Marí­a Paz Guerrero

Bastante es tener una boca hoy
un único hocico de res
asado
una mandíbula
belfa y rosada
una jeta mueca y desinfectada
que declama
llena de templanza

Marí­a Paz Guerrero



Descarga su peso sobre las horas 
como si el atardecer 
torbellino, 
como si la vista desde el piso octavo 
lo acercara a Marina 
79 años 
se desploma contra el césped 
se parte los dientes. 
En al ascensor Marina 
le agradece a Dios 
y tapa su boca mueca

Marí­a Paz Guerrero




dios come jamón
y le va a dar cáncer
a dios le gusta la salchicha
es adicto al hojaldre

dios ha intentado ser vegano ir a meditar no comer animales respetarlos no juzgar saber que todo es ideología el sistema te divide pero hay una verdad y es cuántica nosotros tenemos a dios adentro somos caníbales pero lo hemos olvidado al nacer hemos olvidado que éramos un todo éramos luz éramos algo que no sufría éramos algo que flotaba hemos olvidado

ahora queremos ayudar contribuir hacer servicio amar a un gurú somos depresivos y somos latinoamericanos pero vivimos en Australia cuando vamos a un restaurante ordenamos comida sin productos animales conocemos nuestros traumas de infancia sabemos que tenemos dos ejes la carencia y la culpa sabemos que llamamos la atención somos víctimas muchos tenemos anorexia somos frágiles hemos sabido no querer la vida no querer nuestra vida

dios es débil come sánduche con mayonesa
dios no pide pan integral pide pan blanco
dios no cuida su figura
es fofo

dios tiene 53 años
arrugas
dios está menopáusico
le da rabia
odia su cuerpo que se ensancha
dios ahora es una nevera con espalda ancha
dios ha perdido sus curvas
dios es temporal y el tiempo ataca su figura
dios sale a bailar
con su nuevo cuerpo
y su cara ajada
se sienta en la mesa del bar de salsa
porque dios además

es latinoamericano

dios ha tenido que batallar
defenderse en la academia racional
ha ido descubriendo
con los totazos de la vida
que es caníbal
dios también es una perra
y justo ahora es perra arrugada y ancha
su regla se ha ido secando intermitente

dios va a bailar

cuando sale a la calle ve basura montañas de basura acumulada en las esquinas un indigente que saca comida vieja de una bolsa otro que está dormido en la mitad de la acera dios ve un barrio de casas pobres pintadas de colores dios va a la tienda del barrio pobre a comprar bananos a comprar leche de almendras porque ahora es vegano pero no hay de esa leche en la tienda va a comprar aceitunas para preparar una pasta porque dios está solo en su casa dios se ha separado dios no tiene pareja pero no hay aceitunas dios ve entrar gente a la tienda y los ve comprar dos tomates un gajo de cebolla larga media libra de arroz compran al menudeo de a poco compran menopáusicamente dios piensa que su centro emocional es la carencia que debe meditar para encontrar su luz porque su trauma es la carencia entonces se fascina con los pobres que son la carencia hecha persona va al barrio pobre y se siente con los suyos

dios va a bailar (…)

Marí­a Paz Guerrero



Escribe ese pedazo que vibra 
sutil 
escribe con un cuchillo 
y después corta cada filamento 
para unir ese intenso 
dislocado 
grave 
camino

Marí­a Paz Guerrero




Jalaba el pelo con mis manos

quería saber si

q
u
i
t
á
n
d
o
m
e

la cabeza

a
l
c
a
n
z
a
r
í
a

a

pensar

Marí­a Paz Guerrero



"La poesía me permite captar la intensidad de la vida. Captarla o, más bien, cogerla como si fuera un pedazo de arcilla que puedo amasar. Y untarme. La intensidad de la vida la descubro en la gente y en la manera cómo hablan, los acentos, las expresiones, la ternura, la ira. El ritmo con el que el lenguaje va moldeando los cuerpos y la manera como la vida se cuela en el lenguaje y lo trastoca."

Marí­a Paz Guerrero




No y bullir.
No y burbujear. Bramar.
No y caer.
Al cañón del Chicamocha. Brumar.
Tan solita. Tan arrancadita.
Vaciada. Sucia. Despelucada. Rastrera.
No y tener los dientes manchados. Amarillos. Rubios.
No y desconocer el sonido.
Decir no. Y querer acompañarse en la madrugada.
No y sostenerse.
En el no.
Diga no, mija. No más.
Decir no y empacar todos los corotos. Irse al desierto.
No y la “reputa” soledad del desierto.
Diga no y cargue con el muerto. Entre el pecho.
Pero entiérrelo.
Pero no. No hay tierra en el desierto.
No y se paranoiquea.
Se a c u l i l l a.
No, y me quedé solita.
Pero te pones bien buena.
No y me jodí. Jueputa.
No y dos segundos después: poner cara de necesitar hombre.
No para desaforar Facebook.
Drásticamente.
No y leer a Gúalter.
Para superarse.
No pero sí, papi, sí.
No para que me digas que sí, mi amor.
A ver.
Si vas a terapia.
No, para que cambies.
No porque me quiero, dice Guálter.
Un poquito. No. Mejor no.

Marí­a Paz Guerrero




Nos recostamos, aburridos, encorvamos la
espalda, la cervical se mete entre la
médula bajamos actualizamos el feed
pero no refresca el feed mientras la
columna se eriza se desencaja todo tan
parejo y suave
tanteando la
forma del subsuelo
todo dice algo que no se parece y
se multiplica en una superficie semejante a un
ya tarde un ya distante de filtros, una llave
que abra la cascada repleta de
lloros
un llanto que nos transporte en
trueno

Queremos nosotros con
un ya algo afanoso
rascar rascar
un poco de pelo que recubre un estómago
que se infla
queremos rascar nosotros
que todo el día deslizamos los dedos
pulgar a la derecha
queremos rasguñar hacer fisioterapia
tres veces por semana
calor, frío en los músculos tiesos
que nos masajeen lo que llaman
el glúteo
que nos amasen esas barras de hierro que son el muslo
que nos cojan andrajoso
y nos simplifiquen, trenzados
soberbios como somos
desde un horizonte finito,
que nos hagan sentir que
somos un poco de carne que
tenemos una poca de gracia que
hemos hecho un ula ula de intentos que
mantenemos
una labia.
Nosotros
pregonamos
ese grito de vaca
esa leche tibia, recién ordeñada
ese ternero que hace aspaviento
de carne tiern
ese reflujo gastroesofágico dos, tres veces
que nos toquen unas manos
esa vaquería dura
dos manos

Marí­a Paz Guerrero



"Quiero capturar la presencia de la vida y no su significado. En esa presencia no hay lenguaje articulado, hay otra manera de configurar el sentido. Esto supone poder ver nacer esa forma en que aparece un orden singular mientras se escribe. Es estar descerebrado, pero con espíritu, es tener un pensamiento desde las células, o componer a punta de respiraciones. Para mí es devenir."

Marí­a Paz Guerrero




Un texto que se da el derecho
porque sí de aparecer
una palabra, un verso
para rellenar espacio
hoy cualquiera es escritor
pero no cualquiera
defiende una montaña
hoy todos escribimos
de un tirón
un texto que se le da la gana
decir mucho
ahora
que todos decimos mucho
un texto cabrón
un texto de varón
con güevas
anapurna
tú eras
una gata ciega
con pelaje blanco y hocico gris
eras toda la insistencia
contenida
compactada, por fin
te habían parido
anapurna gata
ronronea

Marí­a Paz Guerrero




















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