron. Yo puedo realizar una aplicación original de la teoría de la relatividad, pero ¿quién puede prohibirme estudiarla y aprovechar sus conocimientos? Es absurdo. Si Eisntein no lo hubiera encontrado, otro lo habría hecho. Y Einstein se basó en el trabajo de su predecesor, en los conocimientos que le dieron a la universidad…"

Albert Salvadó











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