Bernardo Stamateas Puedo superarme



La gente suele decir que tiene mil y un problemas, pero en realidad tiene uno solo: la mala actitud. Es lo primero que has de cambiar. Dirige tu mente a tu propia superación. Esa tiene que ser tu actitud: no compitas con nadie porque no necesitas vencer a nadie más que a ti mismo. No dejes que los demás determinen tus acciones.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 14
 
 
Recuerda: Tu actitud determinará tu éxito o tu fracaso. Tu actitud hará que tus sueños vivan o mueran. Tu actitud acercará a ti a la gente importante, o la alejará. Tu actitud impulsará o detendrá tus proyectos. Tu actitud te sanará o te enfermará. Todos podemos mejorar nuestra vida a través de nuestra actitud. Conserva tu energía y tu estima a lo largo del camino. No cambies de idea, no te desalientes. A medida que veas tus logros, aunque al principio sean pequeños, te sentirás motivado y liberarás todo tu potencial: descubrirás el líder que hay en ti.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 14
 
 
Recuerda: Tu actitud determinará tu éxito o tu fracaso. Tu actitud hará que tus sueños vivan o mueran. Tu actitud acercará a ti a la gente importante, o la alejará. Tu actitud impulsará o detendrá tus proyectos. Tu actitud te sanará o te enfermará. Todos podemos mejorar nuestra vida a través de nuestra actitud. Conserva tu energía y tu estima a lo largo del camino. No cambies de idea, no te desalientes. A medida que veas tus logros, aunque al principio sean pequeños, te sentirás motivado y liberarás todo tu potencial: descubrirás el líder que hay en ti.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 16
 
 
Las personas que logran aquello que se proponen trabajan con más inteligencia que el común de la gente. La persona inteligente sabe que no es infalible. Por eso:
 
• No se fija metas demasiado altas, difíciles de alcanzar.
• No le preocupa equivocarse, porque no siente que cometer un error sea fracasar.
• No teme la desaprobación de los demás.
• No se avergüenza por no hacer las cosas perfectamente.
• No siente que aunque haga lo mejor posible no es suficiente.
• No se culpa por no ser la persona que cree que debería ser.
 
Muchos creen que para alcanzar sus objetivos tienen que ser muy exigentes consigo mismos y con los demás. Pero ese perfeccionismo no los acercará a su meta. Destiérralo de tu mente. Para que tu esfuerzo alcance su fruto es preciso que pienses con mentalidad de conquista, valorando lo que tienes. Distingue lo superfluo de lo importante. Y si descubres que te falta algo, no te lamentes. Determínate a aprender, a trabajar para superarte. Trabaja con inteligencia. Visualiza con claridad tu sueño y toma las riendas de tu vida.
No trates de ser el mejor en todo, sino de sobresalir en lo que mejor haces. Para alcanzar tu meta no es necesario que seas perfecto. Tienes que establecer hábitos de trabajo eficaces, hábitos que te faciliten acercarte a tu objetivo. Adquirir hábitos te da los siguientes beneficios:
• Predispone tu mente para realizar una tarea.
 
• Fomenta que las cosas más importantes se hagan primero.
• Aumenta la eficacia, la productividad y la calidad de tu trabajo.
• Incrementa la confianza en ti mismo.
• Alienta la mejora continua.
• Para desarrollar hábitos, es útil poner en práctica estas técnicas:
 
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Puedo superarme, página 17
 
 
Ten presente que tan importante como desarrollar hábitos positivos es eliminar los perjudiciales. Veamos cuáles son:
 
• Ser informal. Ser impuntual o faltar sin aviso a las citas de trabajo.
• Posponer. Dejar pasar el tiempo en lugar de actuar en el momento.
• Sobrecargarte de trabajo. Trabajar más acelerado no significa ser más productivo.
• Ser inconstante. Empezar y no completar ninguna tarea, dejarlo todo sin terminar.
 
Cuando pongas en práctica los hábitos positivos y abandones los negativos, cuando pongas «manos a la obra», descubrirás todo lo que puedes hacer. No es necesario que seas perfecto. Recuerda todo lo que has hecho hasta el momento y proyéctate hacia lo que está por venir. No te ocupes de lo que no vale la pena, céntrate solo en lo importante, en lo valioso. Estás preparado para hacerlo: tu cuerpo, tu mente y tu espíritu están a tu disposición; solo tienes que utilizarlos.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 19
 
 
«Mejora continua» significa que todo lo creado ya está obsoleto porque el cambio no se detiene.
 
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Puedo superarme, página 20
 
 
Si no nos «amigamos» con el cambio permanente, se volverá nuestro «enemigo» y nos creará problemas.
 
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Puedo superarme, página 21
 
 
Y recuerda: siempre estás a tiempo de cambiar.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 22
 
En una ocasión Albert Einstein pasó un examen a sus alumnos de Física. Al ver las preguntas, los estudiantes dijeron: «Profesor, son las mismas preguntas del año pasado.» Y él respondió: «Sí, pero las respuestas son distintas.»
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 23
 
 
Si cambias de manera de pensar, cambiará tu manera de vivir. Comienza cada día con el propósito de deshacerte de prejuicios, tus pensamientos tienen que ser desafiantes, rápidos y flexibles.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 23
 
 
 
Un estudiante muy destacado fue a visitar a su maestro. El estudiante comenzó a hablar de todo lo que sabía. Al mismo tiempo, el maestro empezó a servir té en su taza. Siguió haciéndolo hasta que, en un momento dado, la taza se desbordó y el té cayó encima del joven. —¿Por qué siguió sirviendo el té? —preguntó el discípulo. —Cuando la mente se llena, le ocurre lo mismo que a esta taza de té, no queda espacio para nada nuevo. Es necesario vaciarla para llenarla otra vez.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 24
 
 
Renueva tu mente, vive en permanente estado de aprendizaje y crecimiento.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 24
 
 
La experiencia tiene gran valor, por eso es preciso que reconozcas la importancia de lo que hayas logrado hasta el momento. Pero si quieres afrontar los nuevos desafíos que se te presentan, tienes que valorar del mismo modo las nuevas ideas y los nuevos métodos que te conducirán al logro de tus nuevas metas. Renueva tu mente, vive en permanente estado de aprendizaje y crecimiento. Si una persona no se renueva, si no suma lo nuevo a su manera de pensar, de trabajar y de vivir, se estanca. Y así el avance hacia la meta se hace cada vez más lento, hasta que se detiene. Adormecer nuestra mente significa anular nuestros proyectos, nuestras metas. Para conquistar tus objetivos necesitas ser una persona en permanente estado de renovación interior.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 24
 
 
El secreto de las personas que alcanzan sus metas es que supieron renovarse, cambiar de planes si no obtenían los resultados que necesitaban. Son personas con sentido de mejoramiento continuo, de búsqueda, de aprendizaje, de superación.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 25
 
 
fábula de Esopo sobre la importancia de «abrir la boca»: En una ocasión, un asno encontró una piel de león. El asno se cubrió con la piel y empezó a pavonearse, asustando mucho a los animales. Pronto llegó una zorra, a la que también trató de asustar. Pero la zorra al escuchar la voz del asno dijo: «Si quieres asustarme tendrás que disfrazar también tu rebuzno.» Moraleja: la ropa puede ocultar a un asno, pero sus palabras lo delatan.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 25
 
 
2. PALABRAS MOTIVADORAS
 
Sabemos que la palabra es el medio de comunicación por excelencia, el que caracteriza y distingue a los seres humanos. Las palabras tienen el poder de crear una atmósfera emocional. Sepamos entonces cuáles son las palabras motivadoras, las que hay que usar porque construyen.
 
Palabras amables. Un rabino extraordinario llamado Telsuquim escribió un libro sobre el poder de las palabras. En su libro analiza todas las palabras que aparecen en la Biblia, en el Antiguo Testamento. Él dice que hay cuatro frases muy importantes que todos tenemos que practicar: «Gracias», «Te amo», «¿Cómo estás?» y «¿Qué necesitas?». Si todos los días dijéramos estas frases tendríamos grandes cambios.
 
Palabras que piden. «¿Te puedo pedir algo?», «¿Podemos hablar ahora?», «Por favor», «¿Me permites?». Al usar estas frases estás pidiendo permiso, estás respetando la capacidad de decisión del otro, lo estás valorando. Otra palabra positiva es «cuéntame». Pidamos a la otra persona que nos cuente qué le ha pasado, demostremos que nos interesan sus vivencias.
 
Palabras que unen. «Nosotros» es una palabra poderosa. Es distinto decir «Nosotros tenemos que...» que decir «Vosotros tenéis que...». «Juntos» también es una palabra que une muy eficaz. Es mejor decir: «¿Cómo podríamos resolver esto juntos?» que decir «Tenéis que solucionar esto». Por ejemplo, tanto en el trabajo como en la pareja se ve la tendencia de culpar al otro: «Tú tienes la culpa.» Sería más beneficioso decir: «¿Cómo podríamos resolver este problema?»
 
Palabras que preguntan. Hay preguntas que tienen un poder extraordinario. Por ejemplo, «¿Cómo lo ves?», «¿No sería mejor si...?», «Me dijeron que..., ¿es verdad?». Con esta clase de preguntas permitimos que la persona se exprese, sirven para poner una pausa a las emociones y abrir el juego al diálogo. «¿Qué estás pensando?» es otra pregunta en la que expresamos interés por el otro y lo invitamos a hablar.
 
Palabras que animan. Palabras como «extraordinario», «maravilloso» y «genial» son expresiones bellas que tienen potencia, liberan emociones positivas. ¿Por qué cuando uno se enfada dice una mala palabra o un insulto? Porque el insulto libera en una palabra una enorme cantidad de emoción, aunque en este caso no sea positiva. «Muy bueno», «magnífico», «¡qué interesante!» son palabras que animan. En la actualidad, cuando hay tanto insulto y maltrato, necesitamos cambiar ese clima más que nunca.
Otra frase extraordinaria es «A partir de ahora». Tiene un enorme poder. Si a una persona se le marca un error y punto, se siente frustrada porque el error ya lo cometió y no puede hacer nada para enmendarlo. Pero si se le dice «Quiero pedirte una cosa: a partir de ahora...», se le está dando la posibilidad de corregir en el futuro.
 
Palabras sencillas. ¿Qué sucede cuando hablamos y no nos entienden? Las personas se frustran, se enfadan por no entender. En cambio, cuando hablamos con palabras fáciles, las personas entienden y se sienten bien por eso. Además, logramos lo más importante: comunicarnos.
Una de las palabras más sencillas que podemos usar es el nombre de la persona que tenemos enfrente. A todos nos gusta que mencionen nuestro nombre. Hacernos sentir invisibles es lo peor que nos puede pasar. Recordemos que lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia.
Cuando un músico virtuoso toca un instrumento, parece muy fácil. Sin embargo, cuando intentamos hacerlo nosotros, nos damos cuenta de la dificultad que entraña. Es fácil para el músico porque es experto. Así, un líder que habla de forma sencilla demuestra que es una persona experta.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 26
 
 
palabras que conviene evitar porque son desmotivadoras. ¿Cuáles son? Sigo aquí algunas ideas de Sam Horn. Veamos:
 
Palabras imperativas. Cuando alguien nos da una orden, nos exige, nos dice lo que «debemos» hacer, sentimos que nos están robando la libertad. Podemos tolerar ese tono demandante, pero no nos gusta. Y el resultado es que a menudo no hacemos lo que nos exigen.
 
Palabras absolutistas. Son palabras que cierran puertas. Por ejemplo, «nunca/siempre», «nadie/todos»: «Todo me va mal», «Nunca me respetan», «Nadie me aprecia». Si a una persona le preguntan: «¿Desde cuándo te sientes deprimido?» y contesta: «Desde siempre», en lugar de acercar al que se interesa por ella, lo alejará.
 
Palabras que dividen. Palabras que rompen vínculos, negociaciones, proyectos. No es lo mismo decir: «¿Cómo hacemos este trabajo?» que «¿Cómo hacéis vosotros este trabajo?». Al decir «vosotros» ya nos hemos puesto aparte, el trabajo no es «nuestro».
«Lástima que» es una expresión que divide porque desvaloriza: «Ha estado muy bien la clase, lástima que...»
También evitemos decir: «No estoy de acuerdo, pero lo respeto.» Es una frase que divide. No necesitamos descalificar al otro para validarnos a nosotros mismos. Lo que necesitamos es decir lo que pensamos y aclarar que lo decimos porque sumaría algo importante. Es también oportuno responder a lo que menciona la otra persona con palabras como «exacto» o «claro», y luego expresar lo que uno piensa. Esta clase de palabras abren el diálogo.
 
Palabras que etiquetan: Hay jefes que dicen de un empleado: «Es un incompetente.» Hay padres que sentencian: «Eres un vago.» Esos comentarios negativos generan distancia y no predisponen al acusado a sacar lo mejor de sí.
 
Palabras que acusan. «Lo has hecho a propósito», «Me has engañado». Estas frases rotundas no dejan posibilidad de diálogo. Cuando afirmamos algo y ponemos un punto final a la frase, se cierra la comunicación. Si por el contrario queremos abrir la comunicación, optemos por frases que preguntan. Por ejemplo, podemos preguntar «¿Por qué lo has hecho? ¿Qué te pasó?» en lugar de afirmar «Lo hiciste a propósito».
 
El poder del habla es extraordinario. Pronunciemos palabras que crean un clima de motivación, de desarrollo hacia el logro de las metas.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 28
 
 
El 70 por ciento de los inconvenientes en el trabajo se debe a problemas de comunicación. Asimismo, un altísimo porcentaje de los problemas en la pareja, con los hijos, en las iglesias, se produce por el mismo motivo. La calidad de la comunicación va a marcar la calidad de la relación que tengamos con nuestros hijos, nuestra pareja, nuestros compañeros de trabajo o amigos. Si la comunicación es buena, la relación es buena; por lo tanto, si queremos mejorar una relación, tenemos que mejorar la comunicación.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 31
 
 
El objetivo del líder no es retener al otro, sino ayudarlo y motivarlo a crecer para que él también pueda ser un líder de excelencia.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 38
 
 
Delegar es señal de buena estima, saber pedir ayuda la fortalece. Es una señal de crecimiento: yo hago una tarea que mañana ya no llevaré a cabo. Y es una señal de que tenemos la capacidad de desatar el potencial en otro.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 42
 
 
Es fundamental tener siempre en claro que se delega la tarea, pero nunca se pierde la responsabilidad.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 42
 
 
Para conocer el valor de un año, pregúntale a un estudiante que ha suspendido el examen final. Para conocer el valor de un mes, pregúntale a una madre que ha dado a luz a un bebé prematuro. Para conocer el valor de una semana, pregúntale al editor de una revista semanal. Para conocer el valor de una hora, pregúntales a dos personas que se aman y están esperando encontrarse. Para conocer el valor de un minuto, pregúntale a la persona que ha perdido el tren. Para conocer el valor de un segundo, pregúntale al deportista que ha ganado una medalla en los Juegos Olímpicos.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 45
 
 
¡Todos los momentos son buenos, porque todos son nuestros momentos!
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 50
 
 
Para corregir un error, el primer paso es reconocerlo. ¿Qué pasa entonces cuando no reconocemos el error? Que se transforma en un problema.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 53
 
 
¿Qué tipo de persona no puede aceptar el error?
 
El perfeccionista. Una persona perfeccionista se autocondena. Si algo no es perfecto para él representa un fracaso absoluto. Por supuesto, nada es perfecto, pero el perfeccionista no puede admitir su margen de error porque lo vive como un fracaso. Por eso no puede aceptar las observaciones del otro.
 
El narcisista. El gato se mira al espejo y ve un león. «Como yo no hay nadie», «Soy especial», «Valoro a los que ven que soy especial», «A mí en el barrio me llaman Messi». Este tipo de personas no tolera que alguien los saque de su fantasía y los enfrente con sus virtudes y defectos.
 
El histriónico. Es aquel que construye un personaje para llamar la atención, para agradar, aquel que desea ser atractivo para el otro ocultando sus carencias.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 55
 
 
 
Reconocer un error no solo nos permite corregirlo. Nos permite pedir perdón a los demás y a nosotros mismos. Eso es aprendizaje. A través del perdón nos permitimos aprender de una equivocación, revertir el error y salir adelante. Castigarme, disciplinarme por un error no implica aprendizaje. Tras pagar la culpa, puedo volver a equivocarme y el círculo se repite una y otra vez. Por eso necesitamos «perdonarnos» para corregir el error, dejarlo atrás y seguir hacia la meta.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 56
 
 
El motivo más frecuente de fracaso en cualquier cosa que emprendamos no son los errores que se pueden cometer, sino perder de vista el objetivo. Las personas que luchan por un objetivo saben que «un tropezón no es caída» y que siempre hay una nueva oportunidad: aprenden de sus errores, no se descentran recordando obsesivamente los detalles, y siguen adelante, hacia sus metas.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 58
 
 
Recuerda que, si no mejoras, empeoras.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 65
 
 
En Los siete hábitos de la gente altamente efectiva, Stephen Covey señala que es necesario mantener una tensión constante y positiva hacia la mejora continua. ¿Qué debes tener presente para que tu mejora sea continua? Veamos:
 
• Hacer las cosas bien desde el principio. No malgastes el tiempo que necesitas para llegar al objetivo.
 
• La calidad es un estilo de vida. En todas las áreas, el objetivo debe ser la calidad total.
 
• No importa el precio sino la calidad. El precio es un valor relativo. La calidad tiene un impacto duradero.
 
• Presta atención a los detalles. A veces la diferencia entre el fracaso y el éxito está en las pequeñas cosas.
 
• No esperes que tu jefe te lo pida. El entusiasmo, el propósito de mejorar debe ser tuyo.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 65
 
 
Todo lo que has invertido en crecimiento volverá a tu vida. Aprende y enseña. Sigue creciendo día a día. No te detengas hasta ser el mejor que puedas ser.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 71
 
 
La cultura en la que vivimos es «una cultura de la crítica». ¡Una mitad del mundo critica a la otra mitad!
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 71
 
 
En una ocasión, un hombre dio una conferencia y al finalizar su exposición, dijo: «Pueden escribir sus preguntas y con gusto las responderé.» Uno de los presentes le hizo llegar un papel bien grande, donde había escrito la palabra «Idiota». El conferenciante, con mucha tranquilidad, dijo: «Es la primera vez que alguien anota su nombre y no la pregunta.»
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 74
 
 
La crítica es inútil, no existe «la crítica constructiva», se trata de crítica o de construcción. La crítica destruye, lastima. Y, sobre todo, si la persona criticada no puede defenderse ni justificarse y tolera un ataque tras otro, esta forma de relacionarse puede conducir al resentimiento y causar un daño permanente en ella y en la relación.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 72
 
 
Perdonar es dejar de alquilar nuestro tiempo y nuestra mente a los que nos hicieron daño. Es echar a esos inquilinos de nuestra mente. Es cambiar de canal. Es bajarnos de ese tiovivo que nos hace dar vueltas siempre en el mismo lugar.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 78
 
 
Muchas personas guardan en su interior antiguas heridas, dolores, rencores, resentimientos que les generan emociones altamente negativas. Viven dando vueltas sobre el mismo tema, hasta que un día se sienten agotadas: esas emociones consumieron todas sus fuerzas. Antes de que eso te suceda, es necesario que dejes en el pasado los viejos enfados, el resentimiento, el dolor que hayas vivido. Despega de todas las emociones que parecieran haber quedado congeladas en el tiempo. Es tiempo de estar sanos, es tiempo de perdonar. Mira en tu interior y pregúntate qué recuerdos, qué personas necesitas sacar de tu corazón. Perdona. Deja tu corazón vacío para lo mejor. Perdonar es dejar de alquilar nuestro tiempo y nuestra mente a los que nos hicieron daño. Es echar a esos inquilinos de nuestra mente. Es cambiar de canal. Es bajarnos de ese tiovivo que nos hace dar vueltas siempre en el mismo lugar. Perdonar... No es amnesia. No es olvidar. No es restar importancia a lo sucedido. No es reconciliación. Frente al dolor es normal sentir que nunca perdonaremos. No somos malas personas por el hecho de sentir de esa manera, a todos nos pasa lo mismo ante una injusticia, una herida. Para sanarla tenemos que dejar salir todo ese dolor. Y cuando lo hagamos, estaremos listos para perdonar y empezar a recuperar la confianza en nosotros mismos y en los demás. Perdonar no implica que al día siguiente irás de nuevo a tomar un café con esa persona como si nada hubiese pasado. Perdonar lleva tiempo, y al hacerlo no esperes nada de la otra persona. El perdón es un acto terapéutico, sanador, es extraordinario, y no es algo que hacemos por el otro, sino un acto de la voluntad que hacemos por nosotros mismos. Si no perdonas, sigues espiritualmente unido a esa situación, a ese rostro, a ese dolor. Llevas a todas partes al que te hirió. Y de esa manera le permites ser «tu amo». Cuando perdonas te liberas del resentimiento, de la rabia, dejas ir ese momento vivido que te lastimó, te separas de la persona que te causó dolor, «desatas al prisionero» y entonces descubres que el prisionero eras tú mismo. Cuando estamos en paz, toda nuestra disposición, hacia nosotros mismos y hacia el exterior, es diferente. Nuestras relaciones personales se afianzan y nuestra salud mejora.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 77
 
 
Un gran porcentaje de infartos son causados por las hostilidades que se acumulan y se guardan durante años, dañando al corazón.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 79
 
 
En algún momento de nuestra vida alguien, ya sea a través de palabras o de acciones, va a despreciarnos, ofendernos, calumniarnos. Tal vez frente a una situación de este tipo te digas: «Jamás voy a perdonar lo que me hicieron» o «Es imposible perdonar a esta persona». Seguramente tu enojo es justificado. Pero cuando te suceda, no te llenes de rencor. No permitas al que te hace algo malo que alquile tu mente y la acapare. Con el tiempo el rencor termina transformándose en resentimiento y entonces tu cuerpo y tu espíritu comienzan a enfermar. Un gran porcentaje de infartos son causados por las hostilidades que se acumulan y se guardan durante años, dañando al corazón. Por eso, cuando sientas que alguien te ofende, te insulta, te lastima, no reacciones, ignóralo. Si alguien te dice: «¡Qué mala cara tienes hoy!», levanta un escudo invisible. Imagina que las palabras rebotan. No te involucres. El que te agrede tiene un tema sin resolver consigo mismo.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 79
 
 
El perdón es sanador. Dejando atrás el dolor, me extiendo hacia lo mejor que está por venir.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 80
 
 
Perdonar es recordar que nosotros también lastimamos.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 80
 
 
La historia va más o menos así: hubo una vez una ofensa, la ofensa inyectó odio y el odio generó ira. Como creemos que odiando nos defendemos y castigamos a nuestros ofensores, entonces repasamos la ofensa y ponemos más ira al odio y más odio a la ira. Estamos tan ocupados alimentando el odio y la ira que no vemos la realidad: tal ocupación no nos deja ser felices.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 82
 
 
Cuando perdonas, liberas a un prisionero: tú mismo. Eres el principal beneficiado del perdón.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 82
 
 
 
Cuando tienes un problema y das vueltas siempre en torno a las mismas ideas sin lograr resolverlo, lo que tienes que hacer es redefinirlo. Redefinir significa que un problema siempre se puede observar desde distintos puntos de vista. Cuando cambiamos de perspectiva, somos capaces de redireccionar el enojo o la tristeza.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 83
 
 
La vida no es una carrera de cien metros, es una maratón. Algunos no llegan porque abandonan y otros siguen corriendo hasta alcanzar la meta. Abandonar es fácil, cualquiera puede hacerlo. Perseverar es la característica de los que alcanzan sus sueños. Cuanto mayores sean tus sueños, más obstáculos tendrás que superar, mayor será la presión. Pero también será grande la recompensa.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 85
 
 
Muchas veces damos excusas para explicar por qué no alcanzamos nuestro objetivo: «No me apoyaron», «No tuve ayuda», «No es fácil». Pero esas justificaciones no te eximen de tu responsabilidad. Si no la asumes, ante cada problema que se presente harás un diagnóstico equivocado. Abandona la posición de víctima. Ya no te preguntes: «¿Por qué me hacen esto», sino «¿Por qué me hago esto?» Eres el único responsable de tu vida, de tus alegrías y tus tristezas. Nadie es responsable de la cara que tiene... pero sí de la cara que pone. Cuando te haces responsable de lo que te sucede dejas de culpar, de quejarte y puedes enfocarte en tu meta.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 85
 
 
En griego hay dos palabras para designar el tiempo: cronos y kairos. Cronos es el tiempo cronológico, mide cantidad. Kairos es el tiempo de oportunidad, es un tiempo especial, es calidad. Puedes vivir cien años sin aprovechar las oportunidades, los momentos en que las llaves que necesitas están a tu disposición.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 93
 
 
Siempre podemos transformar nuestra realidad. Si hay un área de nuestra vida que no funciona como desearíamos, en lo laboral, en lo emocional o en lo espiritual, tenemos que saber que en nuestro interior está la capacidad de cambiar lo que no funciona. Siempre hay una nueva oportunidad. ¿Hoy has perdido un partido? Hay otro por ganar. ¿Has perdido el campeonato? Habrá otro. Es necesario que aprendas a ver las cosas desde distintos lugares. Hay un solo lugar que debes evitar: el de la víctima. No seas víctima de ti mismo, no digas: «No soy capaz», «No puedo», «No sé si podré, siempre me va mal, todo me ha costado en la vida». Efectivamente, si actúas de esa manera todo te costará mucho. Tampoco seas víctima de los demás, no te justifiques diciendo: «Me hiciste daño», «Me abandonaste», «Por tu culpa soy así». Si pones tu problema en el otro, le concedes el poder. Y no seas víctima del mundo. Frases como: «Yo quiero, pero no me dejan», «Nadie me ayuda», «Los políticos tienen la responsabilidad», dejan tu problema en manos del mundo entero.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 95
 
 
El miedo puede bloquearnos, pero también puede hacernos reaccionar de manera que nuestro futuro sea diferente y mucho mejor.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 95
 
 
 
Hay cosas que no se ven con los ojos sino con el corazón. En la inauguración de un parque temático de Disneyworld, el alcalde de Florida lamentó que Walt Disney hubiera muerto sin verlo y la esposa le dijo: «Lo vio, siempre lo vio.»
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 99
 
 
Todo lo que puedes usar en beneficio de los demás es «tu semilla», aquello que puedes sembrar en otras personas. Y todo lo que te beneficia a ti es «tu cosecha», aquello que recibirás tarde o temprano por haber sembrado antes.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 100
 

 
Fama es que la gente guste de ti. Éxito es que gustes de ti mismo.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 103
 

 
Dime con quién andas... y te diré adónde llegarás.
 
La ley de la asociación dice que lo semejante se atrae: si te juntas con sabios, serás sabio. Si te juntas con necios, serás necio y desperdiciarás un valioso tiempo de tu vida. Procura relacionarte con gente nueva, con todos los que puedas, pero no regales tu tiempo a cualquiera. Ten presente que puedes encontrarte con dos clases de personas:
 
• Las que solo usan lo que tienes sin dar nada a cambio, que se benefician gracias a ti y no te aportan nada.
 
• Las que traerán a tu vida una conexión y una provisión que te acercará a tu meta.
 
Únete a los que te agregan sueños, valor y pasión. Júntate con gente creativa que estimule tu creatividad. Trata a los demás con respeto y serás respetado. Busca personas íntegras y sinceras, con quienes puedas establecer relaciones de mutua confianza. Construye puentes que te conecten con ellas.
 
Encuentra puntos en común: lo semejante atrae a lo semejante. Alégrate de que al otro le vaya bien. Celebra los ascensos de tus pares en el trabajo, las asignaturas aprobadas de tus compañeros de estudios, los éxitos económicos de tus amigos. Todo lo que celebres del otro es lo que vendrá a tu vida. Si festejas sus alegrías, anticipas lo que pronto estarás festejando en tu propia vida:
 
Ayuda a otros a triunfar. Todo lo que hagas por los demás vendrá a tu vida multiplicado. Todo lo que festejes en el otro lo celebrarás tú mismo en tu vida. Lo que decidiste soñar y concretar en tu vida será lo que atraigas. La ley de la asociación proporciona la sabiduría para usar tus contactos en beneficio de tus proyectos y tus logros. Tus conexiones dependerán de tus expectativas: los pobres llaman a los pobres y los ricos a los ricos. Cada uno se liga con el que es similar: los críticos van juntos, los artistas también. Si eres un visionario, un soñador, otros soñadores estarán contigo. Serán tus conexiones de oro, preparadas y dispuestas para llevarte hacia la cima.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 106
 
 
Sepamos pedir y dar sanamente. Hay personas que, cuando les pides algo, te dan otra cosa que nada tiene que ver con lo que les solicitaste. Personas controladoras, manipuladoras que con la devolución te entregan este mensaje: «Te doy lo que yo quiero y no lo que me pediste», «Te doy lo que quiero porque aquí mando yo». Otras personas dan y esperan algo a cambio, pero no lo expresan en palabras. Por ejemplo, si en una ocasión un amigo te invita a un restaurante y decide pagar la cena, es probable que al siguiente fin de semana espere que tú lo invites y pagues, porque considera que hay una «deuda social». Pero es posible que tú no te sientas en deuda emocional. Si damos algo, no esperemos a cambio gratitud o cariño, eso no se compra. Hagámoslo simplemente porque nos sentimos felices, sin esperar la devolución. No te canses de dar. Sea cual fuere tu lugar en la vida, tu posición en el liderazgo, no dejes de dar: potencial, conocimiento, crecimiento, motivación. Todo lo que seas capaz de dar no solo te será devuelto, sino que se convertirá en una herencia y un legado que habrás dejado a los otros.
 
Bernardo Stamateas
Puedo superarme, página 114
 
 
 
 
 


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