Juan Manuel Servin

“El escritor se ha convertido en estos días en un engendro de feria, el escritor se ha convertido en un opinador de todo, en un sabelotodo y con esta ambición o esta codicia de aparecer en los medios precisamente para compensar en un país como éste la falta de lectores, entonces tú ahorita ya tienes la figura del escritor mediático: opina de fútbol, está en la presentación de un libro, al otro día está en un homenaje, al otro día escribe una columna sobre el narco, le dan un premio, entonces ese tipo de escritor es el que ahorita es el que está tomando la atención de todo mundo porque aparentemente es muy ubicuo y lo que se necesita para un escritor en estos días es que lo vean, no que construya una obra. Creo que ahorita los escritores que más sobresalen son precisamente estos, el escritor mediático, el escritor sabelotodo, el verdadero engendro de feria, al cuate que se lo llevan como a pueblear y que está en todo ¿no?”

J. M. Servín



"Hubo una temporada en que me dio por leer en los parques. Al poco rato me quedaba dormitando hasta que, con el tiempo justo, me metía a la primera función de cine. Definitivamente es de las pocas distracciones que me atraen, aunque poco después me aburrí de hacer lo mismo todos lo días y me inscribí en el gimnasio de boxeo. Creo que es en lo que he durado más. Fui constante a lo largo de tres años, hasta que mis vicios y una conmoción me alejaron de ahí."

Juan Manuel Servin
Cuartos para gente sola



“Me interesa contar las historias de la gente común, de la gente que sobrevive con el día con día  y que vive, digamos, en el lindero más visible entre lo legal y lo  ilegal, entre lo legal y lo proscrito, entre las periferias de las subculturas marginales.”

Juan Manuel Servin




"Para mí, viajar apenas era un sueño estimulado por la lectura y el cine. Ocupaba parte de mi tiempo libre escribiendo para periódicos y revistas. Leía novelas de aventuras, la nota roja y ensayos sobre arte y crimen. Sueldo mínimo, atún y sardinas con bolillo, avena, cervezas y menús de fonda, una máquina de escribir portátil, pocas ambiciones, putillas hijas de familia aficionadas a las drogas y a gorrear, un orgullo estúpido e insolente vestido de Ramone, y travesías interminables a pie, en metro y microbús me llenaban de ansiedad. Ansiedad insana y voluble, incapaz de infundirme el deseo de luchar por lo que quería. Era un sentimiento medroso que se refugiaba en un cuarto de vecindad, entre sus iguales."

Juan Manuel Servin
Por amor al dólar



“Simplemente la presencia del priato en México durante tantos años y que no hayan hecho absolutamente nada para mejorar la calidad de vida en esta ciudad por lo pronto, no por hablar del país, para que haya tanta gente que tenga que sacrificarse todos los días por un miserable trabajo donde tú no puedas viajar tranquilo en un transporte público porque se caen, porque chocan, porque asaltan, porque vuelcan, porque desaparecen, porque te matan ahí adentro. Esas son tareas pendientes en la sociedad y, sobre todo, de los gobernantes, de los empresarios, de la gente que tiene metido el poder, el estratificado perfectamente claro sino lo queremos ver así pues bueno, adelante, entonces vivimos padre.”

Juan Manuel Servin



"Tengo tres logros importantes en el día, no aspiro a más: mantener mi empleo, que nadie me sorprenda mirando las nalgas de las mujeres y no verme involucrado en algún incidente en el transporte público. Imagine la cantidad de imbéciles que podrían engendrar en una gota de semen. Estoy seguro que jamás volveré a tener una erección en el metro. Cené unos tacos. En la fila del microbús la gente parecía demasiado cansada como para protestar por la larga espera. Somos capaces de consentir cualquier arbitrariedad con tal de regresar a casa ilesos. Me ardía el esófago por las agruras cuando llegué a mi cuarto; antes de acostarme tomé dos buenos tragos de peptobismol buscando motivos para no abandonarme al sueño."

Juan Manuel Servin
Revólver de ojos amarillos














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