Antonio Aguilar Rodríguez

"Algo estupendamente curioso debe no funcionar bien en la cabeza de los poetas. La propia obstinación por escribir, por buscar luego una justificación para ese hecho, es ya una manifestación evidente de que la cordura no es el motor de la escritura.
Sin embargo, y más allá de la frivolidad, la escritura es la manera que tengo de explicarme el mundo (no tanto, para el lector, ya que hay un primer sentido de esta labor para mí que va más allá del acto posterior de la exposición). Como tantas cosas que hacemos, entre las que se encuentran las que nos individualizan y nos hacen únicos de alguna manera, la escritura no es un acto decididamente racional."

Antonio Aguilar Rodríguez



Canción de los contrarios

Nada da aquello es más verdad que el pasmo
de su mentira. Al fin la casa se cerró.
El abandono abrió de par en par
un tiempo extraño. Yo iba recogiendo
los frutos de una siembra estéril.
Hacía tiempo que los ojos renunciaron
a ver. Las manos escarbaban
en un erial, en un baldío informe.
O tal vez no, y la historia fue sencilla
y llanamente un vendaval donde las partes
ya no fueron un todo.
Y cómo no sentirse vulnerable,
cuando la primavera desbarata
los planes del verano venidero
y el verdor de unos tallos se malogra.
Qué poco pesan nuestras decisiones.
En el fondo tan solo celebramos
el mañana de un todo que es incierto
y que la propia nada olvidará
en una casa a las afueras del poema.

Antonio Aguilar Rodríguez




DE AQUELLAS FLORES DE CEREZO…

De aquellas flores de cerezo
tan solo quedan las palabras,
negras esquirlas sobre el blanco oblicuo
de la verdad.

Antonio Aguilar Rodríguez



"El tiempo provoque tal vez otro tipo de zozobra."

Antonio Aguilar Rodríguez




"Intento que mi vida se ensanche todo lo posible y una de las maneras de hacerlo es vivir un poco la vida de los demás a través de la observación, la lectura, las películas, la música…"

Antonio Aguilar Rodríguez




La incertidumbre
 
Unos niños observan algo en el jardín.
Se asoman desde una baranda.
Hay unos setos
que no nos dejan ver
lo que sea que esté del otro lado.
 
Podría ser cualquier cosa.
 
Al rato todo su interés decae.
Se marchan. Me levanto del café
y sigo mi camino.
Me resisto a mirar
lo que hubiera del otro lado del jardín.

Antonio Aguilar Rodríguez














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