David W. Johnson

"El primero y más básico del aprendizaje cooperativo es el formal, que se refiere a la organización de la sala en grupos cooperativos que pueden durar una clase, una semana o dos; el segundo es el informal, que permite al profesor hacer grupos o pares por un menor tiempo y en los que se debate sobre un tema particular; mientras que el tercero son los grupos base, que apunta a grupos que duran todo el semestre o año.

La meta con las tres es que cada estudiante de la sala trabaje con todos los demás, lo que ofrece varias ventajas, como que los estudiantes pueden aprender de manera efectiva en cada momento de la clase ya que los estudiantes se apoyan activamente entre sí. Por ejemplo, si en algún grupo hubiese alguien que no sepiera leer, sus participantes pueden dar soluciones a ese problema, ya sea leyendo en conjunto, haciendo un resumen del texto u otro. Esto permite solucionar problemáticas que solo se pueden resolver en equipo."

David W. Johnson



"En el siglo 1800, en gran parte del mundo dominó el Aprendizaje Cooperativo. Sin embargo, aproximadamente en 1930, grupos conservadores comenzaron a afirmar que era mejor que los estudiantes compitieran. El argumento que usaron era que, si cada uno se esforzaba por saber más que el otro, los conocimientos aumentarían. Algo que claramente no funcionó.

En los 60’, en tanto, comenzó el aprendizaje individualista. Fue tal el nivel al que se llegó que incluso existieron cubículos en los que los estudiantes podían aprender por sí mismos, sin interacción con nadie más. Fue tal la revolución en este sentido que se creyó que en algún momento no serían necesarios los profesores.

Fue aproximadamente en esa década que, junto a mi hermano Roger, comenzamos a hablar del Aprendizaje Cooperativo. No obstante, mucha gente no nos tomó en cuenta y hubo bastante resistencia a esta metodología, hasta que en los 80’, el Departamento de Educación del Gobierno de Estados Unidos demostró que nuestro método obtenía mejores resultados. Desde ahí en adelante, todo cambió."

David W. Johnson



"Junto a Roger hemos llevado a cabo una serie de estudios sobre salud mental en distintas realidades de enseñanza. Y una de las principales conclusiones a las que hemos llegado es que los estudiantes que viven experiencias de cooperación tienen una muy buena condición psicológica ya que son capaces de adaptarse, manejar el estrés y la diversidad.

Los estudiantes que han vivido contextos competitivos están algo mezclados. En ellos, podemos encontrar personas con patologías y otras que no. Mientras que quienes han estudiado individualmente sufren de problemas de varios tipos, lo que claramente es una gran advertencia para los profesores."

David W. Johnson



"La cooperación es un fenómeno humano básico. En la historia del mundo ha habido varios tipos de especies de humanos, sin embargo, la única que queda es la nuestra. El éxito se debe precisamente a que somos capaces de cooperar entre nosotros. Está en nuestros genes y nuestra naturaleza gracias a la evolución.

Los profesores, sin importar la lección, la edad de los estudiantes ni cualquier otro factor, siempre tienen 3 opciones para organizar las dinámicas dentro de la sala de clases: hacer que sus estudiantes compitan para saber quién es el mejor en algo, puede hacer que estudien de manera individualista, o bien puede enseñar mediante la cooperación entre compañeros. De las 3, la cooperación es por lejos la más poderosa y más efectiva, pero la menos utilizada por los sistemas educativos en general alrededor del mundo."

David W. Johnson


“Los alumnos que no compiten tienen una mejor salud mental.”

David W. Johnson


“O navegamos juntos o nos hundimos juntos.”

David W. Johnson












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