Diego Alfaro Palma

III 

el cadáver tantea la humedad
arrojado a un lugar que desconoce
desde una araucaria la noche en forma de pájaro
ninguno de nosotros estuvo ahí­ o fue arrestado
la bala adentro borbotea al pasar del rí­o
su figura se pierde entre la niebla
como una sombra que asoma entre los hielos
el primero en descubrirla fue nuestro vigí­a
la voz y solo la voz de su crujido
el barco cercado como han cercado los barrios
y no quedó más que un paí­s o un teatro pobre
el telón montado por quienes traicionaron al hambre
para acabar con la gravedad de las cosas
el lenguaje queda corto para hablar de la miseria
y yo te pregunto Jeanne si alguna vez supiste
de una historia más triste que la nuestra
si alguna vez supiste de una generación más cómoda
en la ignorancia del que nunca se contentó con nada
al final los poetas se preguntan
si este es el tono ostensible de las cosas
en el océano las algas se sacuden lentas
y peces sin color se pasean a falta de destino
arriba las olas se agitan revolcándose
la poesí­a es inútil ante el poder de un muerto
que reclama volver a hablar su idioma
subir la montaña donde vio espumar el mar
vestir al chico bajo la lluvia hacia la escuela
el mejor alumno en el peor de los empleos posibles
y la bala sale del cuerpo y da en otro
mientras un cura se pone entre los hombres
ándate a la mierda si no sabes escuchar
les grita como un terremoto al pasar bajo tierra
fue en Santiago la misma ciudad donde ejercí­ de profe
esa bala pudo ser mí­a tuya o de un estudiante
o del último espécimen de un animal que cae lento
con todo su pellejo el hocico roto
allanan su casa el rocí­o avanza.

 Diego Alfaro Palma

 

“La poesía es el verdadero desafío humano de nuestros tiempos.”

Diego Alfaro Palma



"La poesía es otra manera de vivir el tiempo."

Diego Alfaro Palma



"La poesía nunca me interesó. La verdad es que la miraba bien de lejos y hasta los quince no sabía muy bien de qué se trataba. Mi mamá y mi abuelo eran los surtidores de libros, sobre todo en los cumpleaños. En la casa de mi abuelo en Limache habían varias enciclopedias que me encantaba revisar: una en especial, sobre la historia de los inventos. Mi mamá, por su lado, me leía versiones de los cuentos clásicos, una edición del Quijote para niños que aún está y un par de enciclopedia sobre animales. No es que tuviera muchos libros, pero los leía y releía. La poesía quizás llegó más por las que mi mamá escribía en un cuaderno y después me recitaba antes de dormir; a ella le gustaba José Martí, a mi abuelo Gabriela Mistral y un poema maravilloso titulado “El lago” de Lamartine que dice: “El hombre no tiene puerto; el tiempo no tiene orilla”."

Diego Alfaro Palma



"Las grandes promesas son las que le debemos a nuestros abuelos o a nuestros hijos. Dependen de si somos los suficientemente voluntariosos para cuidar lo que recibimos y lo que entregaremos. Esas promesas grandes están hechas en silencio, no necesitan grandes proclamas, son ajenas al espectáculo. Hoy por hoy defender una comunidad es una revolución, crear una comunidad también. Generar autonomía, independencia de la tecnología de consumo, reconstruir y volver a dar uso a los objetos, ser consciente de lo que se come, saber a quién uno le compra, con quien hace uno canje, defender el uso de los recursos, compartir la lectura, en todo esto hay una actitud que define una ecología de la libertad colectiva."

Diego Alfaro Palma




Madriguera 

A esta casa han llegado todos los huérfanos: objetos o personas o es esto la letra de una canción de velador, real como el vací­o agitándose en la materia, las hojas barridas por el temporal, la imagen de un chevy en el óxido del patio mientras los niños que nunca tuvimos juegan a las escondidas sin saber por qué y pedimos que suban el volumen a estas cosas, sacarnos de una vez de los bolsillos: El amor ya no es lo que habita entre medio, sino el dolor que nos une a otros.

 Diego Alfaro Palma




"No creo que haya un poeta de mi generación que no tenga estas u otras facetas. No creo que en la historia de la poesía en Chile haya existido algo así como “el poeta único”, alguien que sólo se dedicara a sentar cabeza en el escritorio. Para dedicarse a esto uno explora todas las dimensiones de la producción literaria; en sí, el poeta en Chile es el ser menos especializado de la galaxia laboral, pero el que mejor conoce la materia de su trabajo. Todos somos editores, profesores, editores, gestores culturales, distribuidores, libreros, bibliotecarios, traductores, talleristas, etc. Y muchos además se dedican a la política. Eso te da una mirada más amplia de tu contexto, de cómo se mueven los libros, a quiénes llegan y sobre todo a quienes no. Esa mirada del poeta como un tonto solemne que solo escribe versos me parece patética. Y hay un par que todavía se la cree."

 Diego Alfaro Palma




Sarajevo

                                                            In memoriam Rubén Jacob
 

Los pianistas perdidos en Sarajevo
y todos aquellos que sucumbieron
como niños
al fondo de una fosa
sabrán más tarde que nunca
que The Boston Evening Transcript
contará algún dí­a su debacle
la vida que perdieron viviendo
en la esquina o en una calle
donde un poeta se asoma
a oí­r francotiradores
preguntándose
por qué los amigos ya no escriben
o reviviendo la suerte de esa mañana
al no perder las piernas
en la fila para el pan
pero la noche cae
y desearí­a leer ese vespertino
en algún restaurant frente a la costa
posar la servilleta en las rodillas
encendidas las lámparas de tulipas
el mar revolcándose
espumando contra las rocas. 

 Diego Alfaro Palma


 
Tordo 

Hay veinte maneras
de sorprender a un tordo en un bar
botando su sueldo miserable
en bolsitas de alpiste
y cañas de aguardiente
aleteando entre nubes de humo
desaparecen en los jardines de la noche
silban algo triste al aire y tornean
como un bus fuera de recorrido.

Diego Alfaro Palma



VIII 

Podrí­an pasar cuarenta años
los lobos secar su pelaje en las rocas
y así­ y todo yo no podrí­a decir nada nuevo
pienso en un cangrejo que se despedaza
la arena brilla bajo el movimiento de las olas
porque estuvimos tantas veces en esas playas
dejando que el viento sacudiera las preocupaciones
y todo el tiempo pasó por sus lentes oscuros
como quien piensa la palabra que esconde
del fondo los muertos hablan con un lenguaje de arena
el Purgatorio para Dante era también una playa
las almas guiadas por algo tan ridí­culo como un ángel
de los altavoces indican el itinerario de los trenes
porque podrí­an pasar cuarenta años
hacer una elipsis con los nombres que faltan
o cruzar el pasillo del colegio hacia la capilla
su olor a flores asientos correctamente ordenados
el castigo de copiar poesí­a por la tarde o el odio parido al verso
pero escapábamos en bicicletas por el ripio
y piedritas entraban en los zapatos
esa fue la infancia Jeanne
tardes de pan con palta videojuegos
el valle cerrándose con el movimiento de las montañas
todas las cartulinas azules del mes del mar
y las fotocopias desgastan el rostro original
o como la profundidad alterada tras el terremoto
las olas sucesivas en la rompiente
aunque un dí­a estuvimos enamorados uno del otro
los pueblos se volví­an polvo y nos despertaba el sonido de la tierra
derribamos una casa para ver el rí­o
los tordos habitar un sonido que perdió su origen
las pelí­culas inglesas que vimos pueden eliminarse
el calor de un verano dar en tu cara
nos imaginamos varias veces a los cuarenta años
el idioma del mar acurrucando sueños en ocho milí­metros
llegar por la noche a la cabaña a limpiarse los pies.

Diego Alfaro Palma





















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