José Eugenio Sánchez

carta de un suicida

no fue el dardo que dio en el centro
tampoco el veneno ni la mariposa que traía en la punta
no fue un golpe de suerte
quizá un poco de paciencia                              y claro
un blanco débil
no se culpe a esta mujer de haberme volado la cabeza
de traer hasta mis labios la canción de su cintura
no se le tome venganza
no se me tome cariño
tampoco la detengan es su descarnizada pasión al desnudarse
sólo prendan las velas
súbanle a la música
que no falte queso ni vino
en invierno
las catástrofes requieren sutileza
hoy el asunto es otro: como confiar en el azar si es un padrote

José Eugenio Sánchez



el increíble mundo de las máquinas

– qué quieres que te regale para tu cumple
– un terminator
– qué es eso y dónde lo compro
– por internet

314 dólares y a los dos días llegó a su casa
emocionada sacó de la envoltura
un escalofriante artefacto plástico caliente tembloroso color piel
con aditamentos para penetrar vagina y ano al mismo tiempo
de tres velocidades y baterías ultra contaminantes

manipular esos controles
te hacen pensar en las grandes decisiones

en sus ojos trepidaron las pupilas
babeó al apretar los puños
y gritó como si le rociaran napalm

a los pocos días fui adquiriendo habilidad:
lunes terminator
martes terminator ii judgement day
miércoles terminator iii rise of the machines
jueves terminator iv salvation
hasta que poco a poco me convertí en otro aditamento del juguete

el increíble mundo de las máquinas

a ver si terminator le manda mensajitos por teléfono
o le sirve vino en su copa
o la mira desde el fondo de la sala

a ver

ya me dijo que quiere el allien
una tierna baba del espacio que usa energía solar
mientras sientes que la panza te revienta

José Eugenio Sánchez



de california a des moines buscando un raid a chicago

era negro en los días en que lo único peor era ser negra
y sólo se tomó dos fotos

era negro: hijo de esclavos:
y era un haragán incapaz de mover sus manos
más que para sostener la armónica
que soplaba con un tren en los pulmones

sus últimos años los compartió con fanáticas del semen
su madre le enseñó vestir elegante
y cuando llegó al cruce de la 61 y la 49
y se topó con esa chica: él suponía que le gustaban sólo las negras
gritan mucho tiemblan hacen círculos perfectos
(pero siempre dejó que su guitarra tocara sola)
y esa chichoncita peliroja rostro de manzana pecas fruitcake
se la chupaba con tanta ternura
que parecía que las razas opresoras de todas las épocas
se disculpaban ante la humanidad
por haber ejercido el racismo

después de esa noche
el negro empezó a tocar esos acordes chillones
con los que trataba de romper los vidrios de la ciudad
y resbalar el elástico de los hombros
: eran noches de pool carambola triángulo billetes sobre el paño
y el negro deslizando el slide
como si el mundo cayera en la buchaca

: fue arrestado bajo el cargo de ser negro
y traer una guitarra
la policía le propinó una golpiza de escándalo
por lo que tuvo derecho a una llamada
y llamó a don: un famoso productor
que lo liberó pagando fianza $33 dollars
y lo llevó en su coche a un motel
le dio una botella de whisky un burrito
y 45 centavos para el desayuno: mejor grabemos mañana temprano un delicioso 78
propuso don

pero cuando llegó a su casa el teléfono timbraba desesperado
lo descolgó y era el negro otra vez
– y ahora qué (preguntó don extremadamente nervioso)
– estoy solo muy solo muy muy solo muy solo: aprendí lo que sé en un cementerio
– no te entiendo
– no hay nadie más solo que yo ni la estrella en la bandera ni la mancha en la luna
y hay una dama enfrente de mí
que está dispuesta a quedarse conmigo y aliviarme
por 50 centavos
y me faltan 5

era negro en los días en que lo único peor era ser negra
y sólo se tomó dos fotos

su guitarra sonaba al mismo tiempo en las dos orillas del mississippi
debió componer más canciones y mejores
pero no tuvo tiempo
las notas de su vida estaban cansadas
y cuando miope buscaba sus anteojos
alguien le dio una botella de whisky
(al parecer el marido de su nueva amante)
las luces del escenario brillaban intensamente
bebió un largo trago
y tocó por última vez

José Eugenio Sánchez



de pronto new york

se quedó sin joseph brodsky

pasan las risotadas de un carro antiguo
un tipo tembloroso te ofrece lo que quieras
las prostitutas en abrigo se cubren el viento entre ellas
unos uniformados salen de un bar completamente ebrios
un vagabundo extiende la mano
al final de la calle se enciende la tortea
de una patrulla de policía que despacito vira hacia la derecha
una pareja sale del teatro
dos negros conversan
y en el aparador de enfrente
cuelgan silenciosas
un par de medias de seda
que parecen ser más imprescindibles que nosotros

José Eugenio Sánchez




el yo de súbito
un atardecer cualquiera
aparece recostado

no entiende
no distingue

se emociona

horas después
agita una sonaja

José Eugenio Sánchez




escribo lluvia
y más abajo la palabra
paraguas
y debajo de esta
escribo tu rostro
y borro una avenida
donde pocos vehículos
circulan hasta tarde
agrego plato de sopa
y muchas botellas de vino

después no escribo nada
y paso horas con la mente en blanco

antes de cerrar el cuaderno
anoto rápidamente
tus pelos iluminados
en la luz de la mañana

José Eugenio Sánchez



freedom fries

la libertad no dura
se pudre antes que un tomate

creí ser libre al hablar
y creí ser libre al cerrar la boca

y la libertad aún está disparando
desde un submarino que no detectan los radares

un puñado de granos de los pulmones a la cara
y el taconeo de muletas mutiladas

la libertad es una verde señora francesa
que ilumina con su antorcha el puerto de new york

la libertad es tan libre que no se ha detenido con nosotros
es esclava de lo que le viene en gana y no le importan las consecuencias

y es que la libertad en sí misma es desnuda y feliz
por eso las autoridades nos protegen muy bien de ella

noche de estreno

y no podía cerrar su pantalón
no podía caminar
carajo
era una vida realmente triste la del hombre de la verga grande
sufría: no tenía inspiración
ni un buen vino ni un buen paisaje en la ventana
por fortuna junto a una buena botella llegó bernardette
que no se aparecía desde aquella vez cuando la abandonó
-con las reservaciones de un viaje a hawaii-
un ejecutivo que mordisqueba la barbilla de otros ejecutivos
bien afeitados con sacos de piel y radiolocalizadores
pero bernardette busca casos perdidos
por eso llegó aquí
y cada vez que bernardette visita al hombre de la verga grande
se emborracha y se deja chupar las tetas pero nunca penetrar
una eggwarmer resentida en busca de consuelo
que huye cuando ve a alguien tan necesitado como ella
y el macho egoista que llora y patalea
se queda solo con su vergota
uf
: como muchos que nos hemos quedado con la vergota así
solos solos
y obviamente el hombre de la verga grande decide masturbarse
-de una manera especial-
digo bernardette no es cualquier teaser
un trozo de sandía escurriendo jugo es su coño y no se puede comer
distinguida exótica y de abolengo
por eso el hombre de la verga grande toma el florero oriental de porcelana que le regaló su madre
y arranca las flores artificiales con tanta furia
como si fuesen las bragas de bernardette
y lo recarga en el dintel de la ventana
donde antes el culo de bernardette se balanceó
(negándose dos veces:

en una cerró las piernas y en la otra gritó: por ahí no es amor)
y lo aprieta como si moldeara las redondas nalgas de bernardette
y respira hondo respira respira y empuja:
plop
la porcelana envuelve el glande
y lentamente cubre el tronco como lama al río
el hombre de la verga grande se mueve con seguridad en el florero
y refleja una sombra inmensa en la pared
interpuesto entre el espacio del tiempo y la materia
y antes de que la gran verga dispare diamantes perfumados de opio asíatico cintilante en ese adorno místico
crack
el florero que soportó más que bernardette
se desmorona como una realidad muy cruel que tasajea todo
y hay sangre mucha sangre mucha sangre
la verga tiene múltiples heridas y sigue erecta
emergencia emergencia
un torniquete
el hombre de la verga grande está en el hospital
lo atiende el doctor robert –famoso por sus prescripciones-
y lo sutura y le advierte cuando le extiende una receta
: a muchas les gusta que se la metan toda
y las muelan pinole hasta que se les irrite la garganta por tanto grito
y a otras nomás les basta que les chupen las chiches
y eso es un misterio inexplicable:
tendrás la verga así las próximas semanas
no te quites las vendoletas cero puñetas nada de alcohol
y toma estas pastillas si te sientes aburrido:
y el hombre ahora con una momia entre las piernas
desencajado frente a un futuro incierto
sigue sin poder cerrar su pantalón
sin poder caminar
carajo

José Eugenio Sánchez



frente a mi casa vive dios

en una casa muy grande
que tiene un inmenso jardín donde viven todos los gatos

el jardinero de la casa de dios es un tipo musculoso
que trabaja sin camisa

y de vez en vez vemos a dios en calzones
escuchando música en su cochera

o abrazando como dios a una muchacha
que lo abraza de la única manera en que se puede abrazar a dios

dios observa a los gatos que persiguen el amor
y las cucarachas

y con un gesto riega las plantas cierra las puertas
revisa su correspondencia o descorcha una polvorosa botella

así todos los días hasta que un día y de pronto
desaparece

una ambulancia afuera de su casa
nos hubiera dejado un poco más claras las cosas

pero no
sólo se esfumó y ya

o los gatos le dijeron: lárgate para siempre porque no haz hecho nada bueno
o durante su siesta las cucarachas se lo comieron

José Eugenio Sánchez



la felicidad es una pistola caliente

la eta mató a estudiantes guardias choferes enfermeras ministros
el ira a señoras que iban al súper
idi amín a congresistas campesinos jardineros obreros militares jockeys pederastas sacerdotes
augusto mató las relaciones diplomáticas
nn mató a kennedy
la cia mató a jimi hendrix al wilson jesucristo karen carpenter janis joplin john lennon beavis & butthead
el fbi a ma baker vincent vega tommy larrin al capone felix pappalardi
la kgb a máíakovski trotsky y bukowski
la bbc mató a lady di
y a la madre teresa de Calcuta
y a 1551 pasajeros del titanic
y a 17 tribunas de la liga premier
la kraft mató a la heinz
la pepsi a la coca
la coca a los gringos
el ddt a los piojos
el lsd a los protestantes
el pvc al poliestireno
al qaeda a sí mismos
el kkk a malcom x bob marley martin luther king  garrincha y ótelo
jp ii mató a jp i
aburto a colosio
yolanda a selena
camelia a emilo
fuenteovejuna al comendador
el aburrimiento a syd vicius
o jota simpson no mató a nadie
la policía mató indígenas en chiapas
el manchester con gol de último minuto mató las esperanzas del bayern
la emi mató a the beatles
la us army mató a miles de agresivos ancianos y niños
de korea japón vietnam nicaragua panamá irak yugoslavia
y a 140 de un edificio en oklahoma
el video mató a la estrella de radio
el pri mató 1 972 545 kilómetros cuadrados
la pgr mató dos pájaros de un tiro
la sep mató la ortografía
william burroughs a su esposa: la vida es un invento del dinero

José Eugenio Sánchez



“Me gusta que la poesía tenga otras posibilidades como el video, la postal, el performance, la danza.”

José Eugenio Sánchez



regularmente sustituimos las cosas y a veces sustituimos la vida: alguien espera que uno dormite descuide su rutina se sienta desamparado frágil sin la menor idea —aturdido rencoroso— para ocupar nuestro lugar en la butaca del desconcierto: y en ocasiones a uno le corresponde ser sustituto: manipulador de la frescura —nuevo paisaje— ritmo de ricas posiciones y potentes conjuros: eficiente modelo del porvenir: la piel que debajo goza sin cesar: sustituimos lo oculto por lo aparente: lo in por lo out: las papas por la cebolla la tarde de ayer por el momento de hoy una cerveza fría por otra más fría el ir y venir por un boleto de avión el espejo por nuestro rostro: y viceversa

José Eugenio Sánchez




tom petty y yo dedicamos a mary jane’s last dance

a esa mujer que Miguel ángel dejó enterrada por la prisa
a esa gata caliente de pezones de gomita de mandarina
a esa estrofa danzante
que al meterle la mano en el sexo le sale un conejo

José Eugenio Sánchez




un verdadero héroe de la revolución


el abuelo era taquillero de ferrocarril
en un pueblo donde además de su taquilla y una cantina
sólo había una oficina de correo

cuando les informaron a los lugareños que
los rebeldes que atacaban y violaban a toda cosa que respiraba
se aproximaban al pueblo
cargaron su escopeta y se encerraron en la cantina

bebieron la botella
que el cantinero guardaba desde años para una ocasión especial
y esperaron

esa noche no llegó el tren
el silencio era redondo como la luna
y se interrumpía con esporádicos buches de vino
se alternaron guardias
decidieron entrenarse y diseñar un plan defensivo
hablando en clave se bebían el resto de la cantina

a las pocas semanas
valientes salieron
y un zumbido de sol les destrozó la cabeza

agonizantes y molestos
destilaron licor de raíces y hojas
y se encerraron otra vez

el abuelo y sus amigos pulían a detalle el plan
en los simulacros la sincronía alcanzada era coreográfica
el vocabulario en clave adquiría ricos fonemas
cada vez lograban mejores sabores en sus bebidas
por casualidad uno que pasaba por ahí
les informó que la revolución ya había terminado

confundidos celebraron

al abuelo le ofrecieron su antiguo empleo
y lo rechazó
se fue de sitio en sitio
y un día
lunes mediatarde
encontró a una mujer elegante como bruja
y se largó más lejos

se olvidó de sus amigos
se hizo dueño de una casa
de una funeraria
y del primer automóvil del lugar
una carroza

que usaba poco
porque regularmente andaba del brazo de su dama
por fondas plazas jardines
aparadores
o entrando al cine

José Eugenio Sánchez






















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