Angela Marinescu

Autorretrato
 
en la capital de un país
con fronteras cada vez más inciertas
(no) debo llevar
ropa color plomo
mate elegante académica
porque soyvieja. soyinocente. soyautista
estoy más enferma que un enamorado
al borde del suicidio.
«hay que dejarla fuera de combate», dirían
nuestros grandes poetas.
unos cabrones natos.
¿cómo se las ingeniaron sus madres para hacerlos así?
una nointerpretación cada vez más incomprensible.
un nolugar cada vez más aislado.
un nobunker con las puertas y las ventanas tapiadas.
una nopoesía cada vez más oscura.

Angela Marinescu




El silencio sexual

Me importan un bledo todos esos jóvenes que quieren alimentarse
de mi poesía sin pagar una tasa mínima de entrada
capitaneados por cualquiera que me da dinero ahora por lo que no fue entonces
no me importan estoy de cara no de espaldas
a las ráfagas fuertes de viento
me importan un bledo todos aquellos tontos y listillos
que me volvieron invisible en un solo movimiento sexual
todos los que dejan caer los objetos de las manos a mi alrededor
tal vez un silencio mayor ser la última
entrada al mundo útil tal vez esté aquí como un ángel
que flota imperturbable sobre la superficie inmóvil de la tierra
el último grito es otro ángel
lo que he escrito es otro ángel
ningún ángel puede reemplazar a otro ángel
empujo mis pechos en la tierra
me saco el útero hacia fuera
me penetro a mí misma con torpeza
porque no tengo ningún ejemplo parecido en mente al que
dedicar el recuerdo pesimista de este poema
invoco al padre muerto sobre cuyo cerebro he alzado
la tumba de la bandera decadente de mi familia
soy un ángel sexual. 

Angela Marinescu



Estoy sorda y muda 

estoy sorda y muda
porque escribo
estoy ciega y tengo la lengua rota
porque escribo
no puedo hacerte el amor
porque escribo
no puedo sentirte
porque escribo
me he quedado sin
sangre
porque escribo
sólo el diablo muestra su rostro
esculpido
en la oscuridad de la noche
porque escribo
sólo el diablo destruye
la poesía
que hay en mí
porque
escribo

Angela Marinescu




Intento volverme la cara del revés
 
intento pisarme a mí misma
intento ser alimento para los tontos
intento dejar de aprender
mejor estar colgada de un palo
como la víctima más criminal
de Vlad Țepeș el de la napia grande
intento ya no estar sola
metérmelo en la cabeza
intento dejar de ser mala, pero soy el mismísimo diablo
en una piel de terciopelo
intento recorrer libremente el antiguo camino del amor
(mi verso más sospechoso
está rígido de pie vestido con un esmoquin negro)
intento dejar de ser vulgar
aunque me cuesta mucho
intento ser pequeña
aunque tengo aún más miedo
intento disfrutar la vida sin mover un dedo
ya no puedo ser sincera. lo que he escrito ya no me satisface.
soy brutal y masculina, ahora, en mi comportamiento
cuando, vestida con piedras compactas,
me prendo fuego desde el paladar.

Angela Marinescu












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