Éric-Emmanuel Schmitt

"Al igual que los adivinos, las mujeres tienden a poner el pensamiento en todas partes, a leer el mundo de los objetos y cosas como un pergamino. No miran, descifran. Todo siempre tiene sentido."

Éric-Emmanuel Schmitt


"Anny entendió entonces por qué su camerino estaba atestado de ramos. Quizá quienes los habían mandado habían recibido el aviso de que su regalo sería filmado, y por eso habían grapado su tarjeta de visita, bien visible sobre el celofán que envolvía los ramos...
Un tropel de fotógrafos invadió el vehículo. Cada uno de ellos gritaba "¡Anny!" para captar su mirada. Se empujaban unos a otros, tan numerosos que los disparos de sus máquinas sonaban como un chisporroteo de fritura, y el frenesí de los flashes borraba por instantes todos los colores. Era tal la confusión y el estruendo que Anny se creyó en medio de un ciclón. Aunque ya tenía el rostro embadurnado de polvos y cremas, la muchacha volvió a sentarse en su silla y fingió entregarse a las maquilladoras; después se concentró en el director y simuló estar enfrascada en una discusión artística sobre el guion de la película; luego inhaló el perfume de las rosas y las orquídeas con una sonrisa beatífica; por último, hizo como que leía las notitas que acompañaban a los ramos, aquellos que le tendía Johanna, que tenía una lista de prioridades.
Reaccionando a una señal de la agente, tan rápidamente como habían aparecido, los periodistas desaparecieron. El silencio, opresivo, sucedió al estruendo.
Anny se tumbó, molida. Una sesión de esas características la vaciaba por dentro, como si, una a una, las fotografías le sacaran gotas de sangre; un ataque de vampiros la habría dejado igual de exhausta. Los pueblos que se negaban a ser fotografiados compartían ese mismo malestar: que tomen tu imagen es como robarte una parte de ti mismo. Anny se sentía como si la hubieran raptado. Esos hombres no sólo la habían desposeído, mermado, sino que también la habían cortado en pedazos, la habían troceado, la habían hecho añicos. Ahora debía aislarse para reconstituirse."

Éric-Emmanuel Schmitt
La mujer del espejo



"Cada escritor experimenta un momento de lucha, de lo contrario cae en el cinismo."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Cerré la puerta, me apoyé contra el batiente y me dejé caer al suelo con las piernas abiertas. Ojalá la tierra se abriese bajo mis pies y me tragase. Sabía que mi vida terminaría al día siguiente. Vendrían a buscar a mamá, la esposarían y la internarían. En la cárcel o en un manicomio. La perdería todavía más que en las últimas semanas… Para siempre… Debido a mis doce años, me colocarían en los servicios sociales con desconocidos, niños maltratados, hijos de borrachos y matones. Luego, como nadie querría adoptar a un negro, me pasearían de familia de acogida en familia de acogida, nadie se encariñaría conmigo, yo no me encariñaría con nadie. Sin la ayuda de Madame Simone y la entereza de mamá, haría novillos, me convertiría en un delincuente por holgazanería y, cuando llegase sin ningún título al mercado laboral, me propondrían cero trabajos o trabajos de mierda, que no me quedaría más remedio que aceptar si no estuviera ya atontado por culpa de las drogas o encerrado en un centro de menores. ¡Así es como da un vuelco una vida! Esta tarde, me habían desposeído de mi felicidad presente, de mi felicidad futura, me habían desposeído de mi madre.
Me dirigí a la ventana. Dada la vida que me esperaba, ¿para qué vivir? ¿No era mejor acabar con todo de golpe y saltar?
Miré al patio. Como siempre, el vacío me atraía; a diferencia de otras veces, este hechizo ya no me asustaba.
Subí al alféizar. Una ola de placer me inundó: había encontrado una solución. Unos segundos antes, experimentaba sufrimiento. A partir de ahora, lo dominaba. Tenía en mi mano el medio de destruirlo.
Me eché a reír. Era tan simple…
A mi espalda oí unos toquecitos en la puerta. Luego tres llamadas decididas. Después, el timbre.
Exasperado, me dieron ganas de gritar: «¿Es que no puede uno suicidarse en paz?».
Demasiado tarde. La curiosidad, la docilidad, el deber, toda clase de viejos reflejos me empujaban a responder. Bajé de la ventana. En el momento de arrastrarme hasta la puerta, la desesperación me aplastó los riñones y estuve a punto de derrumbarme. Pero me rehíce, agarré el pomo y lo giré.
En la penumbra se recortaba una alta silueta."

Éric-Emmanuel Schmitt
Félix y la fuente invisible




"¿Cuál es la verdad? Ahí está el tuyo, el mío y el de todos los demás. Toda verdad es sólo la verdad de quien lo dijo. Hay tanta verdad como individuos. "

Éric-Emmanuel Schmitt



"Cuando queremos convencer, la buena fe y la impostura a veces van juntos."

Éric-Emmanuel Schmitt



"El amor comienza cuando dejas de estar enamorado."

Éric-Emmanuel Schmitt



"El sufrimiento no es una oportunidad para odiar, es una oportunidad para amar."

Éric-Emmanuel Schmitt



“El hombre se pasa la vida en dos sitios solamente: en su cama y en sus zapatos.”

Éric-Emmanuel Schmitt



"El pensamiento es el espíritu crítico, pero es necesario pensar hasta que llegas a ese umbral en el que el pensamiento ya no sirve para nada y ahí has de tirarte de cabeza: o al miedo o a la confianza."

Éric-Emmanuel Schmitt



"En lugar de preocuparse por lo que sucederá mañana, los hombres harían mejor en cuestionar lo que están haciendo hoy."

Éric-Emmanuel Schmitt




"Es urgente amar y decir a los que amas que los amas."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Escribir no es autodescubrimiento, sino el descubrimiento de los demás que uno tiene en uno mismo o en los demás a nuestro alrededor."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Estoy huyendo de mí mismo; pero nunca pierdo la pista de mí mismo, siempre lo compongo..."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Hace mucho tiempo se abatieron sobre el mundo lluvias incesantes. El agua hundía los tejados, agrietaba los muros, destruía los puentes, cubría los caminos, provocaba la crecida de ríos y torrentes. Gigantescas inundaciones arrasaron pueblos y ciudades. Los supervivientes se retiraron a lo alto de las montañas, que, al principio, ofrecían un refugio seguro pero que, por efecto de las afloraciones y del agua infiltrada, comenzaron primero a agrietarse y, después, a partirse en bloques. Un hombre, Noé, presintió que nuestro planeta iba a quedar totalmente cubierto por las aguas. Y entonces empezó su colección. Con la ayuda de sus hijos e hijas, se las arregló para encontrar un macho y una hembra de cada especie viva: un zorro y una raposa, un tigre y una tigresa, una pareja de faisanes, de arañas, de avestruces, de serpientes..., prescindiendo sólo de los peces y de los mamíferos marinos que ya proliferaban en el creciente océano. Entretanto, construyó también un enorme barco y, cuando las aguas se elevaron hasta ellos, cargó en su nave todos los animales y a los seres humanos que quedaban. El arca de Noé estuvo navegando varios meses sin rumbo por la superficie del inmenso mar en que se había transformado la tierra. Pero al cabo cesaron las lluvias. El agua comenzó a bajar lentamente. Cuando Noé temía que no iba a poder seguir alimentando a los habitantes de su arca, soltó una paloma, que regresó con una hoja tierna de olivo en el pico, lo que indicaba que las crestas de las montañas sobresalían por fin por encima de las olas. Comprendió entonces que había ganado su loca apuesta: salvar a todas las criaturas de Dios."

Éric-Emmanuel Schmitt
El hijo de Noé



"Israel tiene el recuerdo de sus desgracias, y si Israel no tuviera su fe, no sería más que el recuerdo de sus desgracias."

Éric-Emmanuel Schmitt




"La confianza se aprende  aceptando que no todo es racional, aceptando abrir las puertas de la sensibilidad y la irracionalidad de la vida. Hay que amar la necesidad y todo lo inevitable."

Éric-Emmanuel Schmitt



"La imaginación es dejarse invadir por el mundo y por la gente. Cuando estoy frente a alguien, me dejo penetrar por todas las sensaciones y las imágenes que emanan de ese individuo; es un conocimiento empático."

Éric-Emmanuel Schmitt




"La literatura no tartamudea la existencia, la inventa, la provoca, la supera."

Éric-Emmanuel Schmitt



"La muerte es sólo la muerte; no significas nada porque estás muerto, pero lo estás pasando."

Éric-Emmanuel Schmitt




"La muerte, privándonos de cualquier posibilidad de sufrimiento, debe esperarse como una dicha."

Éric-Emmanuel Schmitt



"La mujer, cuando da a luz, pasa por el sufrimiento; sin embargo, ya no recuerda sus dolores tan pronto como un hombre nuevo finalmente nació en este mundo."

Éric-Emmanuel Schmitt



"La única manera de ser sabio es pensar en la muerte como una celebración."

Éric-Emmanuel Schmitt



"La verdad nunca es una, por eso no existe."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Los fanáticos aplastan sus dudas al reafirmar en exceso su fe."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Los hombres protegen las puertas de la sociedad, que cría la muerte y desarrolla odio. Las mujeres protegen las puertas de la naturaleza, que hace la vida y exige amor."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Los hombres son así: cuando caminan, se miran delante de ellos. No avanzan arreglando sus pies."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Me inundó una confianza extrema, la certeza de que todo tiene sentido y que tenía que admitir lo Incomprensible. Una sensación que todos tenemos en la infancia: para el niño, el mundo es misterioso, pero confía. La fe es volver a encontrar este sentimiento y la alegría es volver a encontrar esta fe.

Presencia. ¡Todo está bien! No se puede decir más. Esta energía inquebrantable, indomable, que actúa en el universo, me absorbe. Recibo mensajes de ella… ¿Cómo? ¡Qué difíciles son! No para captarlos, pues se imponen por sí solos, sino para transcribirlos utilizando el lenguaje. Las palabras, estas pobres palabras, no ofrecen una vía a lo que experimento.

Las palabras han sido inventadas para el comercio humano, para describir el mundo visible, no el invisible, para lo ordinario, no para lo extraordinario. Así pues, no disponemos de palabras para describir un encuentro con Dios, una experiencia mística, «una noche de fuego». Incluso la misma palabra «Dios» es metafórica. Este término ha designado unas representaciones que no tienen nada que ver con lo que yo entiendo cuando digo «Dios». De entrada, la palabra «Dios» ha descrito el término «dioses» en plural. No existía ninguna relación con un Dios único. Luego, esta misma palabra «Dios» puede, para algunos, designar a una persona, para otros, una fuerza, para otros todavía, puede referirse a un principio. En verdad, es una moneda que ha sido muy utilizada y de la cual también yo me sirvo, porque no he encontrado otra mejor. Solo trato de dejar la traza de mis dedos sobre ella. Ninguna palabra es adecuada ya que todas son humanas y remiten a la experiencia humana. Las palabras no contienen el sentido de la trascendencia. Así pues, hablar de Dios o hablar de una experiencia mística solo se puede hacer desde el orden poético.

La creencia es radicalmente diferente de la ciencia. No las confundiré. Lo que sé no es lo que creo. Y lo que creo nunca se convertirá en lo que sé. En nuestro siglo, en el que, como en el pasado, se mata en nombre de Dios, es importante no confundir a los creyentes con los impostores: los amigos de Dios siguen siendo los que le bus- can, no los que hablan en su nombre y dicen haberle encontrado."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Ningún trono, ningún cetro, ninguna lanza puede purgarnos y abrirnos al amor verdadero."

Éric-Emmanuel Schmitt



"No era muy preciso, pero era tranquilizador. De vez en cuando, sobre los torbellinos en fusión, me parecía ver otra idea: que existimos, después de esta vida, en función de lo que fue esta vida; que el justo perdura en un buen recuerdo; que el perverso desaparece en su peor recuerdo, eternamente. Pero, en cuanto intentaba acercarme a ella, la idea huía, rápida, volátil. Sin embargo, todos mis viajes me confirmaban que no había nada que temer y que, definitivamente, la muerte no podía ser más que una agradable sorpresa.
Jerusalén se había convertido en el nombre de mi desvelo. El nombre de mi destino. El lugar de mi muerte. Debía terminar mi predicación en Jerusalén.
Como todo buen judío, había ido varias veces durante la Pascua, aunque por poco tiempo. Ahora debía pensar en quedarme allí. Nos pusimos en camino.
No podía ocultarme la verdad: yo estaba cambiando. En mi corazón, con demasiada frecuencia, se infiltraban la amargura y el reproche. Yo, que era todo amor, me volvía áspero, impaciente, irritable. Aunque no hay nada que aprecie tanto como la dulzura, era capaz de insultar con saña a mis adversarios. Cuando lo que deseaba era anunciar la buena nueva, la llegada del Reino, mi lengua se retorcía en mi retórica y me oía amenazar, vociferar, prometer los peores castigos en nombre de Dios. En otros momentos, queriendo ensalzar a la humanidad, sin embargo no podía evitar, al pasar delante de las beatas que encendían cuidadosamente sus candelabros para la fiesta del Tabernáculo, gritarles de forma provocadora: "¡Yo y sólo yo soy la luz!". Enseguida lo lamentaba, y mi madre, en mitad de la noche, para tranquilizar mi espíritu, me abrazaba contra ella y me decía que este desconcierto era la fatiga de la esperanza."

Éric-Emmanuel Schmitt
El evangelio según Pilatos



"Nunca ves a los demás como son. Sólo tenemos visiones parciales, truncadas, a través de los intereses del momento."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Para mi el hombre es simplicidad y la mujer complejidad. Cuando una mujer dice no, nunca quiere decir no, ni cuando dice sí. La mujer es paradójica, es fuerza y herida. Si no veo su herida, no puedo entenderla."

Éric-Emmanuel Schmitt



"¿Qué es la justicia? ¿Lo mismo para todos? Dios también nos da toda la vida y luego la muerte. El resto depende de los hombres y las circunstancias."

Éric-Emmanuel Schmitt




"Responder a la agresión con amor es a la violencia violenta, a poner un espejo bajo su nariz que devuelve su cara odiosa, revulsada, fea, inaceptable."

Éric-Emmanuel Schmitt




"¿Se puede obligar a unirse? ¿Se puede obligar a amar? Uno debe deshacerse de uno mismo, consentir la fe, así como el amor."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Ser optimista es una lucha."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Ser pesimista es cosa de cobardes."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Si Dios es sólo una ficción que el hombre inventa para el hombre, es una ficción útil."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Sí, puedes luchar contra tu negatividad y pesimismo. Eso quiere decir que la inteligencia y la experiencia pueden servir para algo."

Éric-Emmanuel Schmitt




"Siempre estoy de buen humor, lo que sorprende a la gente, y soy infinitamente curioso. Una cosa que me ayuda a disfrutar de la vida es la imaginación, que me permite explorar todas las puertas del presente."

Éric-Emmanuel Schmitt



"Tengo una obsesión: mostrar que cada uno de nosotros podría haber sido el otro. Incluso escribí un libro sobre Hitler para demostrar que convertirse en un bárbaro está al alcance de cualquiera. Hay una búsqueda ética: cultivar lo mejor en lugar de cultivar lo peor, y por tanto una dimensión moral."

Éric-Emmanuel Schmitt




"Todos nos equivocamos, el genio como el imbécil y no es el error lo que es peligroso, sino el fanatismo del que cree que no está equivocado."

Éric-Emmanuel Schmitt



"¿Un filósofo hablando de amor? No puedes basar nada en el amor. El amor no pertenece a la jurisdicción filosófica. El amor no es de otro tipo un concepto que se encuentra a través del razonamiento o el análisis."

Éric-Emmanuel Schmitt




"Vengo de una familia completamente atea. Pero cuando estudiaba filosofía me convertí en agnóstico, y durante un viaje al desierto del Sáhara el sentimiento de lo Absoluto se me reveló y me hice creyente."

Éric-Emmanuel Schmitt



“Yo habré trabajado mucho toda la vida, pero he trabajado despacio, tomándome todo el tiempo del mundo. No buscaba hacer números o ver desfilar clientes, no. Ir despacio, ése es el secreto de la felicidad.”

Éric-Emmanuel Schmitt
















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