Lena Yau

Bienmesabes

Para muchas personas los caracoles, las navajas, los percebes, los calamares y el pulpo son seres abyectos. Algunas de sus amigas le preguntaban cómo podía comer esos monstruos. Su hermana Carmela se sentía incapaz de entrar en la pescadería si esos bichejos estaban. Abstraída, afinaba la teoría de que los animalejos eran sólo para gente selecta, para gente que rompe el molde. Estaba segura de que había una fuerza secreta dentro de ellos. Por eso el Bosco se atiborró con percebes y bígaros antes de pintar El jardín de las delicias.

Lena Yau


“Da igual que esté en Lanzarote, en Vigo, en París, en Quito, en Nueva York. Mis retornos son siempre a Caracas.”

Lena Yau



"Escribir es ser.

Si lo mido por número de libros publicados, podría parecer que no soy.

Pero no hago otra cosa que leer y escribir.

Soy lenta, doy vueltas, corrijo mucho, me cuesta poner el punto final.

Trabajo en cambiar eso, sé que debo hacerlo.

Escribo todo los días en el mismo horario.

Leo del mismo modo.

Mi mejor momento del día es el lapso que dedico a la creación.

No sé si es la felicidad de ser yo, sé que el ejercicio en las teclas me hace feliz.

Hay jornadas tercas y hay jornadas en las que el texto crece espléndido.

Frente a un hallazgo siento que estoy viva de un modo más intenso.

Me desconecto del cuerpo, todo lo que me rodea desaparece.

Las interrupciones muestran mi yo feo, antipático, neurótico.

Me levanto de madrugada para burlar los ruidos: el timbre del intercomunicador, los pasos de los vecinos sobre mi cabeza, la voz del conserje que pide los números de consumo de agua.

Lo peor de morir, pienso, es no poder leer, escribir, comer queso comté."

Lena Yau




Gone 

Hoy no me acordé de ti.
La vida siguió
(como siempre).
En la alameda
los árboles
temblaron sus hojas
para dejarlas morir.
Quizás en ese instante
sentí algo
parecido a tu nombre.
Me detuve.
(No era tu voz).
Miré mis zapatos
y calculé el tiempo.
Hace mucho
que no aplasto
colillas encendidas.

Lena Yau




"Hay momentos en los que caen en tus manos lo que llamo libros parteras, libros comadronas. Son libros que te dejan un hilo para que lo tomes y escribas. Libros que invitan a contar. También las imágenes tienen lecturas que piden ser narradas, poetizadas."

Lena Yau



Hormigas en la lengua

Pino espera turno para que le sirvan. El olor de la comida aumenta la angustia. Hoy toca potaje de berros y lentejas con chorizo y arroz. ¿Qué voy a hacer?, ¿qué voy a hacer?, ¿qué voy a hacer?, se pregunta agobiada mientras escucha los grititos de alegría de Jenny porque de postre hay mousse de guanábana. Encima guanábana.

Lena Yau



"La literatura es un ejercicio transformador."

Lena Yau



"La memoria siempre está atravesada por lo sensorial, no solo por los olores y sabores, sino por cómo percibe la piel una temperatura, una textura, el oído, la vista, que son, digamos, los más inmediatos. El gusto y el olfato están conectados y tienen como más distancia y quizás más reelaboración. Pero lo cierto es que todos los sentidos establecen un nexo en el tiempo que no solo está mientras estamos despiertos, también aparece cuando estamos dormidos. Siempre cito a Fogwill, quien, en La gran ventana de los sueños, decía que nadie era capaz de soñar olores. Pero yo sueño olores, sueño texturas, sueño temperaturas. No es como que de repente estoy en un lugar extranjero, muy lejos de mi país, y de pronto hay un olor que me lleva directo a Caracas: eso me ocurre también soñando, entonces así de fuertes son las marcas, las huellas que deja un día específico o un segundo específico, una jornada específica, a través de lo sensorial, en nosotros. La luz de Caracas, por ejemplo, deja una sensación en la piel que es tan específica y tan de esa ciudad. Si vas a Maracaibo, Maracay o Mérida, no es lo mismo. Muchas veces uno sueña eso y a veces, cuando regresas, redescubres esa potencia, ese lugar, vuelves a viajar en el tiempo. Yo, que crecí en Caracas y viví ahí hasta los 29 años, regreso a muchos sitios de mi vida, muchos sitios cronológicos, muchas etapas, muchas edades, con solo ver la luz y el juego de colores, por ejemplo, de El Ávila, particularmente yo que soy de Chacao. Esa montaña estuvo siempre presente, hasta en el salón del colegio, desde donde la veía. Lo sensorial es como el viaje más directo a los lugares pasados. También, de algún modo, se proyecta hacia el futuro. Porque cuando escribes estás recreando algo que no está en este momento, que no existe. Cuando estaba escribiendo Hormigas en la lengua, esta historia no existía. Desde lo sensorial me planteo una historia que existirá en un futuro. Lo sensorial, por tanto, es un recurso. Los sentidos son recursos que son disparadores también."

Lena Yau



"La memoria cumple esa máxima de ser arma de doble filo, artificio para encuentros y desencuentros."

Lena Yau



"La mujer le debe a la niña todo. Soy ella aún. A la adolescente la pienso menos. Quizás evito pensar en la mudanza, en los años que viví la ciudad militar. Siempre sentí ese traslado como un destierro. Fue una estancia corta que nunca encajé bien."

Lena Yau



“Las cosas que quieres evadir siempre terminan buscándote.”

Lena Yau



Lo que contó la mujer canalla

La ola verde.
Los que están delante.
Los que están detrás.
Los que la saltan.
Los que la corren.
Los que se dejan revolcar por ella.
Su rugido es mi memoria.

Lena Yau



"Me veo siempre en puntas. He aprendido a tenerme paciencia. Lucho por no sabotearme. La mujer escritora es terca, tiene miedos raros y valentías necesarias, tiende al aislamiento y lamenta que la vida no le alcance para leer y escribir todo lo que quiere. Esquiva látigos. Sabe todo. Desecha pesos. Renace a diario."

Lena Yau



Nociones elementales de jardineria

Lluvia
no intentes
reventarme
el cuerpo.
(Él se adelantó).
Usó mis manos
para arrancar
los rosales
sin herirse.
Removió la tierra
agostó las raíces
y tras una cerveza
se fue pisoteando
lo que fuimos.
(No. No miró)
Lava mis ojos
lluvia.
Borra la sangre
llévate el barro
deja el dolor.
Quiero hacer con él
un broche
que me recuerde
(cada día)
que de jardinería nada sé.

Lena Yau



"Soy de la calle del jabillo gigante, donde sus esquinas llevan a plazas e iglesias."

Lena Yau




"Traduzco todo desde la mesa: el habla, el pensar, las relaciones interpersonales, las conductas, las reacciones, los hábitos, el poder, las modas, las ideologías, la condición humana. Allí el placer, sí, y el derecho a ejercerlo; pero también la relación con la madre y el padre, los traumas, las compulsiones, las filias y fobias, las perversiones, los sentires, el arraigo, la extranjería, el sexo, la vida, la muerte.

La mesa, en su silencio de madera, entraña todo.

Cuando leo, detecto la comida en todas sus formas: el antes durante y después; el diván que faltó, la madre que no amamantó, el placer objetado, el nostos frustrado, la salvación y la condena.

Esas señales, que están dentro del texto, revelan la relación del autor con la ingesta.

Todos tenemos una relación compleja con los alimentos que se refleja en lo que hacemos.

Mis sueños siempre tienen elementos asociados a la mesa, al comer.

En mi escritura a veces cuento el comer y a veces lo esquivo.

No siempre está de manera evidente."    

Lena Yau



Trae tu espalda para hacer mi mesa

Roberto Bolaño conquistó a su mujer con un plato de arroz blanco.
Eso es lo que ella le hizo creer.
La verdad es que le dio pena lo mal que comía.
(Si todo lo que cocina le queda como este arroz blanco le va muy mal)
Así que se quedó un día para enseñarle a cocinar.
Y otro.
Y otro.

Lena Yau















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