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"Acerca de esto, en los tiempos modernos la cuestión social más relevante estriba en los puntos de vista correctos, trazados de forma clara, aunque sin embargo aún no se ha establecido un consenso, por lo que cualquier intento de contribuir al esclarecimiento de la controversia resulta válido. Lo mejor es mostrar las conclusiones de dos autores, y aunque éstas resulten familiares, sin embargo proceden de requisitos previos básicos diametralmente opuestos. Las dos obras serían "Das Kapital" de Karl Marx (2ª edición de 1872) y "Die Arbeit" (1870) de Thornton. Ambos autores describen e identifican la posición de los trabajadores (especialmente en Inglaterra) de forma triste e insatisfactoria, pero desde ópticas radicalmente divergentes. Thornton afirma que la riqueza de las clases proletarias había sido generada únicamente por su trabajo y que los trabajadores tenían derecho legal a reclamar si su salario no correspondía al equivalente del desempeño realizado. Marx, sin embargo, asevera que la riqueza de las clases proletarias había sido exclusivamente creada por la clase obrera y por tanto los propietarios carecían racionalmente de cualquier derecho sobre la misma."

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El bien y el mal...

"Cabe preguntarse por qué Bois-Reymond reconoce de manera tan diáfana y nítida la naturaleza contradictoria de la materia, pero sin embargo no parece albergar la más mínima duda sobre la realidad de la materia. Puede apreciarse que le resultaban familiares los escritos de Leibniz y de los filósofos franceses de los siglos XVII y XVIII. En cambio obvía a los filósofos ingleses, en particular Berkeley y Hume. A pesar de que el objeto aparente de su investigación era la negación de la existencia del mundo corpóreo, parece difícil que no caiga inevitablemente en un cierto naturalismo, ni siquiera a pesar de no haberse planteado la cuestión. Evidentemente, teme renunciar a la dignidad y al valor de su ciencia, pero este temor es injustificado debido a que la validez empírica y la practicidad de los resultados inherentes a la investigación científica no se ven afectados, ya que se basan en la legitimidad de los propios fenómenos y ello va más allá de toda duda razonable. El significado trascendente de la metafísica ha de concordar con las enseñanzas de la ciencia natural y a ello se ha visto obligado el propio Bois-Reymond. Helmholtz llega a la misma conclusión que Bois-Reymond, pero desde otra óptica. Si Bois-Reymond, considerando la naturaleza contradictoria de la materia misma y la imposibilidad de la vida espiritual por razones y condicionantes materiales que lo obligaron a esta confesión, "Que el conocimiento de la naturaleza al que se hizo anteriormente referencia en base a una necesidad satisfactoria de provisional causalidad no es en realidad tal". Helmholtz llegó a una conclusión similar al examinar el contenido y el origen de nuestras percepciones. Nadie se ha involucrado tanto en lo que concierne a la realización de nuestras percepciones como Helmholtz, siendo por tanto de particular relevancia sus declaraciones al respecto."

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Estudios

"Exteriormente, gracias al conocimiento de las leyes físicas, el hombre puede subyugar la naturaleza; pero interiormente sigue siendo un esclavo."

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"La doctrina expuesta por mí es la verdadera, pero no soy su autor. Yo sólo he sido, por así decirlo, el suelo en el que ha germinado y se ha desarrollado con extrema lentitud a lo largo de largos años. Además nunca ha habido tanta desproporción entre el hombre y su trabajo como en mi caso, y lo que es más triste, es que uno tiene que sufrir por la incapacidad y la debilidad del otro. Un hombre más capaz que yo, poseyendo esta doctrina, ya habría conmovido al mundo."

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"Mi nombre es African Spir (este nombre extraño e inusual, que debo a un capricho de mi padre, a veces me molesta bastante). Nací el 15 de noviembre de 1837 en el sur de Rusia y me crié en la religión greco-rusa, aunque mi padre era protestante. Pasé mi infancia en el campo y luego estudié en Odesa, en un gimnasio que corresponde más o menos, si no me equivoco, a un instituto francés. No fui a la universidad, pero entré en la Escuela de Guardiamarinas en Nicolayew, cerca del Mar Negro. Al salir de esta escuela, en 1856, dejé el servicio naval y me retiré a un campo que me pertenecía. En 1862 partí para Alemania y pasé allí dos años, para estar más consciente de los asuntos espirituales. En 1867 dejé Rusia definitivamente y viví en Alemania, primero en Leipzig y luego en Stuggart, donde me casé. Desde 1882 hasta ahora he vivido en Lausana. Nunca he tenido otra ocupación que la lectura y la meditación en solitario, estando además mal de salud y sujeto, desde hace siete años, a una tos crónica."

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"Textes Ajoutés par Spir A Certaines de Ses Lettres", Lettres Inédites de African Spir au professeur Penjon. Éditions du Griffon Neuchâtel (Introducción de Emile Bréhier ), págs. 207-208 (1948) 

"Si la civilización actual no adquiere algunas bases morales estables, su existencia difícilmente estará más asegurada que la de las civilizaciones que la precedieron y que han caído."

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