Guillermo Acuña González

BANDA SONORA EN CUALQUIER CALLE CENTROAMERICANA A ESTA HORA

Y te llevaré aquí, en un rinconcito de mi corazón.

Guillermo Acuña González



Bésame mucho 

Crecí­
con los aromas
del embiste,
sus objetos de culto. 

La detonación exacta
de ciertos instrumentos de viento
apilados como niños
en las viejas orquestas de época. 

Debí­ nombrarme
de cualquier forma:
concha acústica,
ojos latitud oeste,
la comisión de la verdad
a punto de emitir un juicio
sobre mis manos
en cualquier pierna,
abierta
como tu boca.

Guillermo Acuña González



Carbono 14

I

Iremos a recrearnos,
Vestidos de noche.
Seremos barco
En cualquier madera.
Llegaremos a sus costas,
Como sea.

II

Quiso
Desbaratar el sonido
De la métrica.
Ese bolero incompleto
Le enseñó
A salir de los colores
Sin hacer ruido.

III

Hay arenas
Que se baten
Con todas sus fauces.
Las edades son eso
Que somos:
El vidrio,
Su temperatura,
El cuerpo impreso a su sombra. 

Guillermo Acuña González



Ceniza

Encuentro
de una filosofía profunda
tu debate 
sobre esos niños 
caminando por Corrientes.

Es su mejor canción,
dijiste.

Yo también los exilié
y les compré flores.
Los vi pasar
cerca del teatro,
pero no sentí
más compasión
que vos
a sus horas
sin retorno,
a sus hambres tibias,
al asedio de sus noches.

Les devuelvo
su humanidad
y solo sal
compone sus registros
de voz y viento.

Me desdibujo
a la fragilidad
del segundo,
su polígono líquido,
lo sumario

en sus juegos y apuestas
acerca del delirio.

Llego hasta aquí,
donde dice
caminar con precaución
tus orillas exactas.

Brinqué tus comisuras,
hice canje
y me llevé a la faz
de la tierra
tu sol,
tu pan.

Desbaraté auroras.
Las pintas
sin deshacer
de tus muslos.

A pesar de mi
a pesar de la mala prensa
sobre mis pasos
en la casa
que se sobrepone al ruido
de las hormigas
y sus proyectos en construcción.

Es aquí
que debo empezar a escribir
en caligrafía
de hortelano,
con piel y siglos.

Ya no creo pertenecer
a tus ojos profundos,
con su calor tengo,
su rasgo de certeza,
horizonte,
amago.

Saldré temprano
por los patios
a descalzarme
sobre tus hojas secas,
circundar tus viñetas,
saciarme con su luz,
vivir el desaforo
de las últimas ventiscas. 

Dejar que la intemperie
haga su trabajo,
que esa sea su naturaleza
y no la mía, la falible.

Como tren urgente
oruga en expansión,
madera y fósforo.


Alguien
aquí
dice
y no dice verdad.

Levanta polvo
con el peso
de sus palabras.

Alguna trampa
debe tener
el salto al vacío.

Alguna estrofa escondida
hay en el clavel
que te puse en la mano.

Soy mármol
y a eso huelo,
si me ilegalizas
en todas
las posibilidades
de tu cuerpo.

Guillermo Acuña González




Centroamérica in love

Una cerveza se sienta en la barra. Mis sentimientos es una teoría que Angeles Azules desplegó como bandera. Alguna mascarilla evita millones de gotas de amor. Pero las aguarda. De Sula salen cientos de hormigas a construir patria y dios, aunque ya no estén presentes. Cerveza, Dios, la patria. Mis sentimientos.

Guillermo Acuña González




Diseño

Fuego
que tus
manos
curten,
convierten
en sal
los vientos,
barquitos
de papel
en olas
se apagan
si los puños
abren
contraen,
abren
contraen,
hasta entibiarnos.

Guillermo Acuña González




EPISTEMOLOGIAS DE LAS LLUVIAS EN CUALQUIER LUGAR DEL CARIBE CENTROAMERICANO

Las aguas de este mar brincan con pequeños barquitos, hasta convertirlos en pájaros

Guillermo Acuña González




La medida del tiempo

Hace tiempo
no hay
relojes en casa.

Somos embajadores
de un territorio
donde siempre
anochece.

Hoy vimos
dos mujeres
y sus manos juntas,
nos dimos de baja
de sus horas.

Volví
al frutuoso espacio
de mis colores
apilados como camisetas
y vos en ellos,
amor mío,
vos y tu sostenida
madera
de sol potente
y colmenar.

Somos jeroglíficos
o masa para el pan
la puntualidad

de sabernos
en una pintura
que siempre
tendrá Bordes
para salir de allí
en vos baja.

Sin aviso.

Guillermo Acuña González



MAL DE PATRIA

Ya no estás aquí.  No huelo nada tuyo. No puedo tocar las máscaras y sus bailes; desaprendernos todo, hasta el ritmo diacrónico de los pasos, el lenguaje del cuerpo que sos en otro día. Hoy las páginas del periódico se hicieron de piedra, casi vida.  Volviste, sé que volviste. Pero siendo otro país.

Guillermo Acuña González































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