Elizabeth Schön

"Cuando tu poesía tiene como soporte nada más que el yo es porque ese yo refleja soledad y desarraigo. El amor es necesario para todo. Es la única virtud que queda libre. Todos tenemos que amar. Si tú no amas ¿qué haces? Ni siquiera una preocupación tienes. Tú te preocupas por el ser humano, ¿por qué? Porque en el fondo quieres un bienestar para el otro. El amor no es nada más un beso, es algo mucho más amplio y profundo. Es desear que el otro esté igual, que esté amando también."

Elizabeth Schön


Digo mar
resplandecen las rodelas
se alargan los alcores
mas sólo he pronunciado
aquella voz primaria
traslúcida
vibrante
con la que el hombre
se unió a la tierra y a los cielos.

Elizabeth Schön


"El asombro existe, yo no dejo de asombrarme. Esa es una de las cosas más necesarias para un poeta. Poder abismarse ante un árbol o un río."

Elizabeth Schön



“El poeta tiene que salir a buscar la palabra amorosa.”

Elizabeth Schön


El reloj de El Calvario es silencioso, como silenciosas son las orillas de los lagos.

Alto, con figura de visir, con color de nube que presagia tormenta, lo colocaron junto a la escalinata para que constantemente alguien subiera o bajara y de esta manera nunca permaneciera solo.

Jamás hemos oído su campana, jamás hemos escuchado su tañido que clama: una hora concluye y otra se inicia y esto se me parece a un libro que se lee hasta la letra última para en seguida comenzar otro. Y también me recuerda a la ola que se dobla, estalla, e inmediatamente otra la sigue y hace lo mismo y así sucesivamente para siempre.

Elizabeth Schön



"En los poetas hay un amor oculto que los hace andar e investigar. Tienen que en el fondo amarla. Porque quien no ama destruye."

Elizabeth Schön



Esa sangre latiendo
sin otra cercanía que la del viento.
Ese rostro contra los espacios
serenamente deshojándose hacia dentro
donde la huella no cede.
iAh de su irrompible resignación!
La piedra permanece
para que lo frágil se sostenga.

Elizabeth Schön



Estarnos cercados.
El espacio amordaza.
La altura desaparece.
Se ha perdido la inmensidad
permaneciendo un oscuro cascarón
que busca afanosamente
el borde final del cielo.

Elizabeth Schön



Hay un Dios demasiado inmenso
para el pequeño pie del hombre
El alma no se altera olfativa
acequia va pasando de la claridad
a la pielde la piela esa sangre
tuyatan distinta a la del infalible
que gritay gritando socavael abrazo
de la redonda mano fresca

Elizabeth Schön




He aquí la tempestad. Dóblase el follaje y la selva se giba como rueda de carretón. El viento tumba frutos y nidos. El rayo parte en rebanadas los grandes árboles. Escóndense los loros y los querrequerres. El trueno se confunde con el ladrido de las ramas. La oscuridad es temible, semejante al ataque del tigre hambriento. No hay rapiña ni maldad; un pájaro destrozado entrega su canto a lo eterno.

Luego, la quietud, la tranquilidad mortal del rocío. Un murciélago vuela y caen gotas sobre la hojarasca, es que alguien en la lejanía suma rubíes. La selva comienza, otra vez, a sacudir su melena de escalofríos, tumbas y, lentamente, reaparecen los millares de insectos que pululan en deseos incontrolables. La selva retorna como si la hubieran narcotizado y volviera a su encuentro, salpicada con hebras de río, tejida por los rastros de la furia de Júpiter. Casi, convaleciente, vuelve a su habitual pregón de arañazos, martillos y yunques.

Elizabeth Schön



“La Caracas en la que yo viví, en la que nací, es totalmente distinta a la de hoy. Salgo fuera y no la conozco. No ha sido respetada. Y eso se debe al poco arraigo que tiene el ciudadano. Por ejemplo, yo siempre iba a jugar a El Calvario. Eso se ha debido conservar como una zona de parque ¿Cómo va a estar esa zona llena de talleres de carros? No puedes prescindir de lo que hicieron los libertadores, porque eso fue. Eso me parece descuido, poco amor. Creo que una de las cosas esenciales que se ha perdido es el amor y sino hay amor lo que hay es interés, ausencia de amor por lo nuestro. Lo que es verdaderamente nuestro no nos lo puede quitar nadie. Nadie te puede quitar el nombre de Antonio José de Sucre o de Luisa Cáceres de Arismendi.”

Elizabeth Schön




"La ciencia es para todos. Es tanto para el africano, el chino, el europeo. Lo que pasa es que es más fácil trabajar y estudiar la materia que arreglar el corazón del hombre, da menos que hacer. Porque la materia se deja investigar, es callada."

Elizabeth Schön



“La vida y la muerte están tan cerca, tan de acuerdo en todo que no es fácil para una poeta como yo, incapaz de creer en los opuestos, decir sí o decir no.”

Elizabeth Schön



La marginación ha estallado.
Los encuentros se alejan y se repelen
junto a debilidades suspendidas
mientras lo retraído se plasma y se oculta
en esa faz presentándose sin más fin
que mostrar las vigilancias solitarias
del recogimiento y la concentración.

Elizabeth Schön



"La poesía trata un espacio que no es el espacio exterior. El espacio exterior es medible. El espacio de la poesía no puede ser calculado ni de largo ni de ancho. En la poesía no hay espacio, es completamente distinto. Por ejemplo, ¿dónde está el espacio cuando creas una metáfora?"

Elizabeth Schön



Para mirarla
raspamos el cielo
y se desprenden las nubes
la lluvia, la centella
aun lo luminoso, esférico, espacial
desde el primer instante del sol.
Ni aun así
concluye nuestra reyerta contra la inmensidad
como si a la flor
no pudiéramos arrancarla de los cielos, de la tierra
donde cabe lo que se dice de ella
nunca parecido a cuando vive
dentro del largo pasadizo del alma.

Elizabeth Schön
Antología poética



¿Sabes acaso del filoso castillo del
navegante mandatario?
¿Conoces la carga de las hojas
que otros destierran como a tísicos incurables?
¿Entiendes de las dagas que hurgan
la sangrepara alcanzar las coronas dogmáticas?
Y tú, almaque limpias las aguas estancadas
y transformas el fuego de las quemaduras
en claras cáscaras de amoreres pañuelo
de espumasy nunca oro del solamente oro lacerante

Elizabeth Schön



Se escribe con ribetes de sol
reminiscencias errabundas
presencias de entrañas
soplos de desiertos
restos de dinosaurios.
Se escribe con la embestida
de las cosechas de los hombres
ciudades
campos
con la luz y la sombra
yendo de una orilla
hacia la otra orilla.

Elizabeth Schön



Si la chispa está en la chispa
es porque la chispa
no cesa de existir
y por eso está la muerte
entre la chispa del fuego
y las aguas de las orillas.
Chispa de la chispa
en la otra chispa
despertando en la caída
y el advenimiento
de la traspasable llama del aire.

Elizabeth Schön



Si miras el vacío encontrarás el horizonte del primer y único principio.
El vacío, el horizonte son cauces de la voz sorprendentemente única.
Y si eres humilde no preguntes, ella mira lo que tus ojos no alcanzan a ver.

Elizabeth Schön



"Siempre se le debe dar un chance al poeta. Al poeta no hay que tapiarlo. No estoy de acuerdo con esas clasificaciones. Por ejemplo, no puedes comparar a José Antonio Ramos Sucre con César Vallejo..."Cuando la poesía tiene como soporte nada más que el yo es porque ese yo refleja soledad y desarraigo. El amor es necesario para todo. Es la única virtud que queda libre"."

Elizabeth Schön



Te gustaba oler el jengibre
la hierbabuena
paladear el sabor claro del horizonte.
Si te acercabas a las raíces
buscabas aquélla que de alguna manera
te podía indicar el rumbo
de la nube que no pudiste poseer.
Y mecías las hierbas
que ya nadie recuerda
y permanecías junto a ellas
por largo tiempo
llevándote entre la lengua
el grano blanco que durante días
había nutrido las aguas de los ríos
con los atardeceres y el sol. 

Elizabeth Schön
De incesante aparecer




Y el recorrido de la luz
por los cielos y lo inmenso
se te convirtió
en la espontánea exactitud de las aguas,
en la natural aparición del fruto,
en el parejo comportamiento
de las copas al domeñarlas el viento.
Y nunca te fue la luz ajena,
distante.
La llevabas en tus pupilas,
en tu canto,
en tu vuelo,
y no hubo día
en que no amanecieras con ella,
despertando junto con las brisas,
los campesinos,
las semillas,
los hombres que se habían de incorporar mientras ibas tú,
iba yo,
iba la vida,
el viento…

Elizabeth Schön










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