Isabel García Mellado

a veces soy tu tumba

Isabel García Mellado



ayer planté una flor brillante
y me quedé absorta escuchando el mar
dejando que los árboles
hicieran su trabajo con el mundo

ayer también nadé tratando de tener las únicas palabras que me amaban
en la boca

y me abracé a una roca y fui tan libre

Isabel García Mellado




este libro será raro y feo
como un animal herido
pero valiente

Isabel García Mellado





estuve mirando
en las fotos
que nos habíamos hecho durante todos estos años

hay una conclusión en la repisa pero yo no quiero alcanzarla

sólo quiero reposar aquí, contigo
con nuestro dolor bien a mano
y nuestra hija muy viva
en el lugar que ella haya elegido

las lágrimas son parte de mí
el bosque es parte de mí
el viento siempre ha conocido mi alma, por eso soy así
y no necesito que me digas
lo que crees que quiero oír

por eso he crecido tanto
que las montañas son mis hermanas y los pájaros se alegran
tanto de verme

y tú estás aquí
tan cerca mío como mis ganas de llorar

y los besos han pasado
por diferentes fases de cocción y todos eran buenos,
mi amor,
mi amor de arcilla

eres un tronco negro de árbol, un tronco fuerte como
mi vida
tú me agarrabas y me sorbías

y me colgabas luces en el pelo, en el pecho y la garganta tú me convertiste en sangre
tú amor mío

eres mis lágrimas
yo he parido a tu hija

yo te amo
como a un país
como a un dueño
como al líder del movimiento obrero

amor, amor mío
amar tu historia me hizo rica

escucharé cómo se te caen los dientes y cuando llore a tu lado:
recuerda

tú eres el árbol viejo que en mi espalda creó vida

Isabel García Mellado




hay gente que te dice
que por qué
que intentan abrazar tu incertidumbre
y tú, un pájaro ya sin fe
este pájaro azul
que no sabe posarse
sino en mí
y obligarme a mirar
un mar con horizonte y a llorar
como si no hubiera otra manera distinta de vivir
más que la de ir conmoviéndose
con todo lo que ocurre

Isabel García Mellado



"Hay personas que arriesgan, y ganan. Quizá no dinero, seguramente. Pero muchas otras cosas."

Isabel García Mellado




huyes
de las princesas, de las constelaciones, de los momentos con sol

eres
una representación de todos los días
que baja a comprar el pan con los labios pintados
y se da cuenta de que en algunos segundos concretos de pronto todo tiene sentido

y ya

Isabel García Mellado





"La poesía lo que sí tiene es un público muy fiel. La gente que lee poesía seguirá comprando y leyendo poesía. Será una minoría, pero será."

Isabel García Mellado





suben los pájaros
están desvencijados
alguien ha reprimido sus dolores durante demasiado tiempo

y hay un lazo azul
que une varias de las situaciones a las que quisiste renunciar

y hay una mesa
con una niña pálida y huesuda que pone todo su empeño de bebé en aprender
a sonreír

Isabel García Mellado



no hay metal más frío
que tus palabras de carretera cuando ya no existo
y tú le hablas a un pasado que no comprendo
y tú sufres
y yo sufro
y los dos hacemos del cielo una cacería horrible

Isabel García Mellado





tiene que haber un lazo rojo en algún sitio
entre los hospitales inmensos fantasmas
se ve un anciano tremendamente sólo
que se pregunta cómo ha llegado hasta aquel sitio
yo busco desesperada el lazo rojo y no lo encuentro sé que tenía un color muy intenso
y me da miedo que pierda algo de brillo
el anciano arranca a llorar como una locomotora
y no entiendo por qué no quedan nubes y él está triste mi sombra se encoge al recordar algo
del cielo cuelgan frases como ropa tendida

“rompimos los relojes”
y tú al final de un túnel del que salí reptando con tu mirada limpia me devuelves la imagen: soy yo, tengo tres años, bailo muy torpemente mi pelo está enredado en un lazo muy rojo beso una foto antigua que contiene tu rostro
el viejo en la ventana me observa atentamente y se sonríe

Isabel García Mellado




una vez conocí un hombre
y luego se murieron todos los hombres
años después llegaste
luego de desandar todo el camino
para reconocer que tenía miedo
un miedo superior a las ciudades
así fue como supe
que ya solo me sirven los jerseys de tu número que sólo me conozco en tu olor en mi hija
que este miedo de ahora
a tu lado es bellísimo

Isabel García Mellado



vinieron los hombres que dibujan sombras nadie sabía cómo llegar al bosque
y la muerte tan cerca
que las voces se convirtieron en banderas ninguna persona fue más que otra
el tiempo solía crecer
al otro lado del campo de trigo
algunos lo cruzaron arriesgándolo todo otros han conseguido castillos de cristal en los que ahogarse
y todos, por la noche,
dudan de aquel invierno
en que empezaron a creer
y les crecieron caminos
mutaron los paisajes, los idiomas,
todo se hizo más real y más pequeño: sólo quedó una estrella,
sólo una

Isabel García Mellado


















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