Jesús Gómez

1983

1

 
Mi madre lavaba la ropa
a orillas de una quebrada. 

Sobre una piedra
quitaba la sangre de la ropa de mi padre
sangre acumulada de dí­as
que teñí­a por un momento el agua. 

Cada vez que mi madre hacia esto
entonaba un canto de despedida.


Por esos dí­as
mi padre desollaba reces
en un cuarto frí­o. 

Tapaba sus oí­dos
para no escuchar mugidos de dolor. 

El brillo del cuchillo
se reflejaba en su rostro
atravesaba el alma de las reces.

3

Nunca olvidaré
los mugidos de dolor
el brillo de la sangre
la mirada perdida del animal
el canto de despedida de mi madre.

 Jesús Gómez


 
Del  aire 


Con qué silencio
duerme el pájaro en la noche
al otro lado de la reja. 


En el cielo
los trazos de otras aves
piruetas hechas en el dí­a.

3

Con qué soledad
descansa el pájaro
ahora que su corazón palpita más despacio
pájaro que tiene alas y no sabe volar
pájaro sin sol
pájaro sin aire.
 
Jesús Gómez


 

El rí­o

Como un dragón
bajo el agua
con la boca abierta. 

El rí­o
en llamas
furioso y desbordado
convierte las piedras en ceniza
oscurece sus orillas. 

Es un gemido de animal agonizante
que arrastra todo cuanto vive
es lengua calcinante. 

Su esplendor irradia la montaña
aves nocturnas cantan desesperadas a su paso
El fin de la noche
parece el fin del mundo. 

Amanece 

El rí­o
se desliza sereno
con sus aguas negras humeando.

Jesús Gómez

















No hay comentarios: