Gonzalo Torné

"(Cancelación) es una palabra con un campo semántico muy extenso y quizás también contradictorio. En primera instancia la definiría como una excusa: en un momento donde la censura de estado está desactivada y la presión de las academias y escuelas literarias es mínima, cuando el puritanismo legal que convirtió en una carrera de obstáculos la publicación de Madame Bovary, Lolita o el Ulises de Joyce se ha desvanecido, y nunca ha sido tan sencillo publicar en libertad lo que a uno le daba la real gana (no hay apenas restricciones en la representación de la violencia y la sexualidad)… se acogen al fantasma de la cancelación para justificar sus fracasos artísticos o la disidencia del público.

En un plano más serio e interesante, creo que con «cancelación» nos referimos de manera un tanto tentativa a una serie de criterios nuevos de evaluación exigidos por lo que llamo «audiencias emancipadas» (la cantidad de gente que tiene ahora acceso a la lectura y espacios para emitir sus juicios, discutirlos y combinarlos con otros). De la misma manera que no admitimos que un escritor diga idioteces sobre los celos o la venganza, tampoco se admite que sus representaciones sobre los judíos sean personajes con la nariz muy grande y avaros."

Gonzalo Torné



"Creo que tenemos que superar la oposición, jugosísisma, entre apocalípticos e integrados; la red está tan metida en nuestras vidas que es infantil estar a favor o en contra. Yo estoy en contra de la propagación de trolas y a favor de que un aspirante a escritor de provincia pueda tejer sus relaciones y complicidades sin tener que migrar. Estoy de acuerdo con mi artículo en todo lo que hace referencia al fenómeno por el que artistas con visibilidad acusan a sus críticos de cancelarlos, pero cuando salimos del espacio que ocupa esta pobre gente también reconozco que la demanda puede ser perjudicial. Creo que no hay tanto una rectificación como una adaptación al campo de batalla. Lo que vale en un contexto no vale en otro."

Gonzalo Torné


"Hacemos revisión histórica todo el tiempo; es imposible ver las cosas igual que una persona del XVIII."

Gonzalo Torné



"Un ensayo es una tentativa, a diferencia de la teoría o del tratado, y una caja de herramientas para que otros sigan pensando. Los problemas interesantes son los que se renuevan a cada caso. Tratar de concluirlos es… ni siquiera es soberbia, es casi como pedirle clemencia al lector: «¡Hacedme caso, pensar es muy cansado, quiero tener razón!». Sobre lo que preguntas, a mí me parece más abierto de miras discutir por la red que con un señor promedio que lleva veinte años explicando lo mismo subido a una tarima. Ya no digamos recibiendo en silencio lo que el columnista tiene que decir. Las redes están llenas de gente interesante, gran parte de mis mejores amigos los he conocido allí, y sigue llegando gente interesantísima."

Gonzalo Torné




"Yo era un muchacho al que le gustaban los fulares y montar a caballo, que no podía beber coñac en una copa si no tenía la boca estrecha para concentrar el aroma, que reprimía a duras penas la costumbre paterna de llamar al camarero con una palmada y al que de niño una señora contratada para diversos efectos que encajaban con el desusado nombre de «servicio» acudía cada mañana para ponerle los calcetines y doblar el pijama.
(…)
Y Helen era la criatura con la que me había desposado: ignorante, tosca, impertinente, pero audaz y cargada de energía y viveza, la chica que me había arrancado la piel de finolis, de llepafils, el tegumento de buena educación que me recubría; la chica con la que me había arrojado, sin otra protección que mi sensible dermis a la zona turbia, caliente y tumultuosa del vivero humano. Bajo la primera capa de estrellas de aquel cielo despejado, bajo todo aquel polvo luminoso que nos rociaba de energía desde coordenadas atestadas de materia inerte, comprobé con mi pulso cómo amaba su vulgaridad sana y vivaz."

Gonzalo Torné
Divorcio en el aire




"Yo no soy ensayista, soy incapaz, como hacen mis amigos Pau Luque, Santiago Gerchunoff o Elisabeth Duval, de perseguir un tema de manera ordenada hasta una conclusión. Como novelista tengo demasiado presente que las ideas dependen muchas veces del ánimo, de tus propósitos cambiantes, de a quiénes te diriges y qué quieres hacer con ellos (seducirles, fastidiarles, confundirles…). Cada vez que me ponía aseverativo escuchaba risas de fondo. Estar de acuerdo conmigo mismo no es lo mío. Necesito la polémica, el aire de la discusión. Así que recurrí a una de mis colaboradoras más queridas, que además es un personaje recurrente de mis novelas, para darme la réplica."

Gonzalo Torné











No hay comentarios: