Balys Sruoga

"Los actores de teatro ensayaban un ahorcamiento. El supervisor soviético les sugería un mayor dramatismo y énfasis en el momento de dictar la orden. El director de la obra opinaba que no había dramatismo en este tipo de órdenes. Era un hecho cotidiano y las dictaban en el mismo tono con el que ordenaban archivar unos papeles. (...) Ciénagas, pantanos, colinas...Sobre las colinas, formadas con arena blanca llevada por alguna fuerza, los pinos, altos y esbeltos, parecen discípulas de un antiguo colegio hebraico. En los valles se ven abedules tan achacosos, tan raquíticos como huérfanos olvidados por el favor del sol. En las laderas y pendientes, los arándanos negros, rojos, los mirtillos se entrecruzan y entretejen una alfombra jugosa y verde, salpicada de bayas. Aquí yació antiguamente el fondo del mar. ¡Bosque de los dioses! Así era llamado desde la noche arcaica. En tiempos remotos habían vivido peculiares divinidades, de procedencia no germana."

Balys Sruoga
El bosque de los Dioses




Proemio

La trémula noticia abandera
mi desierto, el rumor luminiscente
de una vela se ahoga en el olvido.

La tierra es ungida y coronada por
el sol más allá del distante y
sinuoso abismo.

Balys Sruoga



Ukena

Vadea el sueño de una mañana de
otoño que en la nívea y rocosa
soledad rumia el dolor.

Las hojas amarillas caen
a los pies de la llorosa mañana,
fluctúa la tristeza que se
difumina como una estrella maravillosa.

Balys Sruoga















































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