Annemarie Schwarzenbach

“Ahora tomo parte en las comidas de los comedores de hachís y de los fumadores de opio, noto el sabor de la muerte de las delicias terrenales… ¡Ay qué terrible alivio! Mis sienes, tengo que deshacerme de las imágenes atesoradas y de las penas acumuladas, mecerme sobre un puente colgante, bañarme entre coronas de espuma de mar.”

Annemarie Schwarzenbach



“Ciertamente, todos los caminos están abiertos, y no llevan a ningún lugar, a ningún lugar.”

Annemarie Schwarzenbach



"De vez en cuando mis conocidos ingleses me preguntan qué estoy escribiendo. «Un diario impersonal», respondo entonces. Pues qué más impersonal que describir este valle o las montañas, las llanuras, las carreteras y los ríos; un pintor sabría hacerlo mejor. Incluso cuando hablo de la vida que hacíamos en la expedición el relato dista mucho de ser una confesión personal. ¿Las noches en la terraza de Persépolis? ¿Las conversaciones ebrias? ¿Nuestras borracheras esporádicas y la pipa de hachís que Bibenski se fumaba en alguna que otra velada? Eso es tan impersonal como la melancolía del país de Mazanderán, o como el pitido estridente del barco ruso en el puerto de Pahlevi. E igual de impersonal es divisar al alba la delicada nube en torno a la evanescente cima del Demavend y reconocerla una noche, en la penumbra de la tienda, cual sustancia irreal en torno a los rígidos hombros de un ángel...
Por tanto, no me pregunto por qué me descubro sino más bien por qué escribo. Pues ciertamente no es fácil hacerlo; es un esfuerzo tremendo y, probablemente, infructuoso. Hay que recordar, y aunque el recuerdo no nos suelta ni siquiera por un instante —ni a mí ni sin duda a mis compañeros de destino—, al menos no tenemos que saber nada de ello. En efecto, ya estamos acostumbrados a la condición que nos es propia en este país: no somos libres ni por un instante, no somos nosotros mismos, lo ajeno se apodera de nosotros y nos aleja de nuestro propio corazón."

Annemarie Schwarzenbach
Muerte en Persia



“Debemos saber lo que queremos”. Debemos, queremos… Pero ¿y qué es lo que sabemos? Es la fórmula estéril de nuestra falta de libertad.”

Annemarie Schwarzenbach



¡Dejadme sufrir!"

Annemarie Schwarzenbach



“El dolor ya ha roto los diques y se ha desbordado por completo. Por completo: los caminos del porvenir han quedado inundados.”

Annemarie Schwarzenbach




“El tiempo avanza a pasos de gigante desde que un suceso lejos de mi camino, la guerra, ha irrumpido asaltándonos como si fuéramos ciegos y sordos.”

Annemarie Schwarzenbach



“En Europa las clínicas mentales están completamente llenas. Los ejércitos están pertrechados. La juventud es disciplinada. Las maquinas funcionan. El progreso está en camino. Y todas las naciones están afligidas por diversas psicosis.”

Annemarie Schwarzenbach




“En las sienes me estaban quemando unas lágrimas secas, el dolor estaba respirando, yo no sentía deseos, estaba mortal e inmisericordemente cansada.”

Annemarie Schwarzenbach




“Es que yo no soy una arqueóloga. No tengo profesión. Y podría haber ejercido todas las profesiones. Y haber pasado por todas las ciudades y haber vivido en todos los países. Pero yo no hago tratos conmigo misma: el precio a pagar a cambio de una “buena vida” era demasiado alto.”

Annemarie Schwarzenbach



“Me mordía la respiración.”

Annemarie Schwarzenbach



“Me queda la magia, el nombre, el corazón maravillosamente conmovido.”

Annemarie Schwarzenbach



“Me quemé en mis sentimientos.” 

Annemarie Schwarzenbach



“Sí, mi único temor, el que todavía me importa, el de no poder ya anotarlo todo…
-¿Qué quieres anotar? ¿Has ido acumulando experiencias, aprendiendo cosas valiosas, reconociendo la Tierra Prometida? ¿O es que quieres contar tu dolor para conmover el corazón de la gente y conseguir una sentencia benévola?”

Annemarie Schwarzenbach



 “Soy a menudo una adolescente con las ventajas de mis cuarenta años.”

Annemarie Schwarzenbach




“Una vez en el camino, olvidamos toda ansia de saber.  No conocemos despedida alguna ni remordimiento alguno, no nos preguntamos de dónde venimos ni hacia dónde vamos.”

Annemarie Schwarzenbach




"Y la realidad de ayer arde aún en el dolor de la despedida, la de anteayer es un episodio concluido que no volverá nunca más, y lo que sucedió hace un mes es un sueño y vida pasada. Por fin comprendemos que el transcurso de una vida no contiene sino un número limitado de “episodios”, que depende de mil y una casualidades el lugar donde finalmente nos esté dado construir nuestra casa; en cambio la paz de nuestra pobre alma es un preciado bien de la libertad que no se alcanza corriendo y cuyo precio no se debe regatear ni negociar con dictadores que, de la noche a la mañana pueden incendiar nuestras casas, pisotear nuestros campos y sembrar el cólera."

Annemarie Schwarzenbach
Todos los caminos están abiertos
















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