Jesús Cancio

El cambiazu

Cómo cambia de pinta el lambiuzu
Si vos jala unos mesis la teta.
Qué güétabus cría,
Qué espaldalis mas llenus de jebra;
Qué trisnau, que jampudu se poni
El rollo de manteca,
Y cómu encogolla
De pues a cabeza;
Qué esmengonis le da al escanillu
Al querer jorricasi con juerza;
Cómo restroliza
Y se columpiea.
Quien le vio más flacucu que  un jilu,
Con ciuraña en sus carnis resecas,
Quien le vió con los papus caíus
De pura flojeza,
Jaciendo pucheros,
Sin poder babear tan siquiera,
Quien le vio del color de los tronchus
De la propia yerbuca triguera,
Y chumpar el bolinche de berza
Y de jambri lambesi las yemas,
Que arrepari agora
Qué cambiau li encuentra,
Con qué agallar garduña el indinu
A to el que le aburri, a to el que le apesta,
Cómo se espabila,
Cómo jaz piruetas,
Y cómo respinga
De pura jartera;
Cómo torna los llorus en risas,
Cómo jaz cien guiñus, como haz cien muecas
Cuando a cuchos el ama le poni,
Ya jacer pinucos, con amor le enseña.
SI to aquel que agüeli
Las verdis praeras
Que hay en la Tierruca,
To el que absorbi el perfumi a verbena,
Y a floris de malva,
Y el vahu saludable que surti de ella,
Por delicaducu
Y esmirriau que sea,
Si es que jechu migas
Mezcló con la nuestra
La sangri aguachaa
Que trijo de afuera,
Yo columbro que da tal cambiazu
Que no le conoci ni su madri mesma.
Amas de mis vallis
Y de mis aldeas,
Clavellinas bruñías y suevis,
Violetucas pintás de la sierra,
¡bien haya el resuellu
Y el vigor empapau de ternezas
Que injertáis al chicucio postizu
Que vos jala unos mesis de teta!

¡Por eso vos buscan,
Por eso vos llevan
Los señoritangos
Con sayal de sea!
¡Por eso vos lucin
Con tanta fachenda
Por callis, por plazas
Y por alameas!

De esta suerte decía un pasiego,
Un pasiego castizo y poeta,
Desgranando de estrofa en estrofa,
Su amor a la raza, su amor a la tierra.

Jesús Cancio



Maretazos, poema 30

Carpintero de ribera,
hazme un barquito de oro
para llevar mi redera
como si fuese un tesoro
más allá de la escollera.

Haz un barco de oro fino
con aparejo de plata,
tan ágil y peregrino
que no haya bajel latino
que le venza en la regata
ni le aborde en su camino.

Ponle sin tardar la quilla,
que se muere mi chiquilla
por cruzar el mar de altura
a bordo de una barquilla
de gentil arboladura;

que está triste y ojerosa
de tanto mirar en vano
a la extensión luminosa
cuando a la tarde se posa
el sol sobre el Oceano;

que en la noche más serena
el cielo y sus luminarias
recuerdan a mi sirena
un tapiz de pasionarias
encendidas por la pena.

Haz un barquito arrogante,
buen calafate norteño,
que quiere llevar su dueño
a una niña mar avante,
a la perla más brillante
que brotó de un mar de ensueño.

¡Hazme un barquito al instante,
carpintero ribereño!.

Salvador Jesús Cancio Corona conocido como Jesús Cancio



Yo quiero cuando muera
de San Cristobal, en la tierra oscura,
un rincón junto al mar de sepultura,…

Jesús Cancio















No hay comentarios: