Eduardo Bechara Navratilova

8. París
(Pablo Picasso, “Le Baisero”, 1969, Huile sur toile, 97 cm x 1.30 mts, Musée Picasso París /  El beso, oleo sobre lienzo, museo de Picasso en París).

En El beso
de Picasso,
un hombre
de barba,
cara de toro
y pupilas
enormes,
besa a una gitana.

El cuadro me trae
una extraña sensación:

el olor de las naranjas
junto a tus axilas.

Eduardo Bechara Navratilova



15. París
(Jean-François Millet, “Des glaneuses”, 1957, huile sur toile, 0,835 x 1,110, Musée d´Orsay / Las espigadoras, óleo sobre lienzo, Museo de Orsay). 

Las campesinas que recogen
el trigo arquean sus espaldas
para ganarse el pan.

Lucen desgastadas
al reflejo
de las espigas.

Lo triste asoma los ojos
a lo bello.

Los días son todos parecidos
en la distancia:

 Eduardo Bechara Navratilova


 

21. Ámsterdam
(Vincent Van Gogh, “Zelfportretten”, Paris winter, 1887 – 1888, olie op canvas, Van Gogh Museum / Autorretrato, invierno de París, óleo sobre lienzo, Museo de Van Gogh)

Van Gogh se pintó con barba roja
y sombrero gris,
bajo un cielo de pinceladas
marinas.

En el autorretrato
se oyen sus lamentos.

Me voy con su oreja
en el bolsillo.

Eduardo Bechara Navratilova



45. Barcelona
(Joan Miró, “Dona i ocell”, 1983, park Joan Miró / La mujer y el pájaro, parque Joan Miró)

La representación de la mujer
de Miró es fálica.

La cerámica negra recubre
su vagina.

Azulejos rojos,
amarillos y verdes,
abrigan el exterior
a modo de piel y labios.

Eduardo Bechara Navratilova




"Como ancestro de checos que pelearon en la Primera y Segunda Guerra Mundial -los abuelos de mi madre lucharon ambos en las trincheras de la Primera; Karel Navratilova fue miembro de la resistencia y paracaidista de Checoslovaquia en la Segunda- y al ser nieto de inmigrantes libaneses que salieron huyendo de los conflictos religiosos de Medio Oriente, y además, haber nacido y crecido en Colombia en los ochenta y noventa, cuando estallaban bombas en las calles de Bogotá y las escuchábamos o íbamos a ver los estragos que dejaban, la guerra, la violencia y sus ruinas atraviesan tanto mi narrativa como mi poesía. La brutalidad del ser humano, la inmigración, el no encontrar un lugar en el mundo, la incomodad de hacer parte de unas sociedades muy rígidas y lo absurdo de ciertas circunstancias, atraviesan y seguirán atravesando mi obra. Como lo dicen varios autores: no elegimos nuestros temas, ellos nos eligen a nosotros."

Eduardo Bechara Navratilova



"Mi madre nació en la antigua Checoslovaquia y vivió de niña la Segunda Guerra Mundial y escapó de la Cortina de Hierro con el capitán Karel Navratilova, su padre -quien había luchado contra los nazis- emigró al Brasil y luego se fue a vivir a Nueva York, Estados Unidos, donde conoció a quien sería mi padre, un abogado colombiano que hacía una maestría en Derecho Comparado en N.Y., y era un hijo de padres libaneses, crecí en una casa donde había cientos de libros de narrativa y poesía en español, inglés, checo, portugués, francés y hasta alemán. Ambos, tanto Hana Navratilova como Álvaro Bechara, nos inculcaron la lectura desde el ejemplo. Leían todo el tiempo, devoraban libros y nos repetían hasta el cansancio que a través de la lectura podíamos viajar a otros tiempos, a otras tierras e ir nutriendo nuestra perspectiva del mundo."

Eduardo Bechara Navratilova












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