Claire Fuller

"Escribir me resulta duro, tiendo a procrastinar todo lo que puedo, hasta que de pronto me doy cuenta de que se me ha escurrido el día sin producir nada y me encierro casi a última hora para avanzar en algo. Sin embargo me gusta lo que va saliendo, lo que se va armando, y me encanta el momento de corregir o editar. Quizás por haber empezado a escribir tarde es que ahora voy rápido porque sé que tengo menos tiempo. De cualquier manera, la madurez es interesante, ayuda el hecho de tener esos años de experiencia “compostados”, son un material valioso a la hora de crear."

Claire Fuller



"Hemos saturado nuestras vidas de cosas superfluas, aunque no solo en nombre de la comodidad."

Claire Fuller



"Mis dos habitaciones se encontraban en el ala oeste de la casa, justo debajo de la azotea y de los fustes de las chimeneas. La planta constaba de unas doce habitaciones aproximadamente, que desembocaban en un pasillo que discurría de norte a sur. Todas las ventanas que daban al oeste gozaban de unas vistas espléndidas a los maltrechos jardines de Lyntons, los senderos cubiertos por el descuidado follaje de boj y tejo, un enmarañado jardín de rosas, estatuas derribadas y parterres destrozados, y el parque, el panteón y, más allá, una línea oscura de árboles y las escarpadas y frondosas laderas de bosque a lo lejos.
— ¿Te has dado una vuelta ya por los jardines? — pregunté —. ¿O por el puente?
Yo hubiera querido que me dijera que no, y así ser la primera en descubrir lo que hubiera, pero también que sí, que lo había visto y era un puente de estilo Palladio, y así no tener que enfrentarme a la posible desilusión.
Un puente de estilo Palladio, ese sobrio elemento arquitectónico construido para comunicar dos orillas. Por lo general coronado por un templo, con balaustradas y columnas de piedra, frontones y columnatas bajo tejado de plomo, con techos artesonados y estatuas. Con cenadores refrescados por el agua, abiertos en ambos extremos. Una edificación construida por la gente acaudalada para pasear por ella o atravesarla con sus carruajes. El puente que yo imaginaba abarcaba el lago de orilla a orilla con cinco elegantes arcos y un espectacular templo abierto por los costados alzándose sobre las balaustradas. Sería armoniosamente simétrico en conjunto, pero con intricadas y delicadas tallas en las claves. No un mero puente, una vía para cruzar de una orilla a otra, sino un lugar diseñado para el amor, el galanteo y la belleza."

Claire Fuller
Naranjas amargas













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