"Esperabas que algún día ella terminara impulsándote a los escalones superiores de la vida opulenta por la que babeabas. Ella te dijo que el encargado de la habitación, el portamaletas y todo lo demás, sería por un tiempo.
Pero en realidad no eras un oponente. Simplemente tenías deseos de que otra vida fuera posible, si lograbas derrocar el régimen vigente y subirte a la silla presidencial. Salomon Emane, encarnaste la imagen del político destituible. Impulsado por tu sed de éxito, estabas ocupado dando vueltas para darte más oportunidades. De un lado o de otro, sólo tu éxito te guió.
Fuiste, según tus palabras, un marido impecable. Nunca ninguna ternura. Palabras siempre fuertes. Violento. Siempre te replanteaste. Tú siempre dictabas y ella tenía que obedecerte."
Charline Effah
La danse de Pilar
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