"El brillo de los ojos de mi tribu permaneció fijo en sus rifles. Yo era el novio engreído en su primera noche. Te reíste de mí y yo también me reí. Esa fue la última vez que nos reímos juntos, antes de que nos odiáramos uno a otro. Un marido miserable, una esposa testaruda, tu cabeza siempre en las nubes derramando rencor sobre mí. ¿Por qué esta mujer es tan extraña para mí? Ten paciencia, Yahya, me dije, esta depresión se irá sola, pero tú te alejaste aún más, y ahora que tengo una idea de la magnitud de tu odio, me ciega. Llego tarde del trabajo y te encuentro leyendo. ¿Quién te dio ese libro? ¿Por qué no respondes? Parece que no existo para ti. Siento un nudo en la garganta cuando miro a la mujer que vive en mi casa. La mujer con la que tengo sexo fríamente, ¿por qué no vienes a verme por una vez y así ambos podemos disculparnos y hacer las paces? Todo el mundo tiene otra cara, como decía Yusuf. ¿Están todos muertos y yo soy el único que está vivo? No, no estoy vivo. Todo dentro de mí estaba muerto antes de que entraras con tu maleta en esta casa. Pongo mi mano en mi corazón y siento el frío de la muerte, como los cuerpos que vi, los cuerpos que maté, los cuerpos escondidos bajo mi piel."
Bushra al-Maqtari
Detrás del sol
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