Lev Shestov

"Desde luego, es difícil ser un buen filósofo si se tienen hábitos sedentarios, y el hecho de que los destinos de la filosofía hayan estado siempre en manos de los profesores sólo cabe explicarlo por que los envidiosos dioses no han querido otorgar a los mortales el conocimiento de todas las cosas. Mientras sean los sedentarios quienes busquen la verdad, la manzana del árbol del conocimiento no será arrancada. De esto deben ocuparse aventureros sin hogar, nómadas de nacimiento, para los cuales ibi patria, ubi bene [la patria está donde se está bien]."

Lev Shestov



"Es preciso que la duda se convierta en una fuerza creativa constante que impregne la esencia misma de nuestra vida, ya que el conocimiento sólido es condición de una percepción imperfecta."

Lev Shestov




"La existencia es una masa abisal que amenaza con el triunfo de la muerte sobre la vida. El hombre se asemeja a un cadáver viviente, que maldice los requerimientos más excelsos de su alma, domeñado por la ceguera y la intuición del yugo moral y perdido en el laberinto de su propio ego."

Lev Shestov
Dostoievski, Tolstoi y Nietzche




"La filosofía debe abandonar los intentos de dar con la veritas aeternae. Su tarea radica en enseñar al hombre a vivir en lo desconocido, a ese hombre que lo que más teme es lo desconocido y se esconde de él tras diferentes dogmas. En resumen: la tarea de la filosofía no es tranquilizar, sino turbar a las personas."

Lev Shestov



“La filosofía es la filosofía de la tragedia. Las novelas de Dostoievski y los libros de Nietzsche no nos hablan más que de los hombres ‘más feos’ y de sus problemas. Nietzsche y Dostoievski, lo mismo que Gógol, pertenecían también a la raza del más feo de los hombres, privados de las esperanzas comunes.”

Lev Shestov



"La primera gran ley del pensamiento, que suprime la prohibición bíblica en contra de los frutos del árbol del conocimiento es ridere no, no lugere, neque detestari, sed intelligere (no reír, no para lamentarse, no maldecir, sino para comprender). Todo se transforma ante nuestros ojos. Al contemplar la vida "bajo el aspecto de la eternidad o necesidad", aceptamos cualquier cosa que encontremos en nuestro camino con la misma tranquilidad y el mismo sentimiento de buena voluntad. Incluso si estas cosas son inconvenientes, no obstante son necesarias y tienen causas determinadas a través de las cuales tratamos de comprender su naturaleza, y la mente se alegra mucho al igual que sobre su verdadera contemplación, como en el conocimiento de esas cosas que son agradables a los sentidos."

Lev Shestov
Atenas y Jerusalén




"No podemos saber nada sobre las cuestiones últimas de nuestra existencia y nada sabremos de ellas: es cosa decidida. Pero de ello no se desprende que cada individuo esté obligado a aceptar como modus vivendi cualquier de los dogmas existentes."

Lev Shestov




"Que un pensamiento o incluso una serie o sistema de pensamientos sean inútiles e innecesarios no es motivo suficiente para rechazarlos. Si un pensamiento aparece, ábrele la puerta, porque si le cierras la entrada legal ingresará por la fuerza o se colará en secreto."

Lev Shestov



“... quien en él haya penetrado, comienza a pensar, a sentir, a desear de una manera distinta. Todo aquello que es caro y cercano a los hombres, se le vuelve inútil y extraño. Queda aún hasta cierto punto ligado, es verdad, a su vida pasada. Ha conservado aún ciertas creencias a las cuales se le había habituado desde su edad más tierna; aún permanecen vivos en él sus antiguos temores, sus antiguas esperanzas. Puede ser que en más de una vez despierten en él la conciencia torturante de su situación y el deseo de reencontrar el pasado apacible. Pero ‘el pasado no volverá’. Las naves están quemadas, vedado el camino de regreso: es preciso ir hacia adelante, hacia un porvenir desconocido y siempre terrible. Y el hombre avanza, casi sin preguntarse siquiera qué es lo que le espera. Los sueños de su juventud, que se han tornado irrealizables, comienzan a parecerle embusteros, falsos, antinaturales. Con odio y crueldad, arranca de sí todo aquello en lo que en otro tiempo había creído, todo lo que en otro tiempo había amado. Se esfuerza en comunicar a los hombres sus nuevas esperanzas, pero todo el mundo lo mira con temor y desconcierto. En su rostro, atormentado por pensamientos desasosegados, en sus ojos, inflamados y ardientes por una luz desconocida, quieren ver los hombres signos de la demencia, a fin de arrogarse el derecho de renegar de él. Invocan en su ayuda todo su idealismo y sus probadas teorías del conocimiento que durante tanto tiempo les ha permitido vivir tranquilamente en medio del misterioso misterio de los horrores que se suceden ante sus ojos. Ese idealismo, que permitió olvidar tantas cosas, ¿ha perdido acaso su poder y su encanto y no podrá resistir el ataque de su nuevo enemigo? Y con una irritación, a la cual se mezcla cierta mal disimulada inquietud, repiten la antigua pregunta: ¿pero quiénes son, al fin y al cabo, todos estos Dostoievski y estos Nietzsche que hablan como si tuvieran el poder? ¿Qué nos enseñan?…”

Lev Shestov






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