Liliana Moreno Muñoz


Beso en el agua,
codos al cielo.
Oigo el salvaje ascenso de la pena. 

Entre mis ojos,
una galerí­a de gritos congelados. 

Palpo los bordes
del antiguo estanque, de la flor. 

Sospecho una ausencia.
Confirmo: me he quedado sin rostro.

Liliana Moreno Muñoz




Anónimo impulso 

Al rasgarse la página del mundo,
te miras.
El  lago, congelado en mis ojos,
prolonga tu aullido. 

Es espesa la claridad
en mi voz de leche.

Liliana Moreno Muñoz





Delirio 

En el espejo del universo
una lengua infinita busca
el  sabor del grito original.
Lo imagina rojo ají­, honda promesa.
A su ausencia se ciñe
fabricando la noche,
que a este lado estalla,
cuando tus ojos pronuncian
un bosque.

Liliana Moreno Muñoz




Fuga del sentido 

Como marioneta a quien le cortan los hilos…
En la espantosa quietud,
sólo el brillo del cuchillo que pasó.

Liliana Moreno Muñoz



La traición de Eco 

Se enciende la noche, una procesión de voces desciende por la espiral dibujada en la piedra y estalla, en el ojo de una niña, una fuente de silencio. Entre su mano cerrada, un altar; en el altar, un lago; en el lago, la rosa; entre la rosa mi cuerpo, entre mi cuerpo su llanto. La música, atrás, abraza un pequeño ataúd blanco. Una convulsión progresa, saltos en las sillas. El llanto ahogado de la recién nacida cruza entre las piernas de los espectadores.

Liliana Moreno Muñoz



Mal-decir 

Escribo calcinándome las manos
para enviar señales de humo. 

Alguna ceniza en tu ojo
dirá, por fin, lo que mi palabra no alcanza.

Liliana Moreno Muñoz



"Quizá hay silencios como cuencos, abrazando un decir que nos hace correr, desde muy temprano, a los cuadernos secretos. Creo que por allí comenzó la aproximación a esa escritura del balbuceo, del intentar decir. Aquello que no salía de los labios parecía brotar de las manos en escritura. Pero, a la vez, el interés en lo escénico y los misterios del cuerpo en conjunción con la palabra y a la vez en pugna con ella me llevaron a descubrir la poesía. No tenía muchos libros a mi alcance, luego descubrí la Biblioteca Luis Ángel Arango en la que me internaba varias veces por semana. Desde muy joven transitaba entre la biblioteca y las prácticas teatrales. Deseaba realizar obras teatrales en clave poética, por ello podría decir que no me incliné por la escritura, ella siempre ha estado allí, fusionada con el teatro y el ritual."

Liliana Moreno Muñoz



Sentido  

En el proscenio,
agitadas campanas de luz
son las lámparas,
se mece el pesado telón
y escucho en la distancia,
el vaivén de los ahorcados. 

Te veo, ya no. Te veo. 

Vierte la música su eternidad
en los secos labios de la tierra,
que despacio,
se abren. 

Atraviesan,
ardientes rocas,
la piel del cielo. 

Vennnn…
—vibra la lengua
a punto de saber la noche—
una lágrima de fuego
se desliza
por mi rostro de nieve
en esta función sin final,
sin intermedio.

Me miro,
y me crecen,
como ramas,
tensos hilos transparentes. 

Desaparecido teatro,
se olvida el papel
cuando eres la red, la araña y la presa.

Liliana Moreno Muñoz




Voz 

Asómate sin miedo al abismo
y serás cascada.

Liliana Moreno Muñoz











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