Carlo Sgorlon

“De pequeño viví siempre con la cabeza llena de viento. Una vez vi a un niño que corría por el patio con extrema seguridad llevando un trapo sobre los ojos, seguridad que fue destruida cuando chocó bruscamente contra la empalizada del huerto. Durante mucho tiempo avancé del mismo modo que aquel niño.”

Carlo Sgorlon
El trono de madera


"Había leído en un libro que la palabra ahora está gastada y desgastada, demasiado explotada por el uso, y que ya no se puede utilizar como antes. Hoy quien lo hizo ha despertado una mueca de hilaridad en la comisura de la boca de los conocedores, o el molesto bostezo del aburrimiento. Ahora la palabra es sofisticada, manipulada, dislocada y retorcida, para hacerla atractiva a paladares, ahora ávidos de lo extraño e insólito. Se elabora con recetas artificiales, drogadas con especias exóticas hasta el punto de cambiar su carácter antiguo y hacerlo incomprensible."

Carlo Sgorlon



"Me dirijo a aquellos lectores que tienen el placer de leer historias bien hechas, y además dotadas de un acervo de lo que antaño se llamó "poesía", de la que hoy se desconfía. Tengo un fuerte instinto narrativo y me abandono a él. Es una especie de brújula incrustada en mi inconsciente. Sigo los grandes arquetipos de la narración. No encuentro ninguna dificultad en crear este tipo de narrativa, si no de carácter psicológico. De hecho, sé que voy en contra del gusto actual y en contra de la cultura hegemónica. Sé que soy el único, o casi. Pero también hay una cierta satisfacción en saber que no soy alguien que se sube al carro del vencedor, al que todo el mundo persigue en Italia, pero al que no todo el mundo consigue subir."

Carlo Sgorlon




"Me parecía vivir rodeado de muchas cosas que no se dejaban alcanzar, que siempre se movían un poco más allá. O bien una vez alcanzadas, se revelaban inconsistentes, como una nube parece real y sólida de lejos, mientras que de cerca se transforma en una nada blancuzca y nebulosa."

Carlo Sgorlon
El trono de madera



"Si había superpuesto una situación de cuento de hadas a la realidad, esto se debía a que había confundido ambas cosas estúpidamente. El cuento de hadas era esquemático y leñoso, mientras la realidad era siempre fluida y sorprendente, y en esta podía suceder incluso que la princesa sonriese mientras estaba triste, o que estuviese serena hasta cuando no sonreía lo más mínimo."

Carlo Sgorlon
El trono de madera

















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